Muchos países de África luchan con su deuda externa y tienen dificultades en sus presupuestos porque no reconocen a los impuestos como una forma efectiva de financiación.
Además, le conceden muy fácilmente exoneraciones fiscales a compañías multinacionales, que además desvían dinero a través de evasiones, coincidieron activistas y parlamentarios.
"No hay movilización de recursos nacionales para el desarrollo en los países africanos", dijo a IPS Percy Makombe, administrador de programas de la Red por Justicia Económica (EJN, por sus siglas en inglés), con sede en Ciudad del Cabo.
Esto se debe a que, generalmente, los gobiernos africanos ignoran la importancia de los sistemas fiscales.
La EJN es un proyecto de la Fundación de Consejos Cristianos de África Austral.
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"La historia demuestra que ningún país saldrá de la pobreza a través de la asistencia exterior. Pero una efectiva movilización de recursos puede ayudar al desarrollo de los países africanos", dijo Alvin Mosioma, coordinador de la oficina en Nairobi de la Red para la Justicia Fiscal.
Esta Red independiente fue creada en Gran Bretaña y se dedica a la investigación de temas impositivos.
La Red co-auspició una ronda de discusión en Johannesburgo el 14 y el 15 de este mes con el Foro y Red Africana sobre Deuda y Desarrollo (Afrodad) y el Instituto para la Democracia en África (Idasa), donde se discutieron formas de usar los impuestos como instrumentos para reducir la dependencia de la ayuda exterior.
Idasa es una organización independiente y sin fines de lucro con sede en Sudáfrica, mientras que Afrodad es una alianza de la sociedad civil con varios grupos miembros en toda la región y que busca soluciones al problema de la deuda exterior africana.
La mayoría de los gobiernos africanos invierten grandes porcentajes de sus presupuestos anuales en pagar deudas, mientras que grandes compañías extranjeras sacan dinero de esas naciones gracias a exoneraciones impositivas o a través de evasiones.
A las empresas multinacionales no se les aplican impuestos adecuados debido a la falta de capacidad de las autoridades africanas para adoptar sistemas fiscales apropiados.
Según cifras de la organización Christian Aid, la República Democrática del Congo recibió apenas 86.000 dólares por derechos de los minerales en 2006, mientras que Tanzania perdió al menos 265,5 millones de dólares en los últimos años como consecuencia de una excesivamente baja tasa de regalías.
Un informe publicado en 2008 por esa organización, titulado "Muerte e impuestos: el verdadero costo de la evasión fiscal", indica que este problema le priva a los países menos adelantados (PMA) unos 160.000 millones de dólares al año.
Christian Aid, con sede en Gran Bretaña, trabaja por la erradicación de la pobreza.
"El hecho de que las compañías multinacionales no declaren sus ganancias se traduce en fuga de capitales. Además, las empresas en el sector extractivo gozan de demasiados beneficios mediante innecesarios alivios fiscales", señaló el parlamentario zimbabwense Obert Gutu.
"Cuando un gobierno depende de los recursos de sus donantes es menos responsable ante sus ciudadanos", sostuvo.
Christian Aid define la fuga de capital como la salida del país de dinero no registrado y no sometido a impuestos.
El administrador de Christian Aid para África Oriental, Dereje Alemayehu, dijo a IPS que los PMA perdían muchas ganancias debido a la fuga de capitales causada por grandes firmas occidentales.
Alemayehu explicó que esto ocurre por vías diferentes. En primer lugar, a través de facturaciones falsas, en las que las empresas adulteran los precios y los costos para reducir la responsabilidad fiscal.
En segundo lugar, a través de la llamada manipulación de precios de transferencia, por la cual las compañías se venden entre sí a precios inflados, abultando los costos en las transacciones financieras intra-corporativas.
En tercer lugar, mediante el fenómeno conocido en inglés como "round-tripping" ("viajando de ida y vuelta"), por el cual empresas que operan en un país africano envían su dinero al exterior y lo traen de regreso como "inversión extranjera" para gozar de tratamiento fiscal preferencial.
Malawi perdió 125 millones de dólares en desgravaciones fiscales solo en el periodo 2008-2009, según el Ministerio de Finanzas. Este monto es similar a lo que el gobierno gasta al año en subsidios a los granos, que durante años le han permitido mantener excedentes en la producción.
"Multinacionales vienen a invertir en países africanos gracias a los muchos incentivos incluidos en nuestros regímenes impositivos", dijo a IPS el parlamentario malauí Bejamín Chikusa.
Malawi ofrece hasta 100 por ciento de desgravación fiscal en gastos para la construcción y las maquinarias.
Las empresas manufactureras pueden deducir todos los gastos incurridos hasta 25 meses antes del comienzo de las operaciones en ese país, y no pagar ningún impuesto por materias primas usadas.
Expertos recomendaron a los países africanos diseñar efectivos sistemas fiscales que permitan detectar a los evasores, y exhortaron a los parlamentos a jugar un papel supervisor más activo.