Aunque con menos participación que en años anteriores, el Foro Social Mundial (FSM) que se lleva a cabo en Dakar sirve a activistas de toda África para conocer de cerca la situación que viven sus pares en diversas partes de este amplio y diverso continente.
Es la segunda vez que el FSM se realiza en África. La primera fue en Nairobi, Kenia, en 2007. Desde que nació este movimiento de la sociedad civil hace 10 años en la sureña ciudad brasileña de Porto Alegre, los organizadores han promovido intensamente la participación africana.
El número de personas que asisten al FSM creció en estos años de 20.000 a 150.000. En Nairobi la cifra cayó a 70.000, lo que llevó a algunos observadores anunciar "el fin del movimiento antiglobalización".
"Pero uno tiene que comparar manzanas con manzanas", dijo Chico Whitaker, uno de los fundadores del Foro. "La mayoría de los participantes vienen del país o de la región en donde se lleva a cabo. Senegal tiene sólo 12 millones de habitantes, comparado con los 190 millones de Brasil. Por tanto, este año no habrá una gran concurrencia".
"Nuestra intención original no era crear un nuevo movimiento que cambiara todo, sino incrementar la posibilidad de que las personas se conozcan entre sí y se reúnan. A nivel político, necesitábamos cambiar nuestros métodos. En vez de crear una pirámide basada en el poder, decidimos lanzar redes", añadió.
[related_articles]
Los organizadores del FSM todavía están preocupados por las dominantes premisas neoliberales. "Nos dicen que el mercado es la solución y que necesita estar libre. Pero el mercado no resuelve el problema de las desigualdades", señaló Whitaker.
El FSM dio inicio formalmente el domingo con su tradicional marcha. Miles de personas caminaron por el centro de Dakar, la capital senegalesa, en reclamo de soberanía alimentaria, alivio de la deuda, igualdad comercial, derechos para las mujeres, acceso a la salud, liberalización de las migraciones y muchas otras causas por una globalización más inclusiva.
"El número total de participantes todavía no lo sabemos", dijo a IPS Taoufik Ben Abdallah, coordinador del FSM y uno de los principales organizadores del encuentro de este año. Ben Abdallah pertenece al grupo Enda Tiers Monde, con sede en Dakar y dedicada a promover el desarrollo.
"Ha venido gente de 130 países. Muchos grupos llegaron de toda África, por lo general en autobús. La participación de Asia es menor, pero eso se debe principalmente al costo del viaje", indicó.
Ben Abdallah recibió a los participantes en la Universidad Cheikh Anta Diop señalando: "África sería una región rica si se dejara a los países determinar sus propias políticas".
Consultado por IPS si la "Revolución del Jazmín" en Túnez podría propagarse al resto del continente, Ben Abdallah señaló: "La forma en que la delegación tunecina fue recibida muestra que lo que ocurrió allí fue muy significativo".
Los debates en el FSM comenzaron el lunes con alguna confusión. La mayoría de los talleres agendados en el edifico de la universidad fueron cancelados porque estudiantes asistían normalmente a sus clases como si el Foro no existiera.
El ex rector de la casa de estudios había prometido que el edificio estaría libre toda la semana, pero el actual rector decidió no suspender las clases.
Los organizadores del FSM negociaron con las autoridades universitarias mientras afuera se instalaban tiendas rápidamente. Varios talleres fueron reubicados allí. Muchos participantes opinaron que el gobierno senegalés no hacía ningún esfuerzo para apoyar el Foro, pero Ben Abdallah aseguró a periodistas que se trataba sólo de un problema organizativo.
Los debates del lunes fueron dedicados a África, y se realizaron cientos de talleres espontáneos sobre diversos temas hasta el miércoles.
Para Anna Dramé, del Consejo Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil de Guinea, "celebrar el FSM es algo bueno porque da la posibilidad de intercambiar ideas y encontrar soluciones a problemas en común".
"Me he inspirado gracias a los talleres sobre violencia contra las mujeres y sobre apropiación de tierras", dijo a IPS. "No conocía la situación en Mauritania y en Malí. Una vez que volví a mi país, compartí la información", señaló.
Para Sidibe Abou, de la organización Covire, dedicada a atender a las víctimas de la represión en Mauritania, "la unidad es fortaleza, y realizar el FSM en África le dará visibilidad a los problemas de los desempleados, de las viudas, de los huérfanos y otros excluidos".
"Discutir problemas comunes nos puede ayudar a encontrar soluciones", añadió.
En tanto, Nama Sidiki, de Diobass, organización de pequeños granjeros en Burkina Faso, dijo estar preocupado por la expropiación de tierras.
"Crea conflictos. En Burkina Faso, muchos ricos y algunos miembros del gobierno, en vez de extranjeros, se han apropiado tierras. El FSM ayuda a crear la conciencia del pueblo", indicó.
En estos últimos días del Foro, que terminará este viernes, los delegados intentarán alcanzar posturas en común, aunque, como es habitual, no presentarán ningún documento final.
"El FSM tiene un enfoque a nivel de las bases. No queremos hacer que todas las personas piensen igual", explicó Whitaker.