El vigoroso regreso de la oposición al parlamento de Venezuela robustece el pluralismo, aunque a la vez puede llevar en el mediano plazo a una nueva crisis política, advierten analistas.
Con casi 99 por ciento de las actas de voto escrutadas, el Poder Electoral informó que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y su aliado el pequeño Partido Comunista se aseguraron al menos 98 de los 165 asientos que conforman la unicameral Asamblea Nacional legislativa, mientras que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) confirmó 63.
Otros dos lugares correspondieron a Patria Para Todos (PPT), la agrupación izquierdista que rompió con el gobierno este año, y los dos restantes seguirán en disputa hasta completar el conteo de las elecciones parlamentarias del domingo.
Pero en cuanto a la cantidad de votos, la MUD recogió 5.448.864 sufragios, que representan 48 por ciento del total escrutado hasta ahora, la alianza del PSUV sumó 5.259.998, que equivalen a 46,4 por ciento, el PPT logró 330.260 votos, es decir 2,9 por ciento, y el resto de votos fueron a minúsculas agrupaciones, en su mayoría también opositoras, o resultaron nulos o en blanco.
En cuanto a la participación en las urnas, las autoridades informaron que se llegó a 66,45 por ciento de los 17,6 millones de votantes inscriptos en el padrón electoral de este país, que cuenta con 28,8 millones de habitantes.
El coordinador de la MUD, Ramón Aveledo, indicó: "El pueblo venezolano habló". Y sumando todos los votos ajenos al oficialismo, agregó: "Quienes adversamos al gobierno somos 52 por ciento del electorado y la actual Asamblea (que concluirá sus trabajos en enero) ya no representa a Venezuela y no debe, y moral y políticamente no puede, decidir en materia de legislación".
Esa afirmación fue respondida por el jefe de campaña y diputado electo del PSUV, Aristóbulo Istúriz. "Vamos a legislar hasta el último día, así que prepárense. No logramos la meta de dos tercios (de los escaños), pero conseguimos una victoria contundente", dijo.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, consideró, a través de la red social de Internet Twitter, que las elecciones fueron "una nueva victoria del pueblo". "Debemos continuar fortaleciendo la revolución", puntualizó.
Analistas políticos como Eduardo Semtei consideran que Chávez mantendrá "el pie en el acelerador" de sus iniciativas de cambios políticos y en la economía y sociedad de Venezuela, lo que le llevará a nuevos choques con las fuerzas de oposición.
"Se avecina una crisis política, quizá en los próximos meses, porque la sociedad que se opone al proyecto de Chávez se sentirá envalentonada con este éxito electoral y va a reaccionar ante las medidas que se emprendan en su contra", señaló a IPS el sociólogo y profesor de ciencias políticas Carlos Raúl Hernández.
Según Hernández, "lo ocurrido en Venezuela puede calificarse de histórico, a riesgo de caer en el lugar común, porque se detiene y naufraga el proyecto de exhumar y reeditar, y además por la vía electoral, el socialismo de tipo comunista después que éste murió el siglo pasado como fenómeno cultural de Occidente".
De cara a la calle y a la opinión internacional, la oposición tratará de sostener una de las consignas que empleó en la campaña, que es "somos mayoría", en tanto que el oficialismo se apoyará en la legalidad formal y el control por parte de seguidores del presidente de casi todas las palancas de poder nacional y regional, político y económico.
En el parlamento, el gobierno no dispondrá de los dos tercios que Chávez había fijado como victoria necesaria, ya que esa mayoría calificada se requiere para aprobar leyes orgánicas, de mayor rango que las ordinarias y con las cuales se recompone la arquitectura política, económica, social e institucional del país.
También se necesita esa mayoría para nombrar o remover magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y de los poderes Electoral y Ciudadano, que integran la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo, manejadas hoy por personalidades afines a Chávez.
El ex líder socialista Teodoro Petkoff, devenido en bujía ideológica de la oposición, había estimado que, aunque minoritaria, la bancada opositora jugará un papel distinto al del período 2000-2005, "cuando hizo parte de una estrategia golpista". "Ahora se propone revertir el poder de Chávez por vías absolutamente democráticas", aseguró.
En 2005, la oposición se retiró de la contienda electoral para renovar el parlamento por desconfiar del árbitro y el oficialismo ocupó así todos los escaños. Posteriormente, una docena de diputados se distanció de Chávez o pasaron a la oposición, pero sin alterar la decisión del PSUV de legislar a placer e incluso habilitar al presidente para elaborar decretos-leyes.
Medidas de ese tipo puede adoptar la Asamblea actual en los tres meses que le restan de actividad, incluso tratar de recortar las iniciativas y tareas del legislativo, así como habilitar al presidente Chávez para que legisle por decreto, por cuarta vez desde 1999.
Hernández y Semtei no avizoran la captación de diputados oficialistas por el PSUV, pero creen posible un proceso a la inversa, como ocurrió en el pasado, lo que puede animar la resistencia a las medidas de cambio que adopte el gobierno.
La crisis, añaden, puede tener caldo de cultivo en el deterioro de indicadores económicos y sociales, a los que ya se los culpa de causar o contribuir al retroceso electoral de la figura y el gobierno de Chávez. Entre los problemas planteados se cuenta la alta inflación, persistentes desempleo y subempleo, elevada criminalidad, déficit de vivienda y de servicios como electricidad.
El líder venezolano fue reelegido con 7,3 millones de votos en 2006, pero bajó entre dos y tres millones en las consultas de 2007 y 2009.
La oposición política recibe, para encarar con carácter de confrontación la crisis que pueda venir, el estímulo de la elección presidencial prevista para diciembre de 2012, tras el éxito mostrado al unirse en la MUD, una coalición de 20 partidos nacionales.
La MUD incrementó la mayoría en los estados que ganó en las elecciones regionales de 2008 y avanzó en otras plazas, como el oriental estado petrolero de Anzoátegui y el Distrito Capital (Caracas oeste), donde, aunque por un margen muy pequeño, por primera vez desde 1998 los seguidores de Chávez pierden una consulta.
Descollaron con sus éxitos el domingo Pablo Pérez, gobernador del noroccidental y petrolero estado de Zulia, donde la oposición conquistó 13 de las 16 bancas en juego, y Henrique Capriles, de Miranda, que cubre parte de Caracas y una provincia a su oriente y donde la MUD consiguió 700.000 sufragios frente a medio millón del PSUV.