CHINA: Red ferroviaria crece a alta velocidad

Hasta mediados de los años 80, China dependía de antiguos trenes a vapor para conectar distintos puntos de su vastísimo territorio. Pero ahora ya tiene más de 6.900 kilómetros de vías férreas para vehículos de alta velocidad, constituyendo la mayor red del mundo, y en ampliación.

China invierte grandes sumas de dinero en vías férreas y tiene previsto agregar 16.000 kilómetros más para 2020.

El gobierno destinó 80.000 millones de dólares este año para construir vías férreas, creando seis millones de puestos de trabajo, con el fin de conectar las prósperas ciudades costeras con el extremo oeste, pero también líneas que vayan de este país y atraviesen Asia y lleguen hasta Medio Oriente y Europa.

Ya existen 2.000 kilómetros de vías férreas en las que pueden circular trenes de alta velocidad que alcanzan los 350 kilómetros por hora.

La línea inaugurada en 2009 que conecta Wuhan, en la provincia de Hubei, con Guangzhou, en Guangdong, recorre más de 1.000 kilómetros en tres horas.
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Además, la gente puede ir de Beijing a la vecina Tianjin en 30 minutos gracias a un emprendimiento de unos 2.340 millones de dólares que comenzó a funcionar en 2008. A fines de agosto también se conectó Shanghái, Wuhan y Chengdu con un tren de alta velocidad.

La red ferroviaria en expansión "promueve el desarrollo económico y la construcción de infraestructura y creará oportunidades laborales", señaló Wang Shengwu, presidente de la Facultad de Ingeniería Civil, de la Universidad Dalian Jiaotong.

"La inversión en vías férreas mejora la calidad del transporte, pero también fomenta el desarrollo de otras industrias, energía, acero, cemento, entre otras. Por cada 15 centavos de dólar invertido, el producto interno bruto aumenta 85 centavos", añadió.

China construyó la red de alta velocidad basándose en empresas de riesgo compartido con Siemens AG, Alstom SA y Shinkansen, la operadora japonesa de trenes de alta velocidad.

La red ferroviaria de China adquirió fama internacional. Las empresas del país pelean por obtener una parte del mercado mundial que asciende a unos 155.000 millones de dólares al año, según estimaciones de Unife, la Asociación de la Industria Europea del Riel.

Las empresas ferroviarias de este país construyen vías en Venezuela y Turquía, y pronto empezarán en Birmania. Arabia Saudita otorgó en 2009 un contrato a una compañía china para construir una línea para trenes que viajan a 350 kilómetros por hora para conectar La Mecca con Medina.

El proyecto de expansión internacional abarcará 17 naciones, informó un funcionario del Ministerio de Vías Férreas al periódico estatal Global Times.

Una de las líneas comenzará en Kunming, capital de la sudoccidental provincia de Yunnan, y llegará hasta Singapur. La segunda, llamada "Nueva Ruta de la Seda", comenzará en Urumqi, capital de la occidental Región Autónoma Uigur de Xinjiang y se conectará con Kazajstán, Uzbekistán y Turkmenistán, para terminar en Alemania, según el periódico.

Pero la red de ferrocarriles de alta velocidad tiene sus detractores.

La inversión en vías de alta velocidad es un error, sostuvo Zhao Jian, profesor de la Universidad Jiaotong, de Beijing. El gobierno debe mejorar la red de transporte de carga y pasajeros normal, en vez de construir algo que no se necesita.

La red de alta velocidad apunta a un público de altos ingresos y deja afuera a la gran mayoría de la población, que no puede pagar el precio del boleto. China, además, carece que conocimientos técnicos para mantener la red que tiene previsto construir, arguyó Zhao

"Todavía hay una brecha considerable entre la tecnología de China y las más avanzadas de otros países", apuntó.

"El difícil que las actuales vías férreas cumplan con las necesidades de desarrollo de la economía nacional, por lo que es absolutamente necesario ampliar la red", indicó. "Pero China invirtió demasiado en la red de alta velocidad, lo que no concuerda con las realidad nacional y el fin de su red ferroviaria", añadió.

A las compañías aéreas locales también les preocupa que la ampliación de la red ferroviaria ponga en peligro su viabilidad. Algunas disminuyeron de forma drástica el costo de los pasajes, algunas hasta 80 por ciento, entre ciudades conectadas por trenes bala. En otros casos los vuelos directamente cesaron.

La ampliación de las vías férreas no necesariamente perjudica a las compañías aéreas, señaló Wang, porque ellas también se desarrollan con rapidez haciendo el transporte más barato y seguro.

"Se desarrollarán juntas", sostuvo. "Creo que la competencia incentivará a los dos servicios de transporte para que mejoren más rápido y mejor", añadió.

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