EGIPTO: «Exámenes de virginidad», la última arma del ejército

Salwa El-Hosseiny se había unido a los manifestantes en la Plaza Tahrir de la capital de Egipto cuando un oficial de seguridad vestido de civil la tomó por la fuerza y la entregó a miembros del ejército que se encontraban frente a un museo cercano.

Esta joven de 20 años fue golpeada, torturada con choques eléctricos y acosada verbalmente. Luego fue enviada con otras 20 mujeres detenidas a una prisión militar en las afueras de El Cairo.

Fue allí que el ejército, que gobierna Egipto desde la renuncia del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero, develó su última arma para reprimir el disenso: la humillación sexual.

"Fui llevada a una prisión militar junto a otras jóvenes, y se nos ubicó en una habitación con dos puertas y una ventana", contó El-Hosseiny durante una conferencia de prensa la semana pasada.

"Le rogamos a la guardia mujer que cerrara las puertas (para no ser vistas), pero se negó. Se nos ordenó sacarnos toda la ropa y nos inspeccionaron mientras nos filmaban con cámaras para fabricar evidencia con el fin de acusarnos de prostitución", dijo.
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El-Hosseiny y otras mujeres detenidas en la misma prisión testificaron que un hombre que se decía ser médico les realizó "exámenes de virginidad" a las que no estaban casadas, amenazando con acusarlas de prostitución si se resistían.

"La guardia de la prisión nos desnudó y nos golpeaba con mangueras", dijo una de las detenidas, una trabajadora social de 29 años, soltera. "Fui examinada por un hombre que usaba una túnica blanca y por una guardia mujer de la prisión", contó.

Grupos de derechos humanos exigieron una investigación de los abusos, que habrían ocurrido el 9 de este mes cuando soldados intentaban desalojar a los manifestantes que acampaban en la Plaza Tahrir.

Más de 170 manifestantes, incluyendo 18 mujeres, fueron arrestados en una violenta represión y llevados a un anexo del Museo Egipcio.

Los manifestantes afirman haber sido golpeados y torturados por oficiales del ejército en el museo antes de ser liberados o transferidos a una prisión militar, donde fueron víctimas de más torturas y humillaciones.

Una declaración conjunta de 17 organizaciones egipcias de derechos humanos condenó el abuso físico y psicológico perpetrado contra los detenidos. Los grupos también señalaron que la participación de médicos en esos actos suponía una flagrante violación al juramento hipocrático.

"La tortura en sí ya es una de las peores violaciones a los derechos humanos y a la santidad del cuerpo humano, pero los incidentes reportados son además una clara violación de las convenciones nacionales e internacionales que regulan la profesión médica, así como un rompimiento de la ética médica", señala la declaración.

Amal Abdel Hadi, jefa de la Nueva Fundación de Mujeres, dijo que la policía y las fuerzas de seguridad egipcias tenían una larga historia de maltrato físico e intimidación a detenidos.

"Es la primera vez que oímos de exámenes forzados de virginidad, pero humillar a las mujeres violentando su cuerpo es una vieja práctica", dijo a IPS.

"No es inusual que la policía o los oficiales de seguridad detengan a una mujer y la obliguen a desnudarse porque su esposo ha sido atrapado robando o es sospechoso de terrorismo", añadió.

Explicó que la humillación sexual era una forma perturbadora y efectiva de tortura psicológica. Fue empleada por el personal de la infame prisión militar estadounidense en Abu Ghraib, Iraq, dejando profundas huellas en las víctimas y en la opinión pública mundial.

Las manifestantes mujeres detenidas el 9 de este mes dijeron que los soldados les ataron las manos y les vendaron los ojos para golpearlas y herirlas con choques eléctricos. Al menos seis fueron obligadas a someterse al examen, en el que un médico del ejército les inspeccionaba la vagina para constatar que estuviera intacto su himen.

"Obligar a las mujeres a desnudarse y someterlas a exámenes de virginidad es muy insultante, y el impacto de esta acción puede ser profundo", señaló la psicóloga Mona Hamed, del Centro El-Nadim para la Rehabilitación de Víctimas de la Violencia.

En la conservadora sociedad egipcia, se espera que las jóvenes mantengan su virginidad hasta el matrimonio. El estigma social que sufren aquellas que se desnudan en público o tienen sexo prematrimonial muchas veces las lleva al suicidio, o es motivo suficiente para ser víctimas de un "asesinato de honor" por parte de su propia familia.

Hamed, quien entrevistó a varios manifestantes detenidos el 9 de este mes, dijo que las mujeres con las que habló le contaron que los médicos del ejército permitieron que soldados las observaran y les sacaran fotografías mientras eran examinadas. Temen que su reputación sea destruida si las fotos son difundidas.

La mayoría de las mujeres detenidas fueron juzgadas en un tribunal militar el 11 de este mes y liberadas dos días después. Algunas recibieron sentencias de un año de prisión por mala conducta, destrucción de propiedad pública, obstrucción del tráfico y portación de armas.

La tortura y la humillación que sufrieron estas mujeres fueron un "fuerte mensaje" a la comunidad de que el disenso no sería tolerado, concluyó Hamed.

"Un padre puede aceptar que su hija asista a una protesta, incluso bajo riesgo de resultar herida, pero nunca aceptaría que fuera si hay riesgo de que sea acosada sexualmente, violada o humillada", explicó.

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