AMÉRICA LATINA: De la innovación social a las políticas públicas

«Ahora sólo queda mostrar los proyectos a los gobiernos para que los transformen en políticas públicas», enfatizó el director de Desarrollo Social de la Cepal, Martín Hopenhayn, al cierre del programa que visibilizó miles de experiencias comunitarias en América Latina y el Caribe.

Francisco Tancredo: Hopenhayn acentuó así uno de los objetivos centrales del proyecto "Experiencias en innovación social" de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que en cinco ediciones anuales premió a los programas más novedosos, con mayor participación comunitaria y claramente sustentables.

Los proyectos destacados van desde cooperativas y otro tipo de asociaciones para generar ingresos, atención y seguimiento de la juventud en riesgo y la afirmación de derechos en salud y educación, según las grandes áreas temáticas divididas por los responsables para su difusión.

El experto se manifestó confiado en que, al presentar estos programas comunitarios, se logre un cambio en las formas en que los gobernantes aprecien la tarea que surge desde las propias comunidades y se pueda así movilizar las riquezas existentes en los grupos sociales.

"A pesar de los importantes avances conseguidos en los últimos años en materia de reducción de la pobreza y la indigencia, la región aún sigue siendo la más desigual del mundo", precisó Hopenhayn a IPS. En ese marco resulta indispensable incorporar a las políticas públicas "esta gran riqueza social que hemos podido conocer y profundizar".
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Ya quedó demostrada la creatividad de la sociedad civil para "amortiguar los graves problemas que afectaron a grandes sectores populares ante la ausencia del Estado en medio del fervor neoliberal de los años 90", añadió en el foro de cierre del programa de esta semana en el Instituto de las Américas, en la sudoccidental ciudad estadounidense de La Jolla, contigua a San Diego.

El concurso "Experiencias en innovación social", desarrollado con el auspicio de la Fundación Kellogg, recogió casi 5.000 proyectos en cinco años de convocatorias a las más diversas actividades y propuestas que nacen y se desarrollan desde la base social, la gran mayoría de las veces ocultas para quienes no están involucrados.

De ese total se seleccionaron unas 3.000 que dieron como resultado a 25 ganadores y constituyen hoy las "Historias de éxito en América Latina y el Caribe", tomando el título del libro presentado en el foro realizado en el Instituto de las Américas y que resume el perfil y los logros de proyectos sociales innovadores que se desarrollan en 13 países de la región.

Estas iniciativas van desde programas de desarrollo rural en Bolivia y Haití, o de contención de adolescentes en riesgo en Argentina, pasando por un observatorio contra la corrupción en Brasil, una defensoría comunitaria para casos de violencia doméstica en Perú, un plan de atención sanitaria en la selva amazónica y hasta el fútbol como vehículo para el cuidad del ambiente en Belice.

"El proyecto en sí fue innovador, porque creó una base de información útil para los tomadores de decisión en toda América Latina y el Caribe", señaló a IPS el brasileño Francisco Tancredo, miembro del comité de selección del concurso y uno de sus impulsores desde el inicio cuando aún era el director de la Fundación Kellogg.

"Nuestra idea inicial era hacer un reconocimiento público a los promotores sociales que existen en toda la región y que muchas veces sólo conocen su trabajo la propia comunidad beneficiaria y nadie más, darles visibilidad", recordó.

Para Tancredo, fue de capital importancia poder "organizar y sistematizar esta información" para que se pudiera reproducir en otros sitios, y para ello lo mejor era que los propios protagonistas contaran sus experiencias, como se recoge en el libro presentado en La Jolla.

"Todo está condensado en esas páginas, que ahora están a disposición de los gobiernos nacionales y locales", añadió quien es responsable de la publicación junto a la economista colombiana Norah Rey de Marulanda, también del comité de selección.

Ya se ha hecho camino al respecto, explica, como el caso del programa "Salud y Alegría", en el amazónico municipio de Santarém, que en diciembre será lanzado en el plano nacional como política pública del gobierno de Brasil.

Pero otros chocan con mucha indiferencia o trabas burocráticas. "Proyectos exitosos como los premiados tienen que ser masificados (…), por ello es imperativo que se produzca un diálogo entre sus protagonistas y los gobiernos" para que se incorporen como política estatal, precisan los autores del libro.

Pasado cinco años, la Cepal "acumuló saberes fundamentales de los proyectos presentados, con un perfil innovador y gran potencialidad". "Son ejemplos ilustrativos de capacidad social y comunitaria", puntualizó Tancredo.

"Llegamos a este seminario de cierre, aunque no queríamos que fuera de ese modo y aún espero que sea temporal hasta que aparezca un nuevo financiador", indicó.

"Hemos intentado ponerle "marca" a estas iniciativas de innovación social para que este premio permita abrir más puertas y constituya en sí mismo un valor para la promoción social", añadió.

Lleva el sello de credibilidad de Cepal y con ello, según Tancredo, "pueden romperse las barreras que muchas veces se levantan en los gobiernos para incorporar a políticas públicas los programas exitosos surgidos de la iniciativa comunitaria".

"Sabemos que esto último es complicado de lograr, por lo que implica llevar a escala nacional iniciativas locales, pero ‘se hace camino al andar’", agregó.

Muchos de los ganadores de estos cinco años destacan que, tras pasar por estos concursos e incorporar la marca Cepal, se les abrieron puertas de autoridades —que dudan porque buscan resultados a corto plazo— o de recursos privados.

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