Casi 19 meses después desde que terminó la guerra civil en Sri Lanka, más de 325.000 civiles desplazados por los últimos combates han retornado a sus aldeas y hogares. Pero la ONU acaba de anunciar que no cuenta con fondos para ayudarlos a reanudar sus vidas.
Hubo numerosas promesas para asistir a estas personas. El gobierno de India ofreció un préstamo de 800 millones de dólares para la reconstrucción del norte de Sri Lanka, y se anunciaron planes para reparar 150.000 viviendas.
Pero solamente la mitad de los fondos requeridos, 170 millones de dólares, han sido recibidos o comprometidos hasta ahora, según la ONU (Organización de las Naciones Unidas). "Las crecientes carencias de fondos desde comienzos de 2010 están limitando seriamente la capacidad de las agencias para brindar servicios que salvan vidas a los desplazados en campamentos y para los reasentados", señaló el foro mundial.
Según estimaciones de la ONU, el sector de la salud de Sri Lanka tiene un déficit financiero de 30 por ciento para cumplir con sus metas, seguido por el de la agricultura (25 por ciento), infraestructura (11 por ciento), agua y saneamiento (10 por ciento), y seguridad y derechos humanos (siete por ciento).
Pero hay más malas noticias. Debido a las dificultades financieras, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) redujo a la mitad la cantidad de harina de trigo y de azúcar en las raciones secas que envía a los desplazados por la guerra separatista de la etnia tamil, que concluyó el 17 de mayo de 2009.
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El PMA estima que en 2011 necesitará unos 27 millones de dólares para seguir brindando asistencia a unas 371.000 personas en el norte de Sri Lanka, el área tamil más afectada por el conflicto.
La agencia anunció que deberá cesar la asistencia a aquellos que están en etapas avanzadas de recuperación después de haber sido reasentados en 2007 y 2008, y en cambio se concentrará en las poblaciones más vulnerables, como mujeres embarazadas, niños y niñas, y madres solas a cargo de hogares.
La oficina de la ONU en Sri Lanka dijo que preveía hacer un nuevo pedido de fondos a la comunidad de donantes.
Parte de las dificultades se deben a la crisis financiera internacional. La reducción de la distribución de trigo por parte del PMA, por ejemplo, es resultado del aumento de los precios de los productos básicos en todo el mundo.
Pero funcionarios del foro mundial explican en privado que la principal razón es que Sri Lanka ha perdido interés en el radar de los donantes internacionales, o está a punto de hacerlo.
Ya algunas agencias de ayuda humanitaria han comenzado a reducir tareas o a retirarse de las antes conflictivas áreas de Sri Lanka.
En 2009, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) cesó sus operaciones en el este del país, que ha estado bajo pleno control del gobierno desde mediados de 2007 luego de que expulsó al grupo rebelde Tigres para la Liberación de la Patria Tamil-Eelam (LTTE).
En julio pasado se retiró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
"La reducción de actividades se debe en parte a las limitaciones de financiamiento, y también a que las actividades del PMA para asistir a los reasentados en el este han sido completadas", dijo la encargada de esa agencia para relaciones con los donantes, Paulette Jones.
Un informe de la ONU concluyó que, "en 2011, las actividades de emergencia y de recuperación del PMA deberían concentrarse en asistir a las familias y hogares de los reasentados en el norte", añadió Jones.
"La primera tarea ahora es ayudar a que las personas afectadas por la guerra recuperen una vida normal", dijo a IPS el viceministro de Reasentamiento, Vinayagamurthi Muralitharan, ex comandante del LTTE.
Después del fin de la guerra hubo menos necesidad del trabajo de agencias como la OCAH y Acnur, dice el gobierno.
Sin embargo, funcionarios públicos en el este creen que se necesita todavía asistencia para acelerar la recuperación. "Estas áreas no han visto un desarrollo sostenible por un largo tiempo", dijo Rasanayagam Rahulanayani, alto funcionario del gobierno en la oriental división de Vaharai.
"Recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas es una tarea desalentadora", añadió.
Según un informe de la ONU, una similar disminución de la tarea humanitaria se está produciendo en el noroeste. "Sin embargo, las autoridades y socios que permanecen en el área siguen registrando las necesidades de las comunidades, como abrigo, agua, alimento, sustento y otra asistencia".
El gobierno de Sri Lanka pidió al menos a una agencia humanitaria que redujera sus operaciones.
Sarasi Wijerathne, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), dijo que la organización estaba finalizando sus planes para ceder sus tareas a la Sociedad de la Cruz Roja local, luego de que el gobierno solicitara una disminución de sus operaciones y el cierre de sus oficinas en el este y la clausura inminente de otras dos en el norte, en Jaffna y Vavuniya.
La ICRC voluntariamente cerró en noviembre su oficina en el noroccidental distrito de Mannar.
"Las necesidades humanitarias todavía existen", dijo a la prensa el jefe de la ICRC en el país, Yves Giovannoni. "No obstante, la mayor parte de la ayuda de emergencia finalmente será reducida", reconoció.