Mientras la crisis política en Costa de Marfil continúa y amenaza con derivar en una guerra civil, la ONU adopta una postura cada vez más agresiva: el secretario general Ban Ki-moon propondrá aumentar las tropas internacionales en ese país africano.
Ban, quien rutinariamente ha optado por la diplomacia discreta en lugares problemáticos como Corea del Norte, Sudán, Palestina y Birmania, condenó en forma dura y abierta al presidente marfileño Laurent Gbagbo, quien se niega a renunciar después de perder las elecciones del 28 de noviembre.
"Los esfuerzos de Laurent Gbagbo y sus partidarios para retener el poder y despreciar al público no pueden permitirse", dijo el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) a periodistas días atrás.
"Lo llamo a que renuncie y permita a su sucesor electo asumir el cargo sin más demoras", señaló.
El ganador de las elecciones presidenciales, Alassane Ouattara, permanece aislado en un hotel, protegido por una fuerza internacional de la ONU conformada por un total de 9.000 efectivos.
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Ban pudo hacer tan duras declaraciones este mes gracias a que contaba con el apoyo del Consejo de Seguridad, de la Unión Africana, de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Ecowas) y de la Unión Europea.
Los cuatro organismos apoyan a Ouattara y han reconocido su victoria en los comicios, certificados por la ONU.
"Éste es uno de los raros momentos en que existe un consenso en la comunidad internacional de que los resultados están siendo ignorados y que se deben tomar acciones", dijo a IPS Bill Fletcher Jr., miembro de la junta editorial de la revista semanal por Internet BlackCommentator.com.
Una acción militar internacional, sin embargo, sería una medida drástica, a la luz de las ramificaciones de la crisis, no sólo para el pueblo de Costa de Marfil sino también para los países vecinos contagiados por la violencia, alertó.
"Lo que está en juego en este momento no es el carácter político de los individuos específicos en cuestión, Ouattara versus Gbagbo, sino si los resultados de una elección que la mayoría de los observadores consideraron justas deben ser reconocidos", dijo Fletcher.
"Déjenme decir clara y directamente: cualquier intento de obstruir las operaciones de la ONU o de bloquear el Golf Hotel será totalmente inaceptable", señaló Ban días atrás.
Y cualquier ataque contra las fuerzas del foro mundial, añadió, sería considerado una agresión a la comunidad internacional.
Mientras, el secretario general se ha mantenido en silencio sobre las especulaciones de que la Ecowas intervendría militarmente para derrocar a Gbagbo e instalar a Ouattara.
Una acción así podría desencadenar una guerra civil en un país que ya sufrió un conflicto similar en 2002.
Consultado sobre este tema, el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, dijo a IPS que la Ecowas y la Unión Africana habían trabajado estrechamente en la búsqueda de una resolución pacífica a la crisis.
"El primer objetivo es resolver esto pacíficamente, y que el señor Gbagbo renuncie, en línea con la voluntad del pueblo de Costa de Marfil que claramente votó por el señor Ouattara", afirmó.
"En este momento, lo que estamos diciendo es que nuestra atención está en los esfuerzos realizados por Ecowas y la Unión Africana para buscar una solución pacífica", añadió.
El secretario general presentará esta semana una solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU para enviar 2.000 uniformados más a la operación del foro mundial en Costa de Marfil.
En una declaración el jueves pasado, la ONU señaló que las nuevas tropas llenarían el vacío actualmente ocupado por la misión en Liberia, la UNMIL, desplegada en forma temporal para las elecciones presidenciales marfileñas.
Gbagbo, por otra parte, ha públicamente exigido el retiro de las fuerzas de la ONU.