PARAGUAY: Lugo manda parar con especulaciones agoreras

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, debió salir al paso de las especulaciones de sucesión en el cargo a través de un enfático mensaje sobre sus plenas facultades para gobernar pese al último episodio médico, derivado del tratamiento del cáncer que lo aqueja. Aún permanece en un hospital de Brasil.

El gobernante centroizquierdista, quien fue sometido a tres sesiones de quimioterapia desde comienzos de agosto tras confirmarse que padecía linfoma no Hodgkin, apeló a la radioemisora estatal paraguaya para tranquilizar a la población sobre su estado de salud.

Es que su traslado de urgencia el sábado al Hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo causó tal revuelo mediático que puso expectante a la población. Lo que inicialmente se creyó un cuadro infeccioso avanzado, fue descartado por los especialistas del centro brasileño, quienes indicaron que se trató de una trombosis en la vena cava superior, situación que fue controlada rápidamente.

Ya fuera de la unidad de terapia intensiva, Lugo pidió tranquilidad y seriedad a los dirigentes políticos de su país, ante el cúmulo de voces que discutían sobre su continuidad o no en el cargo.

Posteriormente, el mandatario, de 59 años, les dijo a periodistas reunidos frente al hospital paulista que prácticamente está curado del cáncer.
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"Ya no aparecen los tres o cuatro linfomas y me estoy olvidando del cáncer, voy a volver sano a Paraguay", enfatizó este martes. Añadió que seguirá con el tratamiento, atendiendo que son tres las sesiones de quimioterapia que le restan y cuya última aplicación está prevista para diciembre.

Su médico de cabecera, Alfredo Boccia, se refirió en iguales términos pero con más cautela, indicando que sí es conveniente que culmine el tratamiento oncológico.

De ese modo pareció despejar las reacciones públicas de alarma que se sucedieron a partir del último quebranto de salud de Lugo, producto del tratamiento contra el cáncer.

Pero la analista política Milda Rivarola señala que también hay especulaciones políticas, que se manejan en reserva, respecto de un posible reemplazo, especialmente desde la oposición derechista.

Hasta ahora había prevalecido una reacción ante los medios de comunicación relativamente cuidadosa e institucional, así como respetuosa, del estado de salud del gobernante. Pero esa situación cambió sustancialmente el sábado pasado, ante la gravedad del incidente médico observado.

"Quien más quien menos pensó que (el presidente) se iba a morir", aseguró Rivarola a IPS.

"El riesgo era muy alto y a partir de ahí apareció una cierta amenaza sobre que, si el presidente no renunciaba, la oposición tenía que tomar medidas en el parlamento", añadió. Esta vez fue la primera vez que se hicieron públicas manifestaciones de este cariz, precisó.

La oposición es liderada por la Asociación Nacional Republicana, la tradicional agrupación más conocida como Partido Colorado vencida en las elecciones de 2008 por Lugo tras ostentar el poder hegemónico por 61 años, 35 de los cuales de la mano del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), quien falleció en 2006 en Brasil.

Los colorados y su escisión, la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace) del ex general Lino Oviedo, superan en número a los legisladores oficialistas en las dos cámaras parlamentarias, actualmente presidida por opositores.

Rivarola considera que otro nivel de reacción es privado. Es decir, todos los partidos políticos están previendo escenarios diferentes, algunos de los cuales ven la posibilidad de una inhabilidad o muerte presidencial o sustitución del gobierno.

"Todos están previendo medidas en el caso de que haya necesidad de realizar una sustitución. Hay un escenario para seguir gobernando como hasta ahora, con preponderancia del gabinete ministerial, otro que prevé el fallecimiento o renuncia voluntaria de Lugo, y el tercero es obligar al mandatario a renunciar vía el parlamento", detalló Rivarola IPS.

Dentro del esquema de oposición también juega un papel decisivo el sector disidente del cogobernante Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), principal fuerza política de la otrora Alianza Patriótica para la Cambio que catapultó a este ex obispo católico a la Presidencia de Paraguay.

Precisamente, a ese sector del PLRA es que responde el vicepresidente de Paraguay, Federico Franco, con quien Lugo mantiene una relación tirante desde el comienzo mismo del mandato y es foco de permanentes acusaciones de conspiración por parte de los sectores de izquierda del gobierno.

Desde el oficialismo, el mensaje es único: calma. Para el senador Sixto Pereira, la situación es simple, a pesar de la complejidad: "Se debe dejar de especular con la salud del Presidente; ante todo, la justicia indicará los pasos a seguir", dijo a IPS.

Sobre lo que implicaría un eventual cambio de gobierno, Rivarola refirió que demandaría un costo muy elevado para el país, en términos de continuidad del proceso democrático, porque los costos de la alternancia en el poder ya fueron pagados.

"Pasó el tembladeral inicial y se estaba entrando en una etapa más estable, con los costos naturales de los dos primeros años de gobierno por falta de experiencia", dijo.

En iguales términos se oyeron algunas expresiones desde la oposición, entre ellas las del senador Julio Velázquez, del Partido Colorado, quien señaló que lo que menos necesita el país en este momento es una turbulencia política, menos aún ante la cercanía de un evento electoral.

En efecto, en noviembre próximo se realizarán las elecciones municipales, para los cargos de alcaldes y concejales municipales. Esta cita ante las urnas será un barómetro importante tanto para los sectores políticos.

A pesar de ciertos pronósticos poco alentadores, el ex obispo anunció su pronto retornará al país y que es plena la vigencia de su gobierno.

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