El consumo de drogas está en alza en Bolivia

El consumo de marihuana y cocaína se mantiene en alza en Bolivia entre la población de 12 y 65 años, mientras los programas de prevención están ausentes de las políticas gubernamentales, según dijeron a IPS especialistas en el tema.

Un estudio del boliviano Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin), dirigido por Franklin Alcaraz y Silvia Sempértegui, analizó en forma comparativa seis encuestas realizadas en los últimos 18 años en el país, para concluir que existe un marcado ascenso en el consumo de tabaco, alcohol, marihuana y cocaína.

El estudio coincide con el reconocimiento del presidente izquierdista Evo Morales de que el tráfico de drogas ilegales es uno de los tres grandes problemas –junto con el contrabando y la corrupción- que debe enfrentar su gobierno.

Desde el 6 de agosto, el mandatario ha reiterado en al menos tres diferentes alocuciones que las Fuerzas Armadas deben sumarse al combate contra el narcotráfico en las zonas fronterizas y demandó la rápida construcción de unidades militares en los limites con Brasil y Perú.

"Las organizaciones criminales relacionadas al narcotráfico están mejor dotadas que las fuerzas del orden", afirmó Morales para explicar su planteamiento. El Ministerio de Defensa precisó que aún no hay una respuesta oficial sobre el pedido por parte del estamento militar.
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La comunidad internacional y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) han expresado su preocupación por la existencia de 18.900 hectáreas de hoja de coca excedente, que presuntamente están sirviendo como materia prima para la elaboración de cocaína.

La legislación boliviana establece un límite de 12.000 hectáreas para el cultivo de hojas de coca con fines de consumo tradicional, como infusión, masticado y ceremoniales ancestrales andinos.

El Informe Mundial de Drogas 2010 de ONUDD registró la existencia de 30.900 hectáreas de hojas de coca en Bolivia y colocó a este país como el tercer productor mundial del producto, detrás de Perú y Colombia. También alertó sobre el aumento del consumo de cocaína en América del Sur y llamó a ocuparse eficazmente del fenómeno.

La mayor producción, la disponibilidad de drogas, su accesibilidad y el bajo precio alientan al mayor consumo, explicó Alcaraz al comentar el crecimiento de los indicadores obtenidos mediante 10.000 entrevistas en 16 capitales de departamento, otras ciudades y poblaciones fronterizas.

La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) informó que durante los primeros siete meses del año incautaron 20 toneladas de pasta base y clorhidrato de cocaína, 2,0 toneladas más que las registradas en el mismo periodo del pasado año.

Además, la Felcn realizó 8.811 operativos, destruyó 17 laboratorios y detuvo a 2.446 personas, en actuaciones que ya cuentan con colaboraciones militares cuando son requeridas.

En 2009, la incautación total de cocaína alcanzó las 26 toneladas y, según la Felcn, 46 por ciento del total procedían del vecino Perú. Las autoridades locales aseguran que Bolivia ha pasado a ser un país de tránsito y refinación de la pasta de coca peruana, que luego se dirige a Brasil.

El Celin indicó que desde 2005 se pasó de 452 a 1.045 nuevos consumidores de marihuana por cada 100.000 habitantes de entre 12 a 65 años.

En La Paz es posible adquirir unos gramos de marihuana desde precios que oscilan de 80 centavos a 2,82 dólares, de acuerdo a la zona donde se oferte el producto, explicó Alcaraz.

En los mismos cinco años, los nuevos consumidores de clorhidrato de cocaína aumentaron de 78 a 223 personas por cada 100.000 habitantes, señaló.

Según Alcaraz, los indicadores colocan a Bolivia en la media de los índices de consumo de América Latina, por debajo de Chile, Brasil y Argentina.

La encuesta también determinó que en las principales ciudades un 75,6 por ciento considera un problema la expansión del consumo de drogas, mientras que en 1992 el tema solo preocupaba a 33,4 por ciento de la población.

Otro elemento reflejado por el estudio de este año es que 65,7 por ciento de los encuestados opinó que el problema de las drogas debe ser resuelto tanto por los países productores como consumidores.

La preocupación de Alcaraz radica en la ausencia de programas de prevención que entre los años 1990 y 1998, estaba financiado por organizaciones privadas y no gubernamentales.

El especialista en prevención y con una maestría en salud mental, Mario Eguía, coincidió con esa opinión y se lamentó por la ausencia de políticas estatales claras para controlar el incremento del consumo ilícito de drogas.

"Existe una tendencia clara de negar la existencia del problema del consumo, o se acepta que Bolivia es un país de tránsito y productor de drogas, pero se niega el incremento del consumo", afirmó.

Eguía criticó la falta de participación del Estado en programas de prevención y recordó que en el pasado también fue mayor la cooperación internacional y de la empresa privada.

Los gobiernos anteriores establecieron diferentes formas de enfrentar el problema del consumo de estupefacientes, pero todas le dieron jerarquía al encargar de la tarea a un viceministerio (dirección general).

Sin embargo, desde que llegó a la Presidencia en enero de 2006, la lucha contra el consumo de drogas es responsabilidad de una unidad dentro de un viceministerio. "Eso refleja la importancia que se da a esa problemática", dijo Eguía.

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