Varios altos comandantes del ejército de Yemen declararon su apoyo al movimiento popular que reclama la renuncia del presidente Ali Abdulah Saleh.
El general Ali Mohsen Saleh, jefe de la región militar del noroeste y de la primera división blindada, dijo este lunes 21 que había desplegado unidades armadas para proteger a los manifestantes.
El presidente Saleh, que se mantiene en el poder desde 1978, sostuvo este lunes que la mayoría de la población lo apoya, pese a que su régimen perdió respaldo de jefes castrenses y líderes tribales.
«Todavía estamos aquí la gran mayoría del pueblo yemení está con la seguridad, la estabilidad y la ley», dijo Saleh, según un despacho de la agencia estatal de noticias. «Aquellos que llaman al caos, la violencia, el odio y el sabotaje son una pequeña minoría».
Poco después de estas declaraciones, el ministro de Defensa sostuvo ante las cámaras de la televisión nacional que las Fuerzas Armadas apoyan al mandatario y lo defenderán de «cualquier golpe contra la democracia».
[related_articles]
«Las Fuerzas Armadas permanecerán fieles al juramento que hicieron ante Dios, la nación y la dirigencia política conducida por el hermano presidente Ali Abdulah Saleh», dijo el ministro Mohammad Nasser Ali.
Deserciones
Sin embargo, varios jefes militares se alinearon con el general Saleh y desertaron, como el brigadier Hameed Al Koshebi, comandante de la brigada 310 de la gobernación de Amran, en el noroeste, el brigadier Mohammad Ali Mohsen, jefe de la división oriental, el brigadier Nasser Eljahori, jefe de la brigada 121 y el general Ali Abdulaha Aliewa, consejero del líder supremo del ejército de Yemen, entre otros.
En una conferencia de prensa, el general Saleh dijo que «Yemen está sufriendo una enorme y peligrosa crisis. La falta de diálogo y la opresión de manifestantes pacíficos condujeron a una crisis que crece día a día».
«Por eso, y porque siento las emociones de los oficiales y jefes de las Fuerzas Armadas, que son parte del pueblo y protectores del pueblo, declaro en su nombre nuestro apoyo pacífico a la revolución juvenil y a sus demandas, y que cumpliremos con nuestro deber», agregó.
Decenas de personas han muerto en los últimos días por la represión con armas de fuego contra manifestantes en la capital, Sanaa.
El viernes, tras una nueva jornada de violencia, renunciaron varios ministros. Así lo hizo también el embajador ante las Naciones Unidas, Abdulah Alsaidi.
La ministra de Derechos Humanos, Huda al-Baan, explicó que su defección del gobierno y del partido gobernante fue en protesta por la «masacre» de manifestantes, según dijo en un comunicado emitido en la noche del sábado 19.
El embajador de Yemen ante Arabia Saudita, Mohammad Al Ahwal, también se alineó con los manifestantes este lunes al demandar la salida del presidente Saleh.
Este lunes, los embajadores destacados en Líbano, Siria, Jordania, Kuwait, Egipto y China, renunciaron asimismo a sus cargos y algunos de ellos también lo hicieron del partido de gobierno.
El editor en jefe del periódico Yemen Post, Hakim Al Masmari, dijo a Al Jazeera que las renuncias de este lunes representan el fin de Saleh. «Es oficial, ahora que 60 por ciento del ejército se alió a los manifestantes».
«Que Ali Mohsen Saleh haya efectuado este anuncio es una clara señal al presidente Saleh de que el juego se acabó y debe renunciar», indicó Masmari. «Es la caída del ejército yemení. Para medianoche esperamos que 90 por ciento de los militares se hayan plegado a Mohsen Saleh», agregó.
«Según nuestras fuentes, el presidente sabía que esto pasaría y espera que el general Saleh le permita retirarse sin más humillación», sostuvo Masmari.
Pero el periodista indicó, sin embargo, que el general Saleh no es una figura aceptable. «Ali Mohsen Saleh no será admitido por los jóvenes. Esto no es el comienzo de un régimen militar en Yemen, así que el gobierno de transición deberá ser civil», opinó.
El general «es también muy corrupto y no es respetado en Yemen, pero es quien abrirá la puerta para la caída del régimen».
Alzamiento popular
El domingo, el presidente Saleh destituyó a todo su gabinete tras un mes de manifestaciones en reclamo de su renuncia y de reformas políticas. El mandatario solicitó al gabinete que fungiera como gobierno provisional hasta que él forme una nueva administración.
Añadiendo más presión, Hashed, la confederación tribal más influyente del país, solicitó la renuncia del mandatario.
El jeque Sadiq al-Ahmar, líder de Hashed, que incluye a la propia tribu del presidente, divulgó un comunicado pidiendo al mandatario que respondiera a los reclamos del pueblo y se fuera en paz. El texto fue firmado por varios líderes religiosos.
Una ex portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Yemen, Jamila Ali Raja, dijo a Al Jazeera que «se está preparando el escenario de una protección militar y, al mismo tiempo, se investirá a un gobierno de transición, de modo que el escenario es similar al de Egipto».
El joven activista Gabool al Mutawakil indicó a Al Jazeera que «estamos en medio de dos ejércitos, el que se ha unido a los manifestantes y el que sigue bajo la autoridad del presidente Saleh. Hay temor a una guerra civil, pero nosotros insistimos en tener una revolución pacífica».
La violencia empleada para reprimir las protestas fue condenada por las Naciones Unidas y por Estados Unidos, que apoya al régimen yemení con cientos de millones de dólares en ayuda militar para combatir a una rama del grupo extremista islámico Al Qaeda, asentada en este país.
Los clérigos musulmanes exhortaron a los soldados a desobedecer las órdenes de abrir fuego contra los manifestantes y acusaron a Saleh de las muertes cometidas el viernes.
Testigos afirman que «matones» del gobierno dispararon desde los techos hacia la multitud agolpada en la plaza de la Universidad de Sanaa, que desde hace semanas es el epicentro de las protestas.
«Las deserciones son en todos lados, y esto es sólo el comienzo», dijo a Al Jazeera el analista político Abdul Ghani Al Iryani. «Si no logramos algún tipo de reconciliación nacional, estas defecciones van a seguir hasta que el régimen caiga».
«El presidente está hablando con varios grupos políticos, pero no con el más importante: los jóvenes de la plaza», agregó.
«Si quiere salir de esto tendrá que atender sus reclamos, incluirlos en un diálogo nacional y aceptar el hecho de que buena parte de sus poderes deban transferirse a un gobierno de unidad», advirtió.
* Publicado en acuerdo con Al Jazeera.