Las amenazas de ataques a Estados Unidos de grupos no islámicos superan ampliamente a las de quienes profesan esa fe, asegura un estudio del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos (MPAC, por sus siglas en inglés).
La comunidad musulmana frustró un tercio de los planes de atentados desde 2001, agrega el informe.
El MPAC es una organización que defiende los derechos civiles de los musulmanes estadounidenses.
El informe se concentra en episodios violentos ocurridos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.
"El informe demuestra la validez de dos de nuestros principios rectores", dijo a IPS Alejandro J. Beutel, autor del estudio.
[related_articles]
"Primero, es falso que hay que optar entre nuestros derechos y libertades y la seguridad nacional. Podemos tener ambas cosas", señaló Beutel, investigador del MPAC y oficial de enlace con el gobierno.
"El segundo es que las fuerzas del orden serían más efectivas si trataran de colaborar con la comunidad musulmana, en vez de tratarla como adversaria", apuntó.
"Somos muy prudentes al relacionarnos con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) por el espionaje infundado al que somete a nuestras mezquitas", añadió.
"No hay gran evidencia de un aumento del extremismo ideológico", concluye el estudio.
Los musulmanes que participaron en 13 de los 15 atentados fallidos cometidos tras la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, en enero de 2009, estaban vinculados a organizaciones extremistas antes de las elecciones.
De los 15 episodios, 10 tuvieron que ver con el extremismo ideológico desde 2007.
No hay pruebas de que la red Al Qaeda busque nuevos miembros en la comunidad musulmana de Estados Unidos. En cambio, los datos indican que el extremismo ideológico de larga data se vuelve violento.
Los musulmanes ayudaron a frustrar varias planes de atentados, lo que subraya la importancia de establecer una colaboración entre la policía y los miembros de esa comunidad, señala el informe.
La violencia extremista supone dos tipos de desafíos, señala el informe. Primero la cantidad y la naturaleza de los ataques planeados. Segundo, la cantidad de episodios orquestados y concretados en Estados Unidos, incluidos análisis comparativos de incidentes perpetrados por musulmanes y por quienes no profesan esa fe.
La propuesta de construir un templo islámico a dos cuadras de donde estuvieron las Torres Gemelas suscitó un resurgimiento de sentimientos antimusulmanes en Estados Unidos.
Varias personas y organizaciones, entre las que hay familiares de víctimas de los atentado de 2001, arremetieron contra el proyecto por considerarlo una "celebración del Islam". Los proponentes consideran la iniciativa como un vehículo para acercar las distintas religiones.
Se propagaron por todo el país, campañas contra la construcción de mezquitas.
Las elecciones de mitad de periodo de la semana pasada dieron pie a que muchos candidatos atacaran verbalmente a la comunidad musulmana, incluidos los ciudadanos estadounidenses que profesan esa fe.
La mayoría de ellos eran del opositor Partido Republicano y miembros del movimiento ultraconservador Tea Party.
Algunos integrantes del gobernante Partido Democrático trataron de cuestionar la idea de que "todos los musulmanes son terroristas", pero otros muchos guardaron silencio.
Varios atentados fallidos de los últimos tiempos contribuyeron a elevar la alarma pública y a alentar la búsqueda de un chivo expiatorio.
Los musulmanes de a pie sufren distintas formas de discriminación en su trabajo. Los miembros de esa comunidad presentaron 803 demandas de ese tipo en los primeros nueve meses de 2009, 20 por ciento más que el año anterior y casi 60 por ciento más que en 2005, según datos oficiales publicados por The New York Times.
La cantidad de reclamos desde esa fecha hasta ahora no se sabrá hasta enero de 2012. "Pero las organizaciones islámicas dicen haber recibido más quejas en los últimos tiempos, lo que sugiere que las cifras de este año alcanzarán otro récord".
La Comisión de Oportunidades de Empleo Equitativo presentó varias demandas vinculadas con la discriminación de musulmanes en varias empresas.
MPAC, entre otras organizaciones, están enfadas y desilusionadas con el FBI, que reconoció colocar "agentes provocadores" en las mezquitas.
"Nos sentimos traicionados", señaló Alejandro Beutel.