«Con la nueva Constitución y una sociedad civil activa, esperamos cambios importantes en el sistema de gobernanza del país», dijo Ekure Aukot, abogado especialista en derechos humanos que presidió el Comité de Expertos a cargo de la nueva carta magna de Kenia.
Sin embargo, es posible que esto no se logre fácilmente sin voluntad política y compromiso de los legisladores, sostuvo.
En agosto el país aprobó una nueva Constitución que dispone reformas políticas, agrarias y de género. Pero en una nación que padeció violencia post-electoral y matanzas étnicas entre diciembre de 2007 y enero de 2008, todavía falta abordar los temas de derechos humanos y gobernanza.
El Índice Ibrahim de Gobernanza, difundido el 4 de este mes, muestra que falta mucho por hacer en este sentido, dado que Kenia se ubica en una posición inferior a la de la edición anterior.
El informe 2010 de la Fundación Mo Ibrahim listó a Kenia en el puesto número 27 en materia de gobernanza general, lo que supone una caída de cinco lugares en relación a 2009. El país también registró 55,5 por ciento en derechos humanos y participación, superando a Egipto, que registró 35 por ciento pero se ubicó en el décimo puesto en lo relativo a la gobernanza general.
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Túnez, por su parte, obtuvo 37,7 por ciento en la primera categoría pero se posicionó en el octavo lugar en materia de gobernanza.
Pero la abogada keniata Catherine Mumma cree que la lucha por los derechos humanos está cobrando impulso y conduciendo, lentamente, a una buena gobernanza.
Un homosexual residente en Nairobi intentó recibir un tratamiento adecuado para su recurrente gonorrea rectal, pero recién después de tres años de sufrimiento lo logró, en la organización no gubernamental Liverpool VCT.
La ministra de Programas Especiales de Kenia, Esther Murugi, apoyó públicamente el derecho de gays y lesbianas a acceder a servicios de salud como el resto de la población.
"No tengo disculpas que pedir. La comunidad gay está clasificada como una población en alto riesgo de contraer VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida); por lo tanto tiene el derecho de acceder (a esos servicios) y no debería ser estigmatizada", dijo.
Un activismo igualmente osado en apoyo a los derechos humanos hizo que los prisioneros keniatas pudieran votar en el último referendo, que condujo a la promulgación, en agosto, de la nueva Constitución.
"Es por esto que hemos estado luchando como sociedad civil a través de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia. Todos los keniatas deben tener iguales derechos, independientemente de su estado de salud, religión, creencias, estilo de vida, etcétera", expresó Mumma.
"La gobernanza, o bien facilita o bien obstruye los derechos humanos", agregó. Precisamente, la participación y los derechos humanos fueron uno de los cuatro indicadores usados para evaluar la gobernanza en los 53 países africanos listados en el Índice.
Los otros tres fueron seguridad e imperio de la ley; oportunidades económicas sustentables, y desarrollo humano.
"Debemos asegurarnos de que no se desatienda el lado político de la gobernanza en África. La evidencia y la experiencia en todo el mundo nos muestra que la discrepancia entre gobernanza política y administración económica son insostenibles a largo plazo", dijo Salim Ahmed Salim, directivo de la Fundación Ibrahim, en un comunicado emitido junto con la presentación del informe.
"Si África quiere continuar avanzando, necesitamos prestar atención a los derechos y la seguridad de los ciudadanos", agregó.
Según Aukot, observar los indicadores de gobernanza es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el continente.
Esos Objetivos, definidos en 2000 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.
Y también combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
Todos los países que figuran en los últimos lugares del Índice Ibrahim tienen una gran proporción de muertes infantiles y maternas, así como una elevada pobreza.