G-20 a prueba por guerra de divisas

La capacidad de liderazgo de Corea del Sur tendrá un duro examen esta semana cuando sea anfitriona de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) países industriales y emergentes, en medio de una guerra de divisas que sacude las relaciones entre sus miembros.

La guerra de divisas sacude al G-20. Crédito:
La guerra de divisas sacude al G-20. Crédito:
En los últimos meses, países como Japón, Tailandia y Brasil han visto con preocupación cómo sus monedas se han apreciado frente el dólar estadounidense, lo que afecta su competitividad.

China, por su parte, ha sido objeto de fuerte presión de Washington y de otros gobiernos para que permita que el yuan se aprecie más rápido.

Al mismo tiempo, países en desarrollo observan cuidadosamente a Estados Unidos, sobre todo luego de la decisión de la Reserva Federal la semana pasada de comprar bonos del Estado para volcar 600 millones de dólares en su economía, una medida que podría enviar aun más capital especulativo a las naciones emergentes.

Las economías asiáticas atraen capital debido a su continuo crecimiento, que se espera llegue en total a 9,4 por ciento este año, mucho más que las cifras de expansión pronosticadas para los países industrializados.
[related_articles]
Las fricciones surgidas en este ambiente financiero pondrán a prueba los vínculos que unen al G-20, cuyas economías miembro tienen diferentes tiempos de evolución y afrontan intereses contrapuestos. La cumbre se llevará a cabo entre el 11 y el 12 de este mes en Seúl.

"No quiero tirar agua fría sobre la cumbre, pero la situación está a nivel de crisis", alertó el economista surcoreano Satoshi Okuda, del Instituto de Economías en Desarrollo.

"A menos que Beijing y Estados Unidos encuentren una salida para encarar el superávit comercial del primero y el déficit comercial del segundo, no se logrará un verdadero progreso", sostuvo.

Las declaraciones de Okuda apuntan al enfrentamiento de fondo: las tensiones entre Estados Unidos y China, pero también coinciden con la preocupación de varias economías en desarrollo de que un mal manejo por parte de Beijing de sus nuevos desafíos financieros podría causar una grave inestabilidad en la economía mundial.

China se convertirá en 2020 en el principal socio comercial de cada país asiático, según pronosticó la firma de servicios financieros PricewaterhouseCoopers.

Beijing goza de un fuerte superávit comercial y se resiste a la presión internacional para permitir que el yuan se aprecie más rápido, arguyendo que eso afectaría a sus exportaciones y provocaría inestabilidad social si millones de sus trabajadores son despedidos como consecuencia.

En tanto, la deuda pública de Estados Unidos llega a 95 por ciento de su producto interno bruto (PIB). Washington ahora depende cada vez más de acreedores externos, incluyendo a China, para mantenerse a flote.

Mientras continúan las tensiones entre Beijing y Washington, las economías emergentes sienten el impacto de los ingresos de capital a corto plazo en la apreciación de sus monedas y sufren crecientes protestas de sus exportadores, preocupados por la competitividad de sus productos.

En Asia, el yen japonés ha sido la moneda más afectada por la apreciación, alcanzando un máximo en 15 años frente al dólar en agosto, lo que llevó al Banco Central de ese país a intervenir en el mercado de divisas por primera vez en seis años. Mientras, el baht tailandés alcanzó su máximo pico en 13 años frente al dólar.

Ante esto, países como Corea del Sur, Indonesia y Tailandia adoptaron una serie de medidas para proteger sus economías del ingreso excesivo de dólares.

En octubre, el gobierno tailandés impuso una retención fiscal de 15 por ciento a los inversores extranjeros que compren sus bonos, mientras sigue muy de cerca a su moneda, que se ubica en torno a 29,6 por dólar.

Por su parte, las autoridades surcoreanas anunciaron una auditoria a las instituciones financieras que manejan derivados de monedas extranjeras, para así minimizar la volatilidad causada por los flujos de capital.

También el mes pasado, Brasil incrementó por segunda vez su impuesto a las operaciones financieras —que recae sobre capital extranjero destinado a renta fija y a operaciones en la bolsa—, llevándolo a seis por ciento. Su moneda, el real, se apreció 12 por ciento desde julio.

El ministro de Finanzas japonés Yoshihiko Noda defendió la intervención para mantener a raya la moneda local. "Japón, con superávit de cuenta corriente, podría ser presionado a permitir una mayor apreciación del yen", adelantó el periódico Daily Yomiuri en un editorial de octubre, apoyando los controles.

Muchos dudan de que el G-20 efectivamente pueda manejar estas tensiones a nivel multilateral ya que, aunque representa 80 por ciento del comercio mundial, se trata de un grupo no vinculante, a diferencia de otras instancias formales de negociación.

Formado en 1999 para darle una mayor voz a las economías en desarrollo en la gobernanza económica global, los miembros del G-20 son: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.

El presidente surcoreano Lee Myung-bak dijo esperar que el grupo diera "un paso adelante" y alcanzara "un compromiso" para establecer pautas sobre los tipos de cambio y estableciera "guías indicativas" para evaluar las cuentas corrientes de los países miembro.

Una de las propuestas que se manejan en vísperas de la cumbre es la creación de un techo de cuatro por ciento del PIB tanto para el déficit como para el superávit de cuenta corriente.

La situación es similar a un volcán latente, graficó el analista financiero internacional Euh Yoon-dae para el periódico The Korea Herald.

El experto sostuvo que la insistencia de Estados Unidos para que China contenga sus exportaciones y cambie su política monetaria debe ser atemperada por la realidad de que una disminución del crecimiento chino podría afectar su capacidad de comercio con América Latina, China y Europa, que tanto necesitan esas regiones.

"Un escenario así es demasiado tenebroso, pues sólo causaría un estancamiento económico mundial", alertó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe