Pequeña agricultura marginada en Kenia

La mayoría de los habitantes de Kenia son agricultores, pero sólo 3,6 por ciento del presupuesto nacional va para ese sector, a pesar de que el gobierno ha prometido destinar al menos 10 por ciento.

Alrededor de cinco millones de los ocho millones de hogares kenianos están directamente involucrados en la producción agrícola, según Vision 2030, un documento estratégico del gobierno para el crecimiento y desarrollo del país.

Sin embargo, 10 millones de los 38 millones de habitantes sufren hambre y necesitan asistencia alimentaria este año, según demostró un censo.

Expertos agrícolas señalan que la escasez de presupuesto para el sector ha tenido un impacto particularmente severo en los pequeños productores, que luchan para alimentar a sus familias.

"El sector agrícola necesita un importante financiamiento para que los granjeros puedan ir más allá de la producción para consumo y se preparen para un comercio a mayor escala", sostuvo Francis Karin, investigador del Instituto Tegemo de Políticas Agrícolas y de Desarrollo en Nairobi.
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"Actualmente, el Ministerio de Agricultura está desbordado", explicó. "Carece de personal, por ejemplo, para ofrecer apoyo técnico a los agricultores. No hay fondos suficientes para la tan necesaria investigación, y el país necesita tecnología para incrementar la producción".

Sin asistencia financiera del gobierno, los pequeños productores seguirán luchando para sobrevivir sin avanzar hacia la sostenibilidad.

Un ejemplo es el caso de Waceke Kamau, agricultora del central condado de Kiambu. Ella está a punto de vender su ganado y destinar sus dos acres de tierra al cultivo de alimentos, para así poder darle de comer a su familia de seis miembros.

"El gobierno le paga muy poco a los productores por sus cultivos comerciales, como té y café, y se necesita mucho dinero para comprar insumos, como fertilizantes y semillas, e incluso para pagar la mano de obra", señaló.

"La venta de leche también genera muy poco, y lo que se gana hay que invertirlo (en las vacas) para asegurar que produzcan leche", añadió.

La investigadora Mary Abukutsa, quien ha trabajado para el Ministerio de Agricultura y ahora es conferencista en la Universidad Jomo Kenyatta de Ciencia y Tecnología en Nairobi, confirmó que la agricultura no es una prioridad para las autoridades, aun cuando es cimiento de la economía.

"Cuando el gobierno destina tan poco a este sector, el agricultor no tiene subsidios que ayuden a impulsar su producción, lo que significa que gasta mucho dinero en insumos y todo se vuelve muy caro", indicó.

Además, Abukutsa explicó que la mayoría de los pequeños productores no tienen acceso directo a los mercados y por tanto dependen de intermediarios.

Los únicos que se benefician de las actuales políticas agrícolas y pueden acceder a subsidios son los agricultores a gran escala, poseedores de monocultivos en su gran mayoría para exportación, como té y café, y con capacidad de negociar los precios en el mercado internacional.

El gobierno sabe que las ganancias de estos grandes productores al fin de cuentas beneficiarán a la economía keniana.

Las autoridades confían en que superarán la meta de un crecimiento económico de 4,4 por ciento este año, sobre todo gracias a la producción de té.

Sin embargo, los pequeños productores, que son la mayoría, siguen sin recibir subsidios.

"Escuchamos en los medios que el gobierno nos ayudará a recibir más de la venta de leche, té y café, pero es puro discurso. Hasta que no vendamos nuestros productos sin los intermediarios, poco se puede hacer para mejorar nuestra situación", se lamentó Kamau.

Abukutsa subrayó que el alto número de hambrientos en este país se debe a la mala planificación del Ministerio de Agricultura, y no a la falta de alimentos.

"Algunas regiones generan más alimentos, que deberían ser distribuidos en regiones que producen menos, pero hay una falta de capacidad debido al escaso presupuesto agrícola", explicó. Y quizás también a la falta de voluntad política, añadió.

Como parte de un proyecto universitario, Abukutsa comenzó a crear cooperativas con 100 pequeños productores, ayudándolos a hacer un fondo común para acceder a mercados y lograr el máximo de ganancias.

Abukutsa llamó al gobierno a imitar su modelo, ayudando a los granjeros a formar cooperativas, mejorar la infraestructura y reducir costos, así como desarrollar métodos innovadores y tecnologías que ayuden a los productores a incrementar sus márgenes de ganancia.

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