Los recicladores levantan su bandera en Cancún

Ezequiel Estay comenzó en 1991 a recolectar botellas de vidrio, tras perder su empleo en el grupo periodístico chileno Copesa. Ahora encabeza el Movimiento Nacional de Recicladores y es dirigente de una red latinoamericana que cuestiona el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).

«Somos la primera parte de la cadena, somos la solución para el manejo de los residuos. Primero está prevenir la generación de basura, luego vienen reducir, reutilizar y reciclar y, finalmente, la disposición», dijo Estay a TerraViva.

La organización chilena forma parte de un movimiento global de recolectores de desechos sólidos que los separan para abastecer a la industria recicladora de materiales como papel, cartón, plástico y vidrio.

En la 16 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), que se desarrolla en la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, los recicladores rechazan los proyectos del MDL aplicados a los vertederos de basura para capturar gases de efecto invernadero.

Además, demandan la creación de un fondo internacional de acceso inmediato para las comunidades locales que llevan a cabo prácticas recicladoras.
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El objetivo del MDL es que las naciones industrializadas inviertan en emprendimientos para disminuir las emisiones contaminantes en los países en desarrollo a fin de compensar las que no lograron reducir en su propio territorio.

Así, los países del Norte industrial obtienen Certificados de Reducción de Emisiones de Carbono que contabilizan a su favor como si estuvieran acortando su propia contaminación climática.

El Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005 y con metas en 2012, obliga a las naciones industrializadas que lo ratificaron a contraer sus emisiones a un volumen 5,2 por ciento inferior a las que se registraban en 1990.

«No hay políticas públicas que reconozcan la contribución social y ambiental de los recicladores, las iniciativas tienden a desplazar nuestro trabajo», denunció a TerraViva el colombiano Silvio Ruiz, de la Asociación de Recicladores.

Las personas que viven de recoger la basura y vender materia para el reciclaje ya suman 15 millones en el mundo, mientras que en América Latina son cuatro millones.

En Chile son unas 60.000 personas, en Colombia unas 300.000 y sólo en la Ciudad de México más de 15.000, según cifras de la Alianza Global de Recicladores y Aliados (GAIA, por sus siglas en inglés), muy activa en Cancún para defender los derechos de este sector.

Los fondos para el clima como el MDL y otros aportan dinero para incineradores y recolección de gases en vertederos, de dudosos beneficios ambientales, según GAIA, con sede en Filipinas y que reúne a más de 500 organizaciones en 80 países desde 2000.

El MDL tiene 2.562 proyectos operativos, 483 de los cuales provienen de América Latina y el Caribe. México ostenta 124 y Chile 139. En el caso mexicano, nueve iniciativas tratan de la captura de metano en depósitos de desechos.

El metano es un gas de efecto invernadero con una capacidad de polución 25 veces mayor que el dióxido de carbono (CO2), uno de los responsables del recalentamiento planetario.

La Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México aseguró que en 2009 se generaron en el país 38,3 millones de toneladas de basura. En Colombia la estadística es de 30.000 toneladas por día, mientras que cada chileno produce un kilogramo diario, según el movimiento reciclador.

En México, el reciclaje apenas supera 15 por ciento, en Colombia esa tasa es de 20 por ciento y en Chile casi 14 por ciento.

«Después de la prevención de producción de residuos, el reciclaje ha resultado ser del mayor beneficio climático comparado con otros enfoques del manejo de los desechos», resaltó el informe «Residuos y cambio climático», presentado en Cancún por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

«Ambas opciones son valiosas. Algunos proyectos MDL no han trabajado bien, pero hay también casos exitosos», responde a TerraViva el danés John Christensen, director del Centro Risoe sobre Energía, Clima y Desarrollo Sustentable del PNUMA.

Los gases provenientes de los residuos equivalen a entre tres y cinco por ciento del total mundial y para 2015 esas emisiones podrían alcanzar 2.900 millones de toneladas si no se adoptan medidas para su gestión adecuada, según el reporte.

«Nos oponemos a que se explote la energía de la basura. La tecnología debe estar en beneficio de los recicladores, si no, no sirve», enfatizó Estay.

En Colombia la Ley 142 determina el manejo y gestión de los desechos, sin profundizar en el reciclaje. En tanto, en Chile los sectores involucrados debaten un proyecto de ley de Residuos.

Silvio Ruiz señala que en su país, Colombia, «hay un plan para regionalizar los rellenos sanitarios para que abarquen a varios municipios». «El problema es el transporte de residuos, que puede provocar más contaminación», advirtió.

«Debido a que estas actividades no están organizadas formalmente o son a menudo sancionadas por los gobiernos, su contribución al manejo de los residuos y a la recuperación de recursos no es reconocida frecuentemente. Sin embargo, hay un creciente aprecio por el rol de ‘los recogedores de desperdicios’ en algunos países», reconoce el estudio de Pnuma.

En México no existen prácticamente organizaciones de recolectores independientes, pues el sindicato nacional es el que ejerce el monopolio de esa actividad, como lo ilustró la periodista Alma Guillermoprieto en un reportaje publicado en 1990 en la revista estadounidense The New Yorker e incluido en su libro «Al pie de un volcán te escribo» (2000).

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