«Ahora alquilé una casa cerca del distrito de Dera Ismail Khan, donde está la escuela a la que pueden ir mis hijas», dijo Jamil Shah Wazir, de la noroccidental región pakistaní de Waziristán del Sur, fronteriza con Afganistán. Llevar a los niños a estudiar es toda una odisea aquí.
Shah dijo a IPS estar profundamente perturbado por cómo cambió la situación en su pueblo natal luego de que el movimiento islamista afgano Talibán ingresó a las Áreas Tribales bajo Administración Federal (fuera de la jurisdicción de las provincias) de Pakistán a fines de 2001, cuando fue desalojado de Kabul por las fuerzas de Estados Unidos.
"La creciente militancia (radical islámica) está socavando los esfuerzos del gobierno para impulsar la enseñanza, a pesar de los millones de dólares invertidos", dijo Hameedullah, un funcionario de educación.
"La situación en las áreas tribales no muestra ninguna señal de mejora. La tasa de abandono en las escuelas primarias públicas permanece en un sorprendente 66 por ciento", añadió.
"A mi hija y a mi hijo les iba muy bien en los estudios, pero una noche los militantes dinamitaron ambas escuelas", dijo Jalal Akbar, un pastor de ovejas en Waziristán del Sur. "En los últimos tres meses se han quedado sentados ociosos en casa".
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Según cifras oficiales, 447 de 638 escuelas en Waziristán del Sur han sido total o parcialmente dañadas por el Talibán.
La enseñanza en las áreas tribales, con una población de cuatro millones de habitantes, se ve afectada tanto por las constantes acciones de los combatientes islámicos como por las operaciones de las Fuerzas Armadas de Pakistán para contrarrestarlas.
"Previamente a las operaciones del ejército, los combatientes ocuparon escuelas y convirtieron edificios en escondites", dijo a IPS el funcionario de educación Muhammad Khursheed.
Más de un millón de personas han sido desplazadas en la región desde que las fuerzas de seguridad pakistaníes lanzaron operaciones contra los combatientes islámicos en 2005.
Las anárquicas áreas tribales de Pakistán, que comparten una porosa frontera de 2.400 kilómetros con Afganistán, son directamente controladas por el gobierno federal en Islamabad. Están conformadas por siete agencias tribales adyacentes a Khyber Pakhtunkhwa, una de las cuatro provincias del país.
Combatientes islámicos han incendiado 673 escuelas en las áreas tribales desde 2004. Los Talibán consideran que la enseñanza para las niñas y las mujeres va en contra del Islam.
Un total de 322.819 niños y niñas están inscriptos en 7.792 escuelas de las áreas tribales. En la zona existen 2.088 colegios de educación primaria, media y alta para niñas y adolescentes. De los 37 institutos universitarios, 13 son para mujeres, y hay 14.000 estudiantes inscriptos.
El último censo anual en la región mostró que la tasa de deserción era de 63 por ciento entre los niños y de 77 por ciento entre las niñas. La pobreza y los tabúes sociales asociados con la educación femenina son sin duda dos factores importantes, pero la educación ha sido afectada especialmente por las acciones de los radicales islámicos.
"La reconstrucción de las escuelas requerirá de 10 millones de dólares, un monto imposible para el gobierno", dijo Khursheed.
La situación es similar en otras partes de las áreas tribales. En Khyber Pakhtunkhwa, capital de la Agencia Khyber, ubicada cerca de Peshawar, 282 escuelas han sido destruidas por los Talibán, dejando sin clases a 13.000 niñas y 18.000 niños. Los colegios remanentes sufren constantes problemas debido a los toques de queda.
En la Agencia Mohmand, combatientes islámicos destruyeron 88 escuelas y un instituto universitario, afectando a unos 16.000 estudiantes.
"Los niños y niñas aquí están destinados a convertirse en monstruos porque crecen en medio de la militancia" radical islámica, dijo Jamal Shah, un albañil cuyos cuatro hijos se han visto obligados a permanecer en casa debido a que los combatientes dinamitaron su escuela. "La destrucción de colegios continúa", afirmó.
Azizur Rehman, director del Instituto Universitario de Mohmand, señaló que 50 de sus alumnos emigraron a la ciudad de Peshawar para continuar con sus estudios. "El resto son pobres, y sus padres no pueden costear su educación", dijo.
Al menos 94 centros educativos han cerrado debido a que sus profesores fueron amenazados por combatientes islámicos.
La Agencia Bajaur, ubicada en la frontera con Afganistán, ya ha perdido 46 escuelas por ataques de los Talibán.
"Le estamos pidiendo a nuestros padres que nos mudemos a áreas más seguras para poder estudiar, pero mi padre no puede pagar eso", dijo llorando Gul Pari. Ella dejó los estudios a la mitad del quinto grado luego de que su escuela fuera destruida.
Pari, de 16 años, es residente de la Agencia de Waziristán del Norte, que Estados Unidos considera base internacional del Talibán y de la red radical islámica Al Qaeda.
La tasa de alfabetismo en las áreas tribales es de alrededor de 17 por ciento, y sólo tres por ciento de las mujeres saben leer y escribir.
"La situación es muy mala", dijo a IPS la maestra principal de la Escuela Secundaria para Niñas de Charmang, Rafia Begum. "En junio de este año, dos maestras fueron asesinadas por los combatientes en la Agencia Bajaur", indicó.
Hameedullah Khan, legislador de las áreas tribales, aseguró que el gobierno intentaba reconstruir los colegios, pero sus esfuerzos se veían frustrados por la violencia de los combatientes islámicos.