La mitad de la población de la República Checa puede padecer escasez hídrica a causa del cambio climático, advirtió el experto Michal Marek.
Este país se ha vuelto uno de los más secos de la Unión Europea (UE), según los medios de comunicación nacionales, y los climatólogos sostienen que la tierra y los vitales suministros de agua subterránea se están secando.
Marek, director del proyecto CzechGlobe de investigación sobre el cambio climático, financiado por la UE, dijo a IPS que "la República Checa ya está viendo los efectos" de este fenómeno "en eventos meteorológicos extremos más frecuentes y en los cambios en la biodiversidad".
"Pero posiblemente el cambio más importante radique en un paisaje cada vez más árido, a medida que los periodos secos se vuelven más prolongados y son seguidos por lluvias intensas que el suelo no puede absorber. Esto tiene un efecto muy significativo sobre los suministros de agua subterránea", agregó.
Climatólogos y meteorólogos de Europa central dicen que la región experimenta un clima cada vez más extremo, con sequías extensas en verano y severas inundaciones en invierno.
[related_articles]
Aunque no toda Europa central y oriental necesariamente tienen los mismos problemas que la República Checa con sus napas subterráneas a causa de condiciones geológicas propias del país, las fuertes lluvias que cayeron en suelos muy secos que no pueden absorber el agua pueden aumentar el riesgo de inundaciones.
Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Austria y Alemania han sido afectadas por devastadoras inundaciones en los últimos dos años.
Las temperaturas de verano e invierno también rompieron récords en la última década.
Climatólogos eslovacos especulan con que las "zonas" meteorológicas que cubren la región se están trasladando hacia el norte: que el clima típico del norte de Italia y que incluye veranos largos, calientes y secos y estallidos de lluvias fuertes, se mudará unos cientos de kilómetros hacia el norte, cubriendo buena parte de Austria, Eslovaquia y partes de la República Checa.
A su vez, el clima asociado con esos países se trasladará, llevando consigo diferentes patrones meteorológicos a partes de Alemania y Polonia.
Con estos cambios, los patrones de lluvias también serán distintos, y en la República Checa los hidrólogos dicen que esos cambios ya se están observando.
Los climatólogos advierten que esas modificaciones pueden plantear un problema dramático para los recursos hídricos del país.
En 2006 el Instituto Hidrometeorológico Checo señaló que, según algunas investigaciones, para mediados de este siglo algunos ríos del país se habrían secado completamente.
Algunas organizaciones ecologistas nacionales dijeron que es posible que para 2050 no haya suficiente agua para satisfacer las necesidades básicas de la población.
Varias localidades checas que dependen mucho de las napas subterráneas para su abastecimiento hídrico dicen estar sintiendo ya los efectos del agotamiento de los recursos.
Según empresas checas que se dedican a hacer pozos en el exterior de casas particulares, hace 30 años no era necesario perforar más de ocho metros para hallar agua, pero ahora tienen que llegar a 30 metros de profundidad.
Los hidrólogos sostienen que en los últimos años se produjo un cambio muy notorio en los patrones de lluvias, que se producen con menos frecuencia y con más intensidad.
"El cambio climático es una realidad. Ahora las lluvias se distribuyen de modo diferente a lo largo del año. Los ritmos de las precipitaciones aquí han cambiado", dijo a IPS la hidróloga Anna Hrabankova, del Instituto T. G. Masaryk de Investigación en Recursos Hídricos.
La República Checa, igual que las vecinas Polonia y Eslovaquia, sufrió severas inundaciones el año pasado. Fue la tercera ocasión tan devastadora para el país en los últimos 13 años.
Expertos en cambio climático sostienen que el aumento de las temperaturas mundiales hará que en algunos lugares haya lluvias más intensas en periodos más breves.
Un informe divulgado la semana pasada por medios de comunicación checos señaló que 50 por ciento de la población del país —la misma proporción que depende de las napas freáticas—enfrenta una escasez de agua debido a la baja de los niveles subterráneos.
Algunos hidrólogos consideran que esos datos son alarmistas, pero Marek dijo a IPS que son "completamente realistas".
"Los problemas con los suministros hídricos solamente empeorarán, y serán el mayor problema planteado por el cambio climático en afectar a la República Checa en el futuro, peores que los cambios en la biodiversidad o en cualquier otra cosa", enfatizó.
Organizaciones ambientalistas como el capítulo checo de Amigos de la Tierra dijeron que se deben tomar medidas para garantizar que no se pierda agua. Por ejemplo, revertir cursos de ríos que con el paso de las décadas se enderezaron artificialmente, lo que hizo que no pudieran retener el líquido.
"La solución es planificar el paisaje para impedir que el agua se escurra de la tierra, cambiando el uso de la tierra, las prácticas agrícolas y las características naturales que ayudan a retener el agua", dijo Marek.