Timor tiende la mano a Portugal ante temporal financiero

Al anunciar que está dispuesto a comprar títulos de deuda pública a Portugal, el presidente de Timor Oriental, José Ramos-Horta, sentó un precedente en las relaciones económicas internacionales, unánimemente apreciado por los círculos políticos y financieros lusos.

El primer mandatario de un país con una de las poblaciones más empobrecidas del mundo, cuyo ingreso por habitante de 600 dólares anuales lo ubica en el lugar 130 del mundo, extendió una mano a su ex colonizador y miembro del exclusivo club de la Unión Europea (UE) para ayudarle a capear el temporal de la crisis financiera.

"No veo dificultades para que Timor Oriental compre deuda pública portuguesa", afirmó Ramos-Horta el domingo 14, durante una visita al ex enclave luso-chino de Macao, donde reveló que el gobierno del primer ministro José Alexandre Xanana Gusmão ya decidió diversificar las inversiones del Fondo de Petróleo del país.

Añadió que otras inversiones podrán realizarse en empresas lusas públicas o semi-públicas de "gran éxito" y que garantizan un alto lucro, colocando como ejemplo las áreas de telecomunicaciones y de energías renovables, sector en el que Portugal es uno de los líderes mundiales.

Este lunes 15 en Lisboa, el secretario de Estado del Presupuesto, Emanuel dos Santos, consideró la actitud de Ramos-Horta como "un gesto de amistad".
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Los primeros cálculos del valor de esta operación, prevista para el próximo año, se situaron en alrededor de 1.000 millones de dólares, aunque el Diario Económico de Lisboa la situó en 700 millones de dólares.

Según el periódico, el Fondo de Petróleo timorense está valorado en cerca de 7.000 millones de dólares y solo puede invertir 10 por ciento en Portugal, porque legalmente el instrumento debe canalizar 90 por ciento de sus recursos a la compra de títulos del tesoro de Estados Unidos.

Otra noticia alentadora para la economía portuguesa fue conocida este lunes y también proviene de un país lusófono. El gigantesco Brasil se une al pequeño Timor en importantes inversiones futuras en Portugal, una línea seguida en 2009 por Angola, accionista de referencia de la petrolera lusa Galp, desde octubre totalmente privada.

La operadora telefónica brasileña OI se prepara para comprar una participación que puede llegar a 10 por ciento del capital de la privada Portugal Telecom (PT), en una operación que se concretará en 2011.

El año próximo la PT tendrá puesto en la administración de la privada OI y es entonces cuando los brasileños proyectan adquirir una posición en la compañía portuguesa, estimada en 1.190 millones de dólares.

Con la operación, la privada OI reemplazará como accionista estratégico de PT a la española Telefónica, que hasta ahora ocupaba ese lugar.

Las operaciones de Timor y Brasil, países que en el mundo que habla portugués son, respectivamente, las economías más modesta y poderosa, se producen en días que Portugal vive una crisis compleja, con la sombra del Fondo Monetario Internacional (FMI) que casi cotidianamente advierte que el país está en riesgo de bancarrota.

Ciertamente en un país con un producto interno bruto (PIB) de 233.400 millones de dólares, una deuda pública de 198.656 millones de dólares, medidas como la de Brasil y Timor no solucionarán el abultado déficit fiscal, de 9,3 por ciento en 2009 y de 8,4 por ciento previsto para 2010.

Pero sí son consideradas importantes inyecciones a la economía portuguesa, y en el caso de Timor, se une una fuerte carga simbólica.

La economista y periodista Helena Garrido, una de las analistas más destacadas del país, advirtió en Jornal de Negocios que Portugal tiene que prepararse "para un año 2011 mucho peor de lo que se adivina en este momento".

Como si la situación no estuviese lo suficientemente difícil, Alemania y Francia lanzaron más leña al fuego financiero, con declaraciones sobre reglas restrictivas futuras para la ayuda a los países en dificultades financieras dentro de la UE.

Si Irlanda, el país más atosigado por los especuladores actualmente, capitula y recurre a la ayuda del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) y el FMI dicta medidas para Dublín, todos los análisis de la prensa especializada de la UE coinciden en que Portugal sigue en la lista y se tiene que preparar para lo peor.

Esta perspectiva fue reconocida por primera vez la noche del lunes por el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, al admitir que el riesgo de que Portugal recurra al FEEF "es elevado". El problema no es únicamente portugués, sino tiene que ver "con la estabilidad de toda la zona euro", precisó.

En efecto, el riesgo no acaba en este pequeño país del extremo suroccidental europeo de 10,6 millones de habitantes. Una eventual intervención en Irlanda crea un serio peligro de afecto dominó sobre Portugal, España e Italia, y podría generar una recaída en Grecia, el origen inmediato de esta ola de turbulencias dentro de la UE.

Según Garrido, "en un intento por agradar a sus electores", la canciller (jefa de gobierno) alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, "crearon el riesgo de agotar el FEEF".

Si España no resiste y Alemania y Francia siguen insistiendo "en discursos electoralistas fáciles, el euro vivirá la peor de las pesadillas", vaticinó.

"Políticamente, todo el proceso de presión sobre Irlanda durante el pasado fin de semana, alimenta la desconfianza entre los países de la Zona Euro, no contribuyendo en nada para la cooperación actualmente fundamental, para superar las amenazas que se ciernen sobre la Unión Monetaria", concluyó Garrido.

Sobre las trabas que encuentran muchos países para aliviar la deuda, el profesor de economía de la Universidad de Lisboa, Mario Olivares, dijo a IPS que hay dos factores que lo impiden.

En primer lugar, "los que deberían aliviar la deuda no quieren hacerlo. Los ricos del mundo desarrollado, como por ejemplo las 500 mayores empresas del mundo que representan casi mitad del PIB de todo el planeta, deberían gastar en bonos del tesoro de varios países, bajar la tasa de riesgo", planteó.

"China que tiene un tercio de las reservas liquidas del mundo no lo hace, o lo hace a cuenta gotas, siguiendo un plan geoeconómico", explicó

El segundo factor "es que la profesión de economistas, educados durante los últimos 20 años, dejó de estudiar macroeconomía, estudian una cosa que llaman ‘acroeconomía’, pero que es un agregado de las empresas, donde el comportamiento es como si fuese un individuo racional", aseguró críticamente.

Este individuo, concluyó el académico, "solo gasta lo que tiene, lo que es verdad para él, para una familia, pero no para un país".

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