En otra época, vender pan en Colombo le permitía a Charmindha tener sueños modestos. Pero en los últimos dos meses, este adolescente del sur rural de Sri Lanka ha visto menguar sus ingresos, y no parece que nada esté por cambiar.
"Mis ventas cayeron alrededor de 20 por ciento", dijo Charmindha, quien gana una comisión de dos rupias (dos centavos de dólar) por cada pan vendido.
Antes vendía incluso 120 panes cada vez que realizaba su recorrido en una motocicleta por los barrios residenciales de la capital, señaló.
"Ahora, si vendo unas 100 es un buen día", dijo.
Las principales panaderías y fabricantes de pan tienen experiencias similares. "En las áreas urbanas hemos presenciado una caída de entre 10 y 15 por ciento en las ventas de pan. En las áreas rurales es peor, de alrededor de 25 por ciento", dijo a IPS el presidente de la Asociación de Dueños de Panaderías, Newton Jayawardena.
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Sin dudas, la carestía de los productos panificados se debe en buena medida a la reducción de sus ventas en el país. Hace un mes, un pan de 450 gramos costaba 43 rupias (38 centavos de dólar). Hoy cuesta 46 rupias (41 centavos).
Los productores del ramo argumentan que tuvieron que subir los precios en parte por la escalada mundial de los precios del trigo. "Ése es el único motivo, no hubo nada más", opinó Jayawardena.
Pero es posible que el dato no sea preciso. De hecho, el gobierno creó un impuesto de 10 rupias (nueve centavos) a cada kilogramo de trigo importado, en un esfuerzo por volver más atractivo el precio del arroz producido en el país.
Se había pronosticado que la última cosecha de arroz en Sri Lanka sería de 2,54 toneladas, todo un récord.
En un informe sobre el país presentado a comienzos de este mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló que el gobierno volvió a establecer un tributo de 15 por ciento al trigo importado para reducir el consumo de harina y apoyar los precios del arroz, anticipándose a la cosecha de la segunda mitad del año.
"Se brinda a los agricultores subsidios a los fertilizantes, lo que ha causado un aumento en la producción arrocera", agregó.
El éxito de la cosecha condujo a una reducción de los precios del arroz; de lo contrario el trigo se habría encarecido, "principalmente debido a intervenciones políticas sobre las importaciones de trigo", dijo también la FAO.
De hecho, mientras aumentan los precios del trigo y del pan, los del arroz van en la dirección opuesta. Algunas variedades de arroz cuestan ahora 20 por ciento menos que hace un año, y se prevé que a medida que el pan desaparezca de las mesas srilankesas, lo reemplace el arroz.
Como ocurre en otros países asiáticos, el arroz es un alimento básico en Sri Lanka. Pero desde los años 70, el pan también ha sido parte del desayuno y el almuerzo de muchos habitantes del país.
Según el Departamento de Estadística y Censos, un típico hogar srilankés consume en promedio unos nueve kilogramos de pan y otros derivados del trigo en un mes. Esa cantidad es muy inferior al consumo mensual de arroz, de 36 kilogramos por hogar, pero los datos muestran que, a excepción del arroz, el pan supera a otros alimentos en la mesa familiar.
Sin embargo, incluso los panaderos creen que su producto no mantendrá ese puesto durante mucho tiempo.
Funcionarios de la Asociación de Dueños de Panaderías dijeron que en las áreas más pobres del país la gente ya parece estar eliminando al pan de sus listas de compras.
En esas zonas, "no creo que la gente pueda pagar casi 50 rupias (45 centavos de dólar) por pan", explicó el secretario de la Asociación, Rohan Hettiarachchi.
Y, aunque quieran, los productores de panificados no podrán bajar sus precios a menos que el gobierno conceda a la industria una generosa exoneración impositiva.
Según la FAO, el pronóstico mundial de producción de trigo era de 646 millones de toneladas para este año, cinco por ciento menos que en 2009. Esa agencia culpó de esto a la baja producción de trigo en Rusia.
A fines de agosto, Rusia prohibió las exportaciones de trigo, y los informes indican que probablemente esa medida continúe durante un tiempo. Por lo tanto, los precios mundiales del trigo seguirán siendo altos.
Según estimaciones aproximadas, las ventas de productos panificados en Sri Lanka llegan a a 150.000 millones de rupias (1.343 millones de dólares). Pero conocedores de la industria sostienen que pueden perder alrededor de 20 por ciento de las ganancias en 2010, en comparación con 2009.
La industria panificadora de Sri Lanka brinda empleos directos a por lo menos 120.000 personas, y apoya indirectamente a otros sectores como el transporte, la avicultura y la producción láctea, según la Asociación de Dueños de Panaderías.
Hace pocos meses también apoyó los sueños de un joven, que creyó que algún día le iría muy bien en la ciudad. Pero incluso Charmindha se ha dado cuenta de que pronto tendrá que hallar un nuevo trabajo si quiere que sus sueños se hagan realidad.