IRAQ: Miles de kurdos acorralados por bombas turcas e iraníes

Comparado con la mayoría de los kurdos desplazados en el norte de Iraq, Shamal Qadir es casi afortunado. Desde que las fuerzas turcas devastaron su aldea, Kuzine, en un bombardeo el 1 de julio, se refugia en una escuela, donde la temperatura es agradable y tiene acceso a servicios básicos.

Un aldeano kurdo inspecciona el daño causado por una bomba en Serkhan, norte de Iraq. Crédito: Jake Hess
Un aldeano kurdo inspecciona el daño causado por una bomba en Serkhan, norte de Iraq. Crédito: Jake Hess
"Nuestra familia compró tierra y comenzó a construir casas en Kuzine en 1996. Lo hicimos por nuestros hijos, para que tuvieran un lugar donde vivir en el futuro", dijo Qadir a IPS. "Ahora, nuestros sueños han sido destruidos".

Qadir es uno de los 6.500 kurdos desplazados de sus aldeas por bombardeos turcos e iraníes en el norte de Iraq desde el 24 de mayo.

Aproximadamente dos tercios viven en tiendas de campaña en zonas polvorientas, diseminadas en las cordilleras. Sus necesidades esenciales apenas son satisfechas por agencias de ayuda internacional y autoridades locales.

El Kurdistán es una región sin acceso al mar ubicada en el oeste de Asia y norte de Medio Oriente, reclamada por el pueblo kurdo pero dividida en zonas administradas por Siria, Armenia, Turquía, Iraq e Irán.
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"Tenemos miedo de que las personas mueran aquí durante el ayuno de Ramadán (mes sagrado musulmán) porque las condiciones son muy pobres", explicó Halima Ismail, una mujer en el campamento de Doli Sahidan, cerca de la localidad de Sangasar.

"Tenía sólo la ropa puesta cuando huí", contó por su parte Sham Ahmet-Ahmet, de 92 años, también del campamento de Doli Sahidan. "Dormimos bajo el cielo abierto varias noches hasta que las agencias de ayuda nos trajeron tiendas de campaña".

La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en la septentrional ciudad iraquí de Suleymaniya informó que las aproximadamente 500 familias que viven en Doli Sahidan podrían verse obligadas a mudarse otra vez dentro tres meses, debido a posibles desbordes de los ríos por las lluvias del otoño boreal.

Los habitantes de los campamentos se quejan de insuficiente ayuda, problemas sanitarios, intenso calor en el verano y dificultades para acceder a electricidad.

Muchos están en bancarrota, pues se vieron obligados a abandonar sus tierras al comienzo de la temporada de cultivo.

"Nuestros campos, cosechas y viñas han sido quemadas por los bombardeos", dijo a IPS Abdullah, residente en el campamento de Gojar, cerca de la localidad de Qaladza. "No podemos hacer dinero aquí. Esto no es vida. No estamos viviendo, estamos muriendo", afirmó.

Funcionarios de la Cruz Roja Internacional en Suleymaniya aseguraron que en estos momentos no existe una crisis humanitaria aguda. Sin embargo, alertaron que a mediano plazo las condiciones de salud se podrían deteriorar debido a la falta de adecuadas instalaciones de saneamiento y problemas con la disposición de basura.

Otra amenaza son los continuos ataques militares. Al menos dos niños han muerto y varios civiles resultaron heridos en los últimos bombardeos.

Turquía lanza sus ataques contra el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), insurgencia izquierdista que exige más derechos y libertades para el pueblo kurdo. Las fuerzas turcas han bombardeado periódicamente el norte de Iraq desde 1983, año en que el PKK formalmente comenzó su campaña militar contra Ankara.

Por su parte, Irán lleva adelante una ofensiva contra el Partido por una Vida Libre en el Kurdistán, organización armada de kurdos iraníes estrechamente conectados con el PKK, tanto en ideología como en logística.

En 2007, el gobierno de George W. Bush (2001-2009) calificó al PKK de "enemigo común" de Washington, Ankara y Bagdad. Estados Unidos desde entonces provee información de inteligencia a Turquía sobre las posiciones de la insurgencia kurda en la frontera con Iraq.

Por su parte, Turquía e Irán han realizado bombardeos y ataques con artillería conjuntos contra aldeas kurdas fronterizas.

"Cuando (los iraníes) comienzan una operación, nosotros también lo hacemos", explicó en 2008 el entonces jefe de Estado Mayor del ejército turco, Ilker Basbug. "Ellos lanzan una operación del lado iraní de la frontera, y nosotros del lado turco", dijo.

"Yo no creo que ese tipo de bombardeos causen un serio daño al PKK. No afectan ni su capacidad para realizar ataques fronterizos ni para mantenerse en el norte de Iraq ni para atraer nuevos reclutas", dijo a IPS Aliza Marcus, autora del libro "Blood and Belief" (Sangre y fe), sobre la historia del PKK.

"Los rebeldes rara vez mueren, porque la geografía es tan intrincada que es muy difícil que los aviones turcos los intercepten", explicó.

Aldeanos locales y agencias de ayuda activas en el área informan que los actuales bombardeos turcos-iraníes son más intensos y ocurren más cerca de asentamientos civiles que antes. Esto podría significar la primera etapa de un asalto a gran escala contra bases kurdas rebeldes en el área montañosa de Qandil.

El gobierno turco acaba de anunciar planes para enviar un nuevo y profesionalizado "ejército especial" que luche contra el PKK a lo largo de la frontera iraquí, así como la construcción de 150 nuevos puestos militares.

Por su parte, Estados Unidos comenzó a abrir enormes zonas de espacio aéreo iraquí para facilitar los ataques turcos contra los insurgentes del Kurdistán.

"Estamos buscando formas adicionales de proveer asistencia a Turquía, incluyendo plataformas de armas", dijo el saliente embajador estadounidense en Turquía, James Jeffrey. "Básicamente, intentamos proveer lo más que podemos a Turquía, y lo más rápido posible".

El PKK suspendió su último cese del fuego unilateral el 1 de este mes y desde entonces ha atacado periódicamente posiciones militares turcas.

"Desde 1993, hemos anunciado seis ceses del fuego unilaterales y buscado una solución pacífica y democrática para el tema kurdo dentro de las fronteras turcas", dijo a IPS el portavoz del PKK, Ahmed Deniz, en una entrevista realizada cerca de los escondites rebeldes en las montañas de Qandil.

"La otra parte (Turquía) no tiene un proyecto, no ha dado ningún paso todavía", añadió.

"Las operaciones militares turcas nunca cesaron. En el primer mes y medio después de nuestro último anuncio de cese del fuego el 13 de abril de 2009, más de 130 de nuestros compañeros sufrieron el martirio", indicó.

El 14 de abril de 2009, Ankara lanzó una serie arrestos que llevaron a la cárcel a entre 840 y 1.600 activistas políticos kurdos, entre ellos alcaldes del izquierdista Partido Paz y Democracia, así como a renombrados defensores de los derechos humanos.

"Los kurdos son atacados en todas las áreas. No podemos atarnos de manos y esperar la muerte. Debemos ejercer nuestro derecho a defendernos, porque todas las puertas han sido cerradas" para una solución, dijo Deniz a IPS.

"Como todos los pueblos, queremos hablar libremente nuestro idioma y desarrollar nuestra cultura. Queremos que nuestros derechos más naturales sean respetados. Es así de simple", afirmó.

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