«Ninguna empresa del Pacto Mundial es perfecta», dijo a IPS Georg Kell, director ejecutivo de esa plataforma de la Organización de las Naciones Unidas para que las compañías se comprometan con los derechos humanos, el trabajo y el ambiente y contra la corrupción.
A medida que aumenta la preocupación por la degradación ambiental y las desigualdades, muchos expertos en desarrollo y ejecutivos de corporaciones se preguntan si los negocios habituales son sustentables en un mundo donde cada vez son más escasos los recursos naturales.
El Pacto facilita la creación de redes y el diálogo entre corporaciones de las áreas de interés clave de la ONU, a fin de lograr el objetivo colectivo de fundar una economía mundial que sea ambientalmente sana. Lo integran unas 8.000 organizaciones de 130 países.
IPS dialogó con Kell sobre algunas iniciativas clave para el abordaje de las últimas tendencias y desafíos para la próxima década.
IPS: Dado que el crecimiento de los países en desarrollo será mucho más rápido que en los países industrializados este año, ¿cambiarán los objetivos de las empresas del Sur en materia de responsabilidad corporativa y del uso prudente de los recursos? ¿Será el inicio de una nueva tendencia?
GEORG KELL: Muchos recientes avances en materia de sostenibilidad corporativa y buena parte de lo que se consideran las mejores prácticas en varias áreas están guiados por empresas de las economías emergentes.
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Eso tiene varios motivos. Primero, muchas de estas firmas han operado en entornos muy complejos durante décadas, a menudo aprendiendo a los golpes cuán fácilmente la inestabilidad, la pobreza, la corrupción o la degradación ambiental pueden alterar las economías y amenazar el crecimiento empresarial.
Así que para muchas de estas compañías hay una lucha en ambos extremos: por un lado tuvieron que aprender muy rápidamente a ser competitivas en los mercados mundiales, y por otro han tenido que superar brechas en sus propios patios traseros. A consecuencia, esto ayudó a crear organizaciones globales muy robustas y versátiles que están bien posicionadas para asumir el liderazgo en cuestiones de sustentabilidad.
Un ejemplo ilustrativo de este rol de liderazgo del Sur es nuestro trabajo con las bolsas de valores mundiales. Desde Kuala Lumpur a Shanghai, Estambul, Johannesburgo o San Pablo, muchos de los mercados de valores emergentes están mucho más avanzados en su integración de cuestiones de sustentabilidad a largo plazo que sus contrapartes del Norte, que a menudo todavía persiguen el volumen y las ganancias a corto plazo.
IPS: ¿Qué rol espera que jueguen las corporaciones multinacionales en el desarrollo económico mundial en 2011? Y en este contexto, ¿dónde ve que radique la necesidad de la responsabilidad social corporativa?
GK: A menudo las multinacionales se asientan sobre la cima de cadenas mundiales de suministros de enormes dimensiones, con millones de empleados en todo el planeta. Para bien o para mal, su decisión puede tener impactos significativos sobre el bienestar de los mercados y las sociedades. La adopción de prácticas laborales responsables o la introducción de tecnologías bajas en carbono en todas estas vastas cadenas de suministros puede tener un efecto dominó tremendo.
De hecho, en algunas áreas las corporaciones pueden realizar cambios a menudo más rápidamente que los reguladores, debido a la relativa inmediatez en su toma de decisiones. Por ejemplo, las decisiones de Wal-Mart de promover activamente el uso de bombillas eléctricas de bajo consumo o de vender más productos orgánicos no sólo impacta en los patrones de consumo, sino que también tiene consecuencias significativas para los productores.
IPS: ¿Considera que los resultados del último Foro Económico Mundial de Davos fueron satisfactorios?
GK: El Foro Económico Mundial no es un ámbito para la toma de decisiones, sino meramente un foro para debatir las tendencias políticas y económicas mundiales a muy alto nivel. El Foro de este año confirmó que los mercados emergentes continúan fortaleciéndose.
Desde la perspectiva del Pacto Mundial, nos hizo muy felices lanzar el LEAD, nuestra nueva plataforma para llevar el desempeño ambiental, social y de gobernanza al próximo nivel, así como fijar un nuevo parámetro para la sustentabilidad corporativa. Más de 50 empresas se unieron al LEAD y se han comprometido a ser verdaderos líderes de la sustentabilidad.
También nos hizo muy felices estar entre los socios fundadores de WindMade, la primera etiqueta mundial que identifica el uso de energía eólica por parte de las empresas.
IPS: Varias de sus organizaciones asociadas fueron acusadas de violar prácticas socialmente responsables. ¿Puede usted responder a esto?
GK: Ninguna empresa del Pacto Mundial es perfecta. Y desde el inicio dejamos muy claro que estamos abiertos a quienes enfrentan serios desafíos, siempre y cuando asuman un compromiso sincero con la transparencia y la responsabilidad.
IPS: ¿Cómo hace la oficina del Pacto Mundial para que sus socios se responsabilicen por las violaciones a los principios que promueven?
GK: Hace pocos años introdujimos un mecanismo de facilitación del diálogo que busca estimular el debate y producir soluciones colaborativas. Aunque no hablamos de casos individuales, ha ayudado a calmar las tensiones y a unir a las personas y a las organizaciones en un espíritu más constructivo.
La cantidad de casos que se presentaron es sorprendentemente pequeña. Aunque buscamos comprometer a empresas que enfrentan serios desafíos, les pedimos a ellas que se comprometan con la transparencia y la responsabilidad. Es por esto que hemos expulsado a más de 2.000 compañías por no comunicar, reiteradamente, los avances logrados en la implementación de los principios del Pacto Mundial.