España no puede ser neutral respecto de la situación en Libia, pero tampoco formar parte de la coalición internacional de intervención, sino que debe actuar de manera eficaz para que se negocie y se logre la paz entre el gobierno de Muammar Gadafi y los rebeldes, según Federico Mayor Zaragoza.
De lo que se trata es de hacer cumplir las decisiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y negociar con Gadafi, con el objetivo claro de que se convoquen elecciones a corto plazo para que sean los ciudadanos quienes decidan el futuro de Libia, dijo a IPS Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz.
España no solamente debe hacer eso sino, también, impulsar a los demás países de la Unión Europea a seguir ese rumbo, añadió el ex director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero recibió el martes 22 del Congreso de Diputados un amplio apoyo para su posición en Libia y la participación militar en la misión aprobada por la ONU. Votaron a favor 336 de los 350 posibles y solo hubo tres en contra (dos del nacionalismo gallego y uno de Izquierda Unida) y una abstención. El resto de los legisladores no asistió al pleno.
Tanto el gobernante Partido Socialista Obrero Español como el centroderechista Partido Popular, la principal fuerza opositora, decidieron impulsar el cumplimiento de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que autorizó a emprender "todas las medidas necesarias" en Libia para "proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de ataques".
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La medida, traducida en la operación internacional denominada Odisea al Amanecer, incluye la creación de una zona de exclusión aérea, pero prohíbe expresamente una invasión terrestre.
Esa resolución no ha sido respetada en todos sus términos por la fuerza internacional liderada por Estados Unidos, ya que se bombardearon bases militares y depósitos de combustibles, según las críticas recibidas desde la Liga Árabe, que agrupa a todos los países de la región, y también del BRIC, el bloque integrado por Brasil, China, India y Rusia.
La agencia oficial de noticias libia Jana, citando fuentes militares, aseguró que los ataques de la coalición en las afueras de Trípoli tenían "como objetivo una zona residencial".
Agregó que oficiales libios trasladaron a un grupo de periodistas a un hospital de Trípoli, donde les mostraron los cuerpos carbonizados de 18 personas, militares y civiles, y dijeron que fueron víctimas de un ataque aliado.
La ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, señaló a IPS que el apoyo de su gobierno a las acciones contra Gadafi no contra el pueblo libio, aclaró— goza de legitimidad internacional y que "el dictador debe saber con claridad que tiene que dejar de usar la violencia contra su población".
No obstante, la situación no es fácil de resolver, porque Gadafi dispone de medios muy fuertes para resistir y en especial fondos para incorporar a sus Fuerzas Armadas a mercenarios provenientes del resto de África.
Gadafi cuenta con grandes ingresos del exterior y con 144 toneladas de oro guardadas en su banco central, según datos del Fondo Monetario Internacional, que ubica a Libia entre los 25 países con mayores reservas de ese metal. Esas toneladas valen en el mercado actual unos 4.600 millones de euros (6.500 millones de dólares).
Si se diera el poco previsible caso de que Gadafi fuera obligado a abandonar Trípoli, lo más probable es que se trasladase hacia el sur, donde además de contar con tropas leales puede aumentar la contratación de mercenarios, para lo cual le sobrarían fondos.
Una cuestión destacable, que es poco tenida en cuenta, es como Estados Unidos y los países de Europa, tan preocupados por lo que está ocurriendo en estos días, en los últimos años vendieron armas a Libia un día sí y otro también.
Varios países europeos entregaron armas a Libia en 2008 y 2009 por un monto de 595 millones de euros (842 millones de dólares). La mayor cantidad de esos negocios lo hizo Italia, cuya empresa Finmeccanica proveyó a Gadafi de equipos y aviones de vigilancia para su programa de seguridad fronterizo.
En tanto, Estados Unidos destinó varios cientos de millones de dólares para la participación de sus fuerzas en esta operación en Libia, 225 millones de los cuales fueron gastados en misiles Tomahawk que fueron lanzados días atrás, y 800 millones destinados a la vigilancia del espacio aéreo.
España acordó el año pasado la venta a ese país árabe de material de visión por 7,8 millones de euros (11 millones de dólares). Esa operación fue cancelada ahora por el gobierno, por lo cual no se concretará la entrega y las empresas privadas afectadas podrían recurrir la decisión ante la justicia para ser indemnizadas.
Entre las posturas discrepantes aparece Rusia, al anunciar su gobierno que mantendrá el contrato de venta a Argelia, país limítrofe con Libia, de sistemas antiaéreos que permiten derribar aviones enemigos hasta una distancia de 150 kilómetros.
Todavía no se sabe si Estados Unidos mantendrá su previsión de destinar este año 350.000 dólares para financiar el entrenamiento de militares libios en el programa Capacitación y Educación Militar Internacional, que en 2010 requirió 300.000 dólares. Es seguro que no lo hará para oficiales a la orden de Gadafi, pero podría ser que lo hiciera con sus opositores.
En su momento el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos fundamentó ese programa "en el compromiso de Libia de renunciar a las armas de destrucción masiva, frenar el rápido crecimiento de la amenaza que supone Al Qaeda (red radical islámica) en la región y promover fuerzas de seguridad y militar profesionales y efectivas acorde con las prácticas y normas internacionales".