Personal docente se arma en el sur de Tailandia

Maestros y profesores de las 380 escuelas públicas de la provincia de Narathiwat, en el sur de Tailandia, llevan algo más que libros en sus bolsos cuando van a dar clases debido a la violencia registrada en la región contra el personal docente y los centros de enseñanza.

"Alrededor de 70 por ciento de los maestros llevan armas", aseguró Sanguan Inrak, presidente de la Asociación de Maestros y Profesores de Narathiwat, que representa a casi todos los 7.000 educadores de la enseñanza primaria y secundaria.

"Solía llevar un arma, pero mi estado de salud ya no me lo permite", dijo Sanguan a IPS. "Los maestros llevan dispositivos pequeños, nada más", apuntó.

La proliferación de armas pequeñas no es exclusiva del personal docente de Narathiwat. Se observa una tendencia similar en las provincias vecinas de Pattani y Yala, cerca de la frontera con Malasia.

La presencia de maestros armados es consecuencia de la actividad insurgente en el sur del país, que atenta contra los centros educativos de la zona. Educadores, estudiantes y centros de enseñanza quedaron atrapados en el conflicto entre soldados fuertemente armados y una red difusa de rebeldes malayos musulmanes.
[related_articles]
Desde que comenzó el actual episodio de violencia, en enero de 2004, en la región —donde reside la minoría malaya musulmana de este país de mayoría budista— murieron 137 maestros de escuelas públicas y 19 funcionarios, coinciden investigadores locales e internacionales.

La cantidad de personas heridas también es alta, 103 maestros y 19 funcionarios.

El conflicto que ya lleva seis años dejó más de 4.300 personas muertas y 11.000 heridas, la mayoría civiles malayos musulmanes.

Pero la tendencia entre los maestros es diferente, "la gran mayoría de los asesinados son tailandeses budistas", señaló Bede Sheppard, investigador de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York.

"Los maestros musulmanes fueron agredidos por trabajar en escuelas estatales", explicó.

El asesinato de Wilas Petchprom, de 54 años, y de su esposa Komka, de 53, a principios de este mes, es uno de los últimos casos registrados. Presuntos insurgentes dispararon contra el matrimonio budista cuando se dirigía en su motocicleta a un mercado de Narathiwat antes de ir a dar clases.

Los soldados tailandeses, quienes junto a fuerzas paramilitares ascienden a unos 60.000 efectivos en el sur del país, también son acusados de atacar escuelas musulmanas privadas y de detener a varias decenas de religiosos maestros, o "ustaz", por sus presuntos vínculos con la insurgencia.

Tailandia no es el único país del mundo en que los centros de enseñanza son blanco de ataques directos en conflictos armados.

Los ataques contra escuelas, estudiantes y personal docente casi se triplicaron entre 2007 y 2008, pasando de 242 a 670 episodios de violencia, según un estudio divulgado a principios de este año por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).

"En Tailandia, la cantidad de ataques contra escuelas se cuadriplicó entre 2006 y 2007 y bajó en 2008", según el informe.

"Los atentados incendiarios pasaron de 43, en 2006, a 164, en 2007, y bajaron a 10 en 2008 en un periodo de calma del conflicto", según el estudio "Education Under Attack – 2010" (educación atacada – 2010).

Los ataques contra maestros de escuelas públicas por rebeldes malayos musulmanes se enmarcan en un conflicto originado en 1902, cuando el reino de Siam, como se llamaba entonces Tailandia, anexó a las tres provincias del sur.

Hasta ese momento formaban parte del reino musulmán de Pattani.

Desde la anexión, la comunidad malaya musulmana se queja de discriminación cultural, lingüística y económica, lo que llevó al surgimiento de un movimiento separatista en los años 70.

"Los insurgentes, quienes consideran al sistema educativo como un símbolo de la opresión del Estado budista, queman y bombardean escuelas estatales, agreden y asesinan maestros y propagan el miedo entre los estudiantes y sus padres", señala un estudio de HRW sobre la violencia en los centros de enseñanza en el sur de Tailandia.

Las escuelas que se salvan de la agresión son las musulmanes privadas, llamadas "pondok", donde se imparte una educación islámica con énfasis en la cultura local.

El gobierno agravó el problema poniendo efectivos y fuerzas paramilitares en las escuelas, "que las usan como base para sus operaciones de contrainsurgencia", añade HRW.

El resultado de la respuesta militar, unas 330 escuelas atacadas desde 2004, no fue bueno, dijo a IPS un oficial que no quiso dar su nombre.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe