Honduras parece más cerca de lograr su reingreso a la Organización de los Estados Americanos (OEA) gracias al juego de concesiones y complacencias que practican desde hace ocho meses los otrora adversarios presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Hugo Chávez, de Venezuela.
La prensa fue sorprendida cuando el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, apareció como tercero en la última cita entre Santos y Chávez, en la norteña ciudad colombiana de Cartagena, y colocó en primer plano la reincorporación de su país a la OEA, de donde fue suspendido como consecuencia del derrocamiento en junio de 2009 del entonces mandatario Manuel Zelaya.
"Fue una presencia sorpresiva, pero no inesperada, por los pasos dados por el gobierno de Honduras para normalizar sus relaciones y el apoyo que para ello ha recibido de Santos como facilitador", dijo a IPS Edmundo González, ex embajador venezolano en varios países y actual director del privado Centro de Análisis Diplomático y Estratégico.
En entrevistas con la prensa española, Santos señaló que "el acercamiento diplomático a Venezuela es el camino correcto y, en lo que concierne a su país, todo ha sido ganancia".
Chávez también "da muestras de comprender que en la región hay posiciones extremas que no pueden permanecer en el tiempo, que posturas iniciales se hacen inviables si son muy radicales", según González.
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"Un resultado neto ha sido que se despeja el camino para que se materialice el retorno de Honduras al sistema interamericano durante la próxima asamblea general de la OEA, en junio en San Salvador", agregó.
Lobo y su canciller Mario Canahuati se manifestaron convencidos de que en la cumbre de Cartagena el fin de semana pasado "se avanzó hacia la reincorporación de Honduras a la OEA".
El entusiasmo es porque Chávez actúa como bujía de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que Venezuela comparte con Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas.
Este bloque, que Honduras integró hasta el golpe de Estado cívico-militar, lideró junto a Brasil, Argentina y Uruguay en la OEA el desconocimiento a los gobernantes que sucedieron a Zelaya, tanto el de facto, Roberto Micheletti, como el propio Lobo, surgido de las elecciones convocadas en ese marco de ilegalidad institucional.
Esos países aún mantienen su postura y los observadores entienden fundamental la decisión que tomen en junio, en particular Brasilia por su liderazgo regional.
Zelaya, que permanece exiliado en República Dominicana y contra quien hay juicios abiertos en su país, participó en las reuniones preparatorias del encuentro de Cartagena y envió a sus seguidores un mensaje pidiendo convertir ese paso en "una oportunidad real para restablecer la institucionalidad democrática de su país y poner en alto en forma definitiva el nombre de Honduras".
El interés de los opuestos Los presidentes Santos y Chávez, además de tratar el tema Honduras, se abocaron a resolver cuestiones de interés común que los acerca más allá de sus posturas ideológicas y de relaciones internacionales.
Entre otros asuntos, acordaron prorrogar las facilidades comerciales recíprocas, que benefician en mayor grado a los exportadores colombianos, mientras negocian normas de intercambio que reemplacen a las de la Comunidad Andina, que Colombia integraba junto a Bolivia, Ecuador y Perú, pero que Venezuela abandonó definitivamente este mes.
Bogotá confirmó, por su parte, que extraditará a Venezuela al presunto jefe narcotraficante de esa nacionalista Walid Makled, quien ha señalado como cómplices a oficiales militares de su país.
Makled era solicitado también por Washington, pero Santos decidió complacer el pedido de extradición de su vecino y no el de su aliado del Norte.
Chávez es "mi nuevo mejor amigo", dijo Santos hace unos meses, y el mandatario venezolano hizo suya la expresión, como un rasgo distintivo de la diplomacia binacional.
"Para muchas cosas en las que no estamos de acuerdo nos ponemos de acuerdo en que estamos en desacuerdo, y de eso preferimos no hablar, como el tema (del líder libio Muammar) Gadafi", explicó Santos.
En una entrevista con Televisión Española, difundida el martes, el presidente colombiano hizo otro obsequio a su vecino, al declarar que en el territorio de Venezuela ya no hay campamentos de la guerrilla de su país, por los que su antecesor, Álvaro Uribe (2002-2010), había reclamado con dureza.
"Los campamentos que teníamos ubicados, que sabíamos donde estaban, ya no están", dijo Santos, quien fue ministro de Defensa del gobierno derechista de Uribe.
También destacó la entrega que el lunes hizo Venezuela de dos guerrilleros del colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN), que llegaron heridos a Venezuela y Bogotá acusó de dar muerte a tres infantes de marina en una zona fronteriza.
En el pasado reciente, la acusación colombiana de que territorio venezolano servía de refugio a unidades guerrilleras, sobre todo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sustentó críticas a Chávez desde Washington y de cuantos dentro y fuera de Venezuela critican su proyecto de construir el "socialismo del siglo XXI".
Uribe y Santos lo hicieron en el pasado, prácticamente forzando a Chávez a desmentir que apoyase a la guerrilla colombiana cada vez que visitaba el país vecino, aunque también más de una vez pidió reconocer como fuerzas beligerantes y dueñas de un proyecto político respetable a las FARC y al ELN.
En esos discursos dejaba claro que líderes como Uribe y Santos, a quienes cubría con epítetos descalificativos, eran enemigos irredimibles de su gobierno y de Venezuela.
La "absolución" de Chávez por parte de Santos "hay que entenderla como propia de una etapa de tregua entre ambos y la cual no necesariamente permanecerá en el tiempo, pues se mantienen diferencias ideológicas, políticas, en materia económica y sobre (añejas) cuestiones limítrofes", comentó a IPS Víctor Mijares, profesor de Estudios Geoestratégicos en la Universidad Simón Bolívar.
En lo inmediato, la exculpación a Chávez ya le valió a Santos un reclamo de parte de Uribe.
"Escondite terrorista: ¿dónde están cabecillas narco FARC: Iván Márquez, Romaña, Grannobles, Timochenko? ¿Dónde están cabecillas narco ELN Antonio García, Gabino, mmm", escribió Uribe en su cuenta de la red social Twitter, para insinuar que jefes guerrilleros con esos pseudónimos aún se ocultan en Venezuela.
El presidente del parlamento colombiano, Armando Benedetti, opinó que, frente a Venezuela, "el distanciamiento entre Uribe y Santos es muy grande, eso lo sé desde el 7 de agosto (de 2010), cuando asumió" Santos.