El animal nacional de varios países asiáticos, el que da nombre a los más diversos productos, el que ocupa un lugar destacado en la mitología regional podría extinguirse antes del próximo año chino del tigre en 2022, alertan conservacionistas.
Es necesario frenar el mercado negro en la frontera común de Birmania, Tailandia y China, donde existe un comercio ilegal de tigres y de otras especies en peligro, coinciden varias organizaciones conservacionistas.
"El comercio ilegal es la amenaza inmediata que pone en peligro la supervivencia de los tigres", señaló William Schaedla, director regional de Traffic Asia sudoriental, que participó en el Foro Internacional del Tigres, que se lleva a cabo en la ciudad rusa de San Petersburgo.
El Foro, que comenzó el domingo y terminará este miércoles 24, es el encuentro de mayor nivel político que se haya dedicado jamás a una sola especie.
El contrabando "también pone en riesgo a otros grandes felinos de Asia", apuntó.
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"La legislación de Myanmar (Birmania) y Tailandia prohíbe claramente el tráfico de tigres y otros grandes felinos. Urgimos a las autoridades a que apliquen todo el peso de la ley sobre los traficantes", añadió Schaedla.
Traffic Asia sudoriental lanzó el 19 de este mes el estudio "Comercio de grandes felinos en Myanmar y Tailandia", realizado en colaboración con el Programa para el Gran Mekong del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
La investigación, que duró 10 años, se concentró en el mercado negro de distintas partes del cuerpo de unos 400 felinos salvajes en Birmania y Tailandia.
El informe va acompañado de un filme documental "Closing Deadly Gateway" ("Cerrando la puerta mortal"), con entrevistas a cazadores furtivos e imágenes alarmantes de tigres carneados.
"Con sólo 3.200 ejemplares en el mundo, el comercio a gran escala denunciado en el estudio no puede tomarse a la ligera", remarcó Schaedla.
Los mercados y puestos de venta directa en el pueblo birmano de Mong La, cerca de la frontera con China, y en el de Tachilek, en la frontera con Tailandia, desempeñaron un papel de pivote en la distribución a gran escala de pieles, huesos, patas, penes y dientes de felinos, señala el estudio de Traffic.
La legendaria bravura y majestuosidad del tigre lo hacen desaparecer. El consumo que comenzó siendo motivado la "medicina popular" aumentó a instancias de la "prosperidad y de la nueva riqueza existente en Asia de personas que eligen esos productos como si fueran la nueva tendencia de la moda".
"Se necesitan tomar medidas urgentes en la región para poder salvar la menguante población de tigres", señaló Peter Cutter, coordinador de la conservación de felinos de la región del Gran Mekong, en Tailandia.
"Hay que mejorar la recolección de datos y asegurarse de que el gobierno y organizaciones no gubernamentales compartan información de forma transparente y oportuna a escala local y regional", añadió.
La población de tigres en la región del río Mekong Birmania, sudoeste de China, Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam disminuyó de forma drástica, de unos 1.200 ejemplares en el Año del Tigre de 1998 pasó a los 350 de hoy.
"El ambiente entre Birmania y Tailandia alberga las mayores esperanzas para recuperar a la población de tigres en la región, lo que es alarmante" dada la situación, señaló Cutter. "Pero sólo puede lograrse si se realizan esfuerzos coordinados sin precedentes para hacer frente al comercio ilegal", añadió.
"Un aspecto importante para poder salvar a los ejemplares salvajes es liquidar el comercio ilegal de partes de su cuerpo", señaló Michael Baltzer, director de la iniciativa Tigres Vivos, de WWF. "Ese asunto debe estar en el centro de las negociaciones", añadió en el Foro de Rusia.
Los últimos estudios muestran cómo prospera el comercio de tigres, y de otros animales salvajes, a través de Birmania, pese a las leyes nacionales e internacionales que lo prohíben. La mayor parte de esa actividad ocurre en áreas no controladas por el gobierno entre el norte de ese país y el sur de China, lo que dificulta la coordinación de medidas para frenar el problema.
El Foro de Rusia pretende reunir apoyo para lograr duplicar la población de tigres salvajes para 2022, formar un consorcio internacional para combatir los delitos contra la vida silvestre y recibir donaciones para reforzar el control en los 13 países que donde hay ejemplares, Bangladesh, Bhutan, Birmania, Camboya, China India, Indonesia, Laos, malasia, Nepal, Rusia, Tailandia y Vietnam.
"Un burócrata puede marcar la diferencia, un buen funcionario puede marcar la diferencia en el ámbito local, un director de parques excelente que sepa qué hacer puede marcar una gran diferencia", remarcó el conservacionista Valmik Thapar, en el documental Closing Deadly Gateway.
Pero "¿dónde están? ¿Por qué son tan pocos y están tan alejados? Estamos esperando", señaló.
"No creemos que vayamos a erradicar el tráfico de tigres, pero debemos desbaratarlo. Eliminando a los grandes traficantes lo lograremos", señaló Schaedla.
En Malasia hay "por lo menos dos" grandes traficantes más, además de Anson Wong, condenado a seis meses de cárcel en septiembre y obligado a pagar una multa de 61.300 dólares por exportar de forma ilegal 95 boas constrictora, indicó Schaedla.
Las autoridades malasias confiscaron en octubre dos tigres de Bengala que tenía Wong en su finca privada del noroccidental estado malasio de Penang.
El contrabando, el comercio ilegal y la urbanización llevaron a la extinción de tres de las nueve subespecies de tigres, el de Bali, el de Java, y el del Caspio o persa, en el siglo XX.
El tigre del sur de China, antepasado común de todas las subespecies, está funcionalmente extinto, quedan muy pocos ejemplares en cautiverio.