China pasó a tener la mayor capacidad de generación de energía hidroeléctrica con la entrada en funcionamiento de las turbinas de la central de Xiaowan, en la sudoccidental provincia de Yunnan. Pero no todo es festejo en la región.
Es "un gran salto hacia adelante", señaló el miércoles, subdirector de la Administración Nacional de Energía, Liu Qi, después de que se pusieran en marcha todas las unidades y refiriéndose a las posibilidades del país en el sector, informó la agencia de noticias estatal Xinhua.
"El rápido desarrollo de la energía hidroeléctrica es muy importante para disminuir las emisiones de dióxido de carbono", indicó Sun Yucai, vicepresidente ejecutivo del Consejo de Electricidad de China.
Se prevé que los 700.000 kilovatios de Xiaowan eleven la capacidad de generación instalada a 200 millones de kilovatios, indicó Xinhua. Es el segundo proyecto hidroeléctrico por sus dimensiones y costó 5.860 millones de dólares. Puede "producir 19.000 millones de kilovatios/hora de electricidad al año", añadió.
La central recibirá agua de otra joya de la energía china, la represa de Xiaowan, la más alta del mundo, con dos arcos, y una capacidad de almacenamiento cercano a los 15.000 millones de metros cúbicos.
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Es la cuarta presa construida por los chinos, de las ocho que tienen previstas, en la parte alta del río Mekong, para los chinos Lancang, que fluye por el territorio montañoso de Yunnan.
La represa de Xiaowan comenzó a tomar el agua del Mekong en octubre de 2009, casi dos décadas después de que Manwan, el primer proyecto de esas características, comenzara a utilizar el río de 4.660 kilómetros.
Pero la celebración de la hazaña en materia hidroeléctrica, casi 100 años después de construida la primera central cerca de Kunming, capital de Yunnan, no será compartida por los vecinos de la parte baja del Mekong.
Muchas comunidades río abajo se quejan de la falta de agua en el Mekong y responsabilizan a China de la situación.
Tras registrase el caudal más bajo en 50 años, organizaciones ambientalistas responsabilizaron a las represas chinas, en especial a Xiaowan, de perjudicar a las comunidades ribereñas de Birmania, Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam.
El gobierno chino trató de explicar en marzo que la falta de agua se debió a una severa sequía, pero no logró calmar a las comunidades que dependen del ecosistema del río y de la pesca para sobrevivir.
La pesca es la principal forma de sustento de las 60 millones de personas de la cuenca del Mekong. El ingreso anual de esa actividad en la parte baja del Mekong es de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares.
"Mucha gente seguirá pensando que el embalse de la presa de Xiaowan contribuye a la disminución del nivel del agua en la estación seca", señaló Ame Trandem, activista de la organización Internacional Rivers, con sede en Estados Unidos.
"Será así hasta que China divulgue toda la información respecto de las operaciones de la represa", añadió.
Los datos suministrados a la Comisión del Río Mekong son insuficientes, apuntó.
La Comisión es una organización intergubernamental integrada por Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam.
"China ha dado pasos positivos al ofrecer algunos detalles. Pero todavía debe ser más responsable y transparente, pues las comunidades locales no han visto la información ofrecida a la Comisión", explicó.
La organización sostiene que las represas de China no tienen capacidad como para influir en el caudal registrado río abajo, porque la mayoría de sus afluentes son de la cuenca baja.
"La Comisión no previó que la represa de Xiaowan fuera a tener una influencia significativa en la parte baja del Mekong", señaló su presidente, Damian Kean, a principios de este año, cuando llovieron críticas contra Beijing.
Pero "el impacto será mayor a medida que más represas comienzan a funcionar", dijo a IPS, desde la capital de Laos. "Todos los países del Mekong quieren que se tome la decisión correcta a este respecto", añadió.
China es consciente de las consecuencias que sus represas del Mekong tienen sobre los países que comparten el mayor curso de agua de Asia sudoriental.
El Mekong fluye desde la meseta tibetana, pasa por Yunnan, sigue por Birmania serpenteando hacia la desembocadura del mar de China, en el sur de Vietnam.
Además, Beijing debe lidiar desde julio con el gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que regresa a la región tras retirada de su antecesor, George W. Bush (2001-2009).
La secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton instó a una mayor cooperación entre Washington y los países de la cuenca del Mekong en julio de 2009, cuando estuvo en Tailandia. La declaración motivó a varios especialistas a alertar sobre el peligro que las represas chinas suponían para la región.
Los planes de China para el Mekong lo transformarán en un "río chino", advirtió este mes Richard Cronin, presidente de Asia sudoriental del Centro Stimson, con sede en Estados unidos.
"La disposición de Washington a involucrarse en el diferendo del río Mekong podría significar un contrapeso perfecto para la estrategia de China", escribió este mes John Lee, integrante del Instituto Hudson, en la publicación Foreign Policy, con sede en Washington.
Por ahora Beijing responde a las crecientes críticas de Estados Unidos con una diplomacia "blanda", según analistas regionales.