El gobierno de Cuba consideró positivas, pero «de alcance limitado» las nuevas medidas de flexibilización para viajes y envío de remesas de dinero al país desde Estados Unidos, que según investigadores consultados favorecerán al naciente sector privado.
En una declaración divulgada este lunes en la prensa oficial, la cancillería advirtió que las decisiones del gobierno estadounidense de Barack Obama no cambian la "política de bloqueo y desestabilización" contra este país caribeño y serán usadas "para fortalecer los instrumentos de subversión e injerencia en los asuntos internos de Cuba".
Aún así, el comunicado consideró que las medidas son resultado del esfuerzo de amplios sectores de la sociedad estadounidense que durante años han reclamado el fin del embargo y el levantamiento de la prohibición de los viajes de ciudadanos de esa nación norteamericana.
El paquete anunciado por la Casa Blanca el viernes pasado autoriza las visitas a Cuba de ciudadanos estadounidenses con fines académicos, educacionales, culturales y religiosos, amplía las posibilidades para enviar remesas y prevé facilitar el aumento de vuelos a esta isla.
"Van a entrar recursos, pero por la vía de la propiedad privada, de la sociedad civil", comentó a IPS el investigador cubano Esteban Morales, quien alertó además que, si bien traen beneficios, también conllevan "riesgos, porque se combinan con las presiones del bloqueo sobre el gobierno, que continúa intacto".
En tanto desde Estados Unidos, el profesor universitario cubano residente en esa nación Arturo López- Levy comentó a IPS que las medidas contribuirán al intercambio entre las comunidades académicas a ambos lados del estrecho, "en la hora estratégica en que las reformas económicas en la Habana han tomado impulso".
Los contactos estudiantiles y religiosos serán facilitados con la decisión de restituir las políticas sobre Cuba implementadas por el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), del Partido Demócrata al igual que Obama, que habían sido derogadas en 2003 por el presidente de George W. Bush (2001-2009), del hoy opositor Partido Republicano.
Según la cancillería, Cuba siempre ha favorecido esos intercambios. "Todos los obstáculos que entorpecen las visitas de los estadounidenses a Cuba siempre han estado, y siguen estando hoy, del lado del gobierno de Estados Unidos", aseguró.
Medidas anteriores ampliaron las posibilidades de los ciudadanos cubano-estadounidenses de enviar remesas de dinero a sus familiares.
Ahora, cualquier estadounidense podrá mandar hasta 2.000 dólares anuales a personas en Cuba, excepto a funcionarios del gobierno o militantes del gobernante Partido Comunista.
"Esta liberación puede ser un importante paliativo para cubanos tratando de abrir nuevos negocios en presencia de los despidos recientes y la apertura a la pequeña y mediana propiedad", afirmó López-Levy, profesor de la Universidad de Denver, quien resaltó además que la ampliación de los viajes "apunta a ser sustancial".
En su opinión, Washington potenciará de esa forma la reciente apertura económica cubana, con vuelos directos y más visitantes estadounidenses desde ciudades distintas a las autorizadas actualmente, especialmente si incluye a San Juan de Puerto Rico y alguna urbe del norte del sudoriental estado de Florida.
Según la disposiciones del presidente Obama, todos los aeropuertos internacionales en Estados Unidos podrán ofrecer vuelos a Cuba, siempre que dispongan de servicios adecuados de aduanas e inmigración y que los aviones sean operados por proveedores autorizados.
Hasta el momento, La Habana recibe viajeros procedentes de Miami, Nueva York y Los Ángeles.
El comunicado de la Casa Blanca explicó que las medidas aumentarán el contacto entre los pueblos, apoyarán a la sociedad civil en Cuba, mejorarán el libre flujo de información para los cubanos, por ellos y entre ellos, y ayudarán a promover su independencia de las autoridades.
Morales recordó que, como parte de los cambios para enderezar la economía cubana puestos en práctica por el gobierno de Raúl Castro, se prevé terminar con el paternalismo estatal y que una parte importante de la población económicamente activa se inserte en el trabajo por cuenta propia.
"Ya se sabe que ningún proceso político como el que vive Cuba se desmorona desde afuera y, al parecer, Obama ha definido que su política debe apuntar a copar cada vez más sectores de la sociedad civil y enfrentarlos al gobierno, siempre que le sea posible", advirtió el estudioso.
A su vez, López-Levy consideró "un hecho" que mayores contactos con los académicos cubanos podrían abrir puertas importantes al debate nacional en la isla e influenciar en los mecanismos de toma de decisión del gobierno de Castro.
Esta "apertura es potencialmente el inicio de un deshielo en la relación bilateral" y su importancia se medirá no por el número de intercambios que ocurran, "sino por la capacidad de los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos para sostener un proceso de comunicación y dialogo que maneje constructivamente estas nuevas relaciones", indicó.
"Obama ha dado un paso difícil: impidió que los conservadores cubano-americanos, quienes se oponen a la preferencia presidencial por el diálogo y el intercambio, dicten la agenda bilateral. El exilio histórico no se lo perdonará, no importa cuál sea la magnitud de la apertura", advirtió López-Levy a IPS, vía correo electrónico.
Este paso también crea mejores condiciones para la discusión del tema de la detención en Cuba de Alan Gross, subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), en un ambiente menos enrarecido que el promovido por la derecha cubano-americana interesada en convertirlo en una piedra insalvable para cualquier gesto constructivo, agregó.
Las medidas sobre Cuba fueron dadas a conocer en Washington sólo 24 horas después de que Roberta Jacobson, subsecretaria Adjunta Principal del Departamento de Estado, visitó a Gross, detenido en Cuba desde diciembre de 2009 sin que hasta el momento se le hayan formulado cargos judiciales.
Las autoridades cubanas han acusado a ese estadounidense de espionaje y de proporcionar "sofisticados" medios de comunicación a opositores. Pero Washington sólo admite que viajó a esta isla como subcontratista para entregar celulares, ordenadores y equipo de comunicación a grupos judíos.
Jacobson encabezó la delegación de su país que el pasado miércoles sostuvo con autoridades cubanas conversaciones sobre la marcha de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995. Esta funcionaria aprovechó la ocasión para reunirse con algunos opositores, lo cual fue considerado una "provocación" por la cancillería cubana.
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