Los gobiernos americanos apoyaron sin equívocos al presidente de Ecuador, Rafael Correa, ante la crisis desatada por la sublevación de un sector de la policía. En ese marco, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) decidió reunirse de emergencia para acentuar ese respaldo.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió que "la vida de Correa está en peligro", al constatar que su par ecuatoriano era rodeado por policías hostiles en un hospital de Quito. Además, confirmó que en la noche de este jueves llegan a Buenos Aires los gobernantes de los 12 países de América del Sur para debatir la crisis.
"Vamos a enviar un mensaje claro y contundente de que la región no tolerará interrupciones a los ordenamientos constitucionales", dijo el canciller peruano José Antonio García Belaúnde respecto de la reunión en la capital argentina.
Chávez, quien apenas iniciados los disturbios en Ecuador alertó que se pretendía "tumbar al presidente Correa", recogió otro sentimiento dominante en la región que seguía en vilo los acontecimientos: "Nosotros nos movilizamos, pero interiormente sólo el pueblo ecuatoriano podrá detener esta agresión".
El ex presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007), secretario general de la Unasur, expresó el "compromiso y la más absoluta solidaridad" con Correa, pues "Sudamérica no puede tolerar que los gobiernos elegidos democráticamente se vean presionados y amenazados por sectores que no quieren perder privilegios y prebendas".
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La Organización de los Estados Americanos (OEA) también repudió por unanimidad "cualquier intento de alterar la institucionalidad democrática en Ecuador". Tras efectuar una reunión de emergencia en Washington, el foro llamó a la fuerza pública de ese país a "evitar todo acto de violencia que pueda exacerbar una situación de inestabilidad política".
El chileno José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, calificó la situación de "un golpe de Estado en marcha". "Hay diferencia con el caso de Honduras, y es que aún no se ha consumado el golpe. Debemos tratar de que no se consume, actuando rápidamente y de manera unánime", advirtió.
La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, dijo que el gobierno "deplora la violencia y el estado de anarquía" de este jueves en Quito. "Expreso nuestro total apoyo al presidente Rafael Correa y a las instituciones de gobierno democrático" en Ecuador, añadió.
"Pedimos a todos los ecuatorianos que se reconcilien y trabajen, dentro del marco de las instituciones democráticas, para alcanzar una rápida y pacífica restauración del orden", agregó la declaración de Clinton.
En Brasil, el canciller Celso Amorim telefoneó a Correa para expresarle su "total apoyo y solidaridad, y a las instituciones democráticas ecuatorianas", al tiempo que reclamó "una respuesta firme" a los insurrectos de parte de la Unasur, la OEA y el Mercado Común del Sur (Mercosur), que conforma su país junto a Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela en proceso de admisión plena.
"América Latina no acepta más ataques a la democracia ni intentos de burlar la voluntad popular que se manifiesta en las urnas. Argentina estará al frente de la defensa de la democracia y de los derechos humanos, conjuntamente con los países hermanos de la Unasur y el Mercosur", indicó en una declaración la mandataria de ese país, Cristina Fernández, anfitriona de la cita sudamericana.
Los integrantes de la Unasur son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela.
Los gobernantes de países vecinos de Ecuador, como el peruano Alan García y el colombiano Juan Manuel Santos, condenaron a su vez el intento de desestabilización en Quito, cerraron sus respectivas fronteras y se solidarizaron con Correa.
García ofreció la ciudad de Piura, próxima a la frontera, para que los cancilleres sudamericanos sigan de cerca la situación ecuatoriana.
El gobierno de Colombia, que aún no reanudó sus plenas relaciones diplomáticas con Ecuador, rotas en marzo de 2008, expresó "solidaridad y respaldo" a Correa e hizo votos por "una solución pacífica que conduzca al inmediato restablecimiento del orden público e institucional". Santos se disponía a viajar a Buenos Aires.
Por su parte, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, expresó su "total respaldo al orden constitucional y democrático en Ecuador", y agregó que "situaciones como las vividas este jueves hacen más necesario que nunca incorporar la cláusula democrática en la Unasur".
Organizaciones regionales como el Mercosur anticipan con una "cláusula democrática" la exclusión de aquellos gobiernos surgidos de hechos de fuerza, así como la adopción de medidas conjuntas para favorecer el restablecimiento del sistema de derecho.
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, comentó que Ecuador "es el país que más golpes de Estado llegó a tener en un momento determinado, pero hemos visto años de estabilidad y ojalá las protestas no obedezcan a una situación de esas".
El gobierno de Cuba emitió una declaración en la cual "condena y manifiesta su más enérgico rechazo al golpe de Estado que se desarrolla en Ecuador", y responsabilizó "al jefe de las Fuerzas Armadas por la integridad física y la vida del presidente Correa".
Precisamente, el jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Ernesto González, expresó su pleno respaldo a la institucionalidad y al presidente Correa, y pidió dialogar a los uniformados que han desafiado al mandatario.
Organizaciones políticas en el hemisferio comenzaron a expresarse en apoyo de Correa. Entre ellos, la regional de la Internacional Socialista, que encabeza el ex presidente panameño Martín Torrijos (2004-2009) llamó a "todas las fuerzas democráticas de la región y del mundo a pronunciarse inmediata y enérgicamente en defensa de la democracia ecuatoriana".
Junto con ello, organizaciones políticas y sociales se movilizan en distintos países de la región en apoyo a la democracia ecuatoriana y en repudio a la sublevación policial.
*Aportes de Marcela Valente (Buenos Aires), Daniela Estrada (Santiago) y Constanza Vieira (Bogotá)