Economía china recibe buenos y malos augurios

Mientras la economía de China sigue creciendo, expertos mantienen un cauto optimismo, confiados en que los fundamentos permanecen fuertes pero preocupados por la posibilidad de que la burbuja inmobiliaria y la inflación frenen la expansión.

Después de una sorpresivamente fuerte recuperación de la crisis financiera de 2008, China superó a Japón en agosto para convertirse en la segunda economía mundial. Su crecimiento este año seguramente supere la propia estimación del gobierno, de ocho por ciento, y se prevé mayores expansiones en el futuro.

El producto interno bruto (PIB) creció 11,9 por ciento en el primer trimestre de 2010 y 10,3 por ciento en el segundo. Este mes, el Banco Mundial elevó de 9,6 por ciento a 10 por ciento su pronóstico de crecimiento para China este año, basándose en su "aún sorpresivamente fuerte" incremento del PIB de 9,6 por ciento en el tercer trimestre. El organismo multilateral pronostica una expansión de 8,7 por ciento para 2011.

Por su parte, a comienzos de octubre, el Fondo Monetario Internacional elevó a 10,5 por ciento su estimación del crecimiento chino para 2010.

Justin Yifu Lin, el primer ciudadano chino en convertirse en economista jefe del Banco Mundial, es uno de los más optimistas sobre la marcha de su país. Asegura que el crecimiento de China en los próximos 10 o 15 años será aun más espectacular que en la última década, y cree que para 2025 este gigante asiático será la primera economía del planeta.
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Otros son más cautos. Xie Guozhong, economista y asesor de inversiones independiente, ex director gerente de la entidad financiera estadounidense Morgan Stanley, dijo a IPS que la excesiva capacidad de producción de China y sobre todo la burbuja inmobiliaria suponían verdaderos desafíos para el futuro.

"La burbuja seguirá creciendo los próximos dos años y estallará algún día inevitablemente", sostuvo.

Por su parte, el subdirector de la Escuela de Economía de la Universidad de Beijing, Su Jian, dijo que, a pesar de que la inflación se disparaba debido al rápido crecimiento de los precios de los alimentos, el desempeño económico chino seguía siendo fuerte.

Reconoció que el mercado inmobiliario estaba "plagado de burbujas", pero dijo confiado que "la economía de China no se dirigía a un colapso".

La fortaleza económica china se convirtió en tema de debate entre expertos. La opinión mayoritaria está a favor de un crecimiento sostenido, al menos a mediano plazo, pero una minoría de críticos, la mayoría de países occidentales, alertan que el gigante asiático no es lo que parece y pronostican que este país se encamina a una crisis financiera en las próximas décadas.

James S. Chanos, administrador de fondos de inversión libre que hizo una fortuna pronosticando la caída de Enron y otras compañías, alertó que China se dirigía al desastre y no al auge sostenido.

Señaló que Beijing está exagerando su fortaleza económica y falsea los índices de crecimiento. La burbuja inmobiliaria china es "mil veces la de Dubai, o peor", alertó.

Desde fines de 2008, críticos como Chanos alertaron que podrían emerger burbujas de activos en China. Indican que el paquete de estímulo de 596 millones de dólares, los préstamos bancarios sin precedentes y el masivo ingreso de "capital especulativo" externo han afectado el mercado bursátil y el inmobiliario.

En noviembre, Martin Wolf, uno de los más influyentes analistas económicos, dijo en una conferencia este año que China "casi seguramente" experimentaría una crisis financiera en los próximos 25 años. Alertó que el gigante asiático tenía una "significativa vulnerabilidad", añadiendo que podrían producirse importantes pérdidas en el sector bancario en los próximos años.

Wolf sostuvo que el modelo de crecimiento chino de los últimos 10 años era "fundamentalmente insostenible". Los principales desafíos futuros de los líderes en Beijing serán elevar los niveles de productividad, controlar la caída de las tasas de inversión y garantizar que los recursos naturales se mantengan a precios viables, añadió.

"Mi opinión es que, a pesar del enorme éxito que ha tenido China en las últimas dos décadas, las próximas dos serán inevitablemente más difíciles", afirmó.

Existen otros problemas potenciales para el futuro. El propio Banco Mundial alertó que las tensiones globales sobre los desequilibrios comerciales y la manipulación de las monedas en la llamada "guerra de divisas" podrían ensombrecer el panorama.

Mientras el gobierno chino reconoce que necesita frenar la inflación. A comienzos de diciembre, altos líderes del Partido Comunista señalaron que adoptarían una política monetaria más "prudente", aunque no especificaron cuál.

Las autoridades ya comenzaron dar pasos para frenar los préstamos y exigir a los bancos que dupliquen sus reservas.

Beijing también comenzó a dar paso para controlar el mercado inmobiliario, incluyendo la implementación de políticas hipotecarias más estrictas para frenar los crecientes precios de las viviendas.

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