«Me acerqué por curiosidad y terminé haciéndome el examen de sida», dijo Gerard, de 30 años, a IPS. «El resultado fue negativo», añadió antes de marcharse.
"Mi hermano y yo sabíamos que venía la camioneta y nos ofrecimos como voluntarios", señaló Judith, una de las pocas mujeres entre los trabajadores que fueron a Kinsoundi, un barrio del sur de Brazzaville.
"Ya realizamos 50 análisis clínicos, y todavía hay un montón de gente esperando", dijo a IPS Wilfrid Hervé Poaty, responsable de la unidad móvil, comprada en diciembre de 2009 por el Consejo Nacional contra el Sida de Congo (CNLS, por sus siglas en francés).
Cada una de las apariciones públicas de la camioneta, en mercados y grandes intersecciones de la ciudad, concentra una gran cantidad de gente. "Hacemos entre 100 y 115 análisis por salida y solemos encontrar unas dos o tres personas con VIH" (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), indicó Poaty.
Entre diciembre de 2009 y abril de este año, 5.275 personas se hicieron el examen y, 114 resultaron portadoras del virus, según el CNLS.
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La unidad móvil hizo que muchas personas de la capital se interesaran en conocer su situación de salud. "Muchas iglesias y sociedades de asistencia mutua nos invitaron a sus sedes", indicó Poaty.
En Congo, sólo 10 por ciento de la población sabe si es seropositivo, o no. El CNLS pretende aumentar la proporción a 50 por ciento para 2013. "Por eso adoptamos esta estrategia que es muy exitosa", explicó Poaty.
La iniciativa insumió 215.000 dólares para la compra de una camioneta, dotarla con una silla para extraer muestras, un refrigerador, un laboratorio y un generador. El dinero fue recaudado gracias a la teletón, acontecimiento benéfico televisado, realizado en febrero de 2009 en Brazzaville.
Hay otros centros de análisis clínicos, pero muy poca gente recurre a ellos. Entre 2004 y 2009, 40.085 personas pasaron por ahí y 4.323 eran portadoras del virus.
"Analizamos menos de 10 casos por día", señaló Daniel Yokolo, médico responsable del Centro de Bissita, en el barrio capitalino de Bacongo. "Mucha gente no sabe que es gratuito. Además tienen miedo de saber su estatus", añadió.
El otro centro realiza aun menos exámenes. "Recibimos dos o tres personas al día. Ofrecemos más apoyo que análisis clínicos", indicó Merlin Diafouka, del Centro de Tratamiento de Pacientes Externos.
Las personas seropositivas son derivadas a los centros de atención. "Ofrecemos tratamiento y la gente viene aquí porque saben que es gratuito", explicó Yokolo.
Los pacientes que se atienden allí no están satisfechos con la atención que reciben, incluso en junio protestaron ante la sede el Ministerio de Salud.
"Los productos que ofrecemos, como Alivia o Calitri, están vencidos y suele haber escasez", dijo a IPS Valérie Maba, portadora del virus del sida.
"Los medicamentos para nuevos pacientes no se añaden al balance, menos los casos existentes", añadió.
"Es un verdadero desastre", señaló Thierry Maba, presidente de la Asociación de Jóvenes VIH Positivo de Congo.
Las autoridades insisten en que hay disponibilidad de medicamentos.
"Interrumpir el tratamiento de personas con VIH sería criminal. Hay medicamentos en todos lados. Son muy pocos los pacientes que causan problemas y no sabemos por qué", Alexis Elira Dokekias, director general de Salud.
"Hace dos años que no faltan medicamentos. Todos los centros tienen reservas y el gobierno supervisa el asunto de cerca. Cuando esos pacientes comenzaron su campaña, les mostramos nuestras reservas de fármacos. Ninguno está vencido", añadió.
La unidad móvil funcionó de fines de mayo a mediados de junio por falta de reactivos químicos para realizar los análisis de laboratorio, según la oficina de comunicaciones del CNLS.
Unos 1.700 pacientes recibieron tratamiento continuo en el Centro de Tratamiento de Pacientes Externos. "Hay disponibilidad de fármacos. Siempre tenemos tres meses de reserva para evitar la escasez", aseguró Merlin.
El Centro de Tratamiento de Pacientes Externos cuenta con financiación de la Cruz Roja francesa.
En este país, 3,2 por ciento de la población tienen sida, unas 120.000 personas, según cifras del CNLS de 2009.
