«Turquía está embarcada en un pragmático proyecto político por el que debe tener un rol activo en la escena internacional», dijo a IPS el profesor Darko Tanaskovic, de la Universidad de Belgrado, explicando el interés de ese país por Serbia y los Balcanes en general.
La Turquía actual es una nación "severamente islámica (pero) hábilmente disimulada" que quiere influir en grandes áreas que van desde los Balcanes hasta Asia, dejando atrás la ideología secular de su primer presidente Kemal Ataturk (1923-1938), padre de la nación moderna que nació tras la caída del Imperio Otomano (1299-1923), sostuvo este experto en Islam que fue embajador de Serbia en Turquía.
En la vecina Bosnia-Herzegovina y en su capital, Sarajevo, Turquía ha brindado apoyo religioso y financiero a los bosnios musulmanes, principales víctimas de la guerra con los serbios que tuvo lugar entre 1992 y 1995.
Pero Turquía no es la única. Arabia Saudita construyó la monumental Mezquita del Rey Fahd y el centro cultural adyacente, en el barrio Alipasino Polje de Sarajevo.
Varias organizaciones benéficas islámicas de Indonesia y Malasia, además de Arabia Saudita, han aportado ayuda financiera a familias cuyos jefes de hogar murieron en la guerra, reclamando a cambio un estricto cumplimiento de la religión, incluido el uso del tradicional velo femenino.
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"Recibimos 400 euros (512 dólares) al mes para ser musulmanas devotas", dijo Fuada, una maestra de 54 años residente en Sarajevo cuyo esposo e hijo fallecieron en la guerra.
Esa suma "es suficiente para mí y para mi hija", agregó. Pero ninguna de las dos puede hallar trabajo.
Fuada dialogó con IPS insistiendo en preservar su anonimato, por temor a quedarse sin ese ingreso en caso de revelarse su nombre completo. Enisa, su hija, se graduó en una escuela secundaria islámica para mujeres asistentes en la práctica de costumbres religiosas en las familias. Ese centro de estudios es financiado por capitales sauditas.
"Los turcos son más bienvenidos, dado que generan puestos de trabajo y no insisten estrictamente en cuestiones religiosas", declaró a IPS en Sarajevo el guía turístico Zijad Jusufovic, de 45 años.
"En los últimos dos años ellos abrieron unas 300 empresas aquí, y eso es lo que la gente ansía: trabajo y prosperidad", añadió.
Además, en la capital bosnia hay dos universidades financiadas por Turquía: la Universidad Internacional de Sarajevo y la Universidad Internacional Burch. La segunda fue creada por la Fundación de Periodistas y Escritores, con sede en Estambul e integrada, entre otros, por el predicador turco Fethullah Gülen.
Los seguidores de Gülen, quien sostiene que los musulmanes no deberían rechazar la modernidad sino dedicarse a los negocios y las carreras profesionales, crearon una red de escuelas y universidades privadas en Turquía, Asia central y los Balcanes.
Por todo esto, cuando el mes pasado el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan visitó Serbia, el periódico Politika, de Belgrado, dedicó dos de sus cuatro páginas internacionales a elogiar a esa nación, cosa que no sucede a menudo.
El diario señaló que Turquía era uno de los socios más importantes de Serbia y de los Balcanes en general. También detalló las cifras de algunas de las inversiones de Turquía en la región: 1.000 millones de euros (1.280 millones de dólares) en Albania y cientos de millones en Bosnia-Herzegovina.
La publicación elogió el hecho de que Turquía integre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y apoyó su postulación a integrar la Unión Europea (UE), objetivo que Serbia comparte.
Durante la visita, Erdogan y el presidente serbio Boris Tadic inauguraron el primer centro cultural turco Ataturk en la sudoccidental ciudad serbia de Novi Pazar, en la zona de Sandzak, donde predomina la población bosnio-musulmana.
Pero cuando medios de comunicación oficiales, como Politika, alabaron la cooperación con Turquía, los nacionalistas serbios advirtieron en sus periódicos sobre el peligro de la "nueva llegada de Turquía a los Balcanes", citando el "oscuro régimen otomano" que, señalaron, hizo que los serbios cristianos fueran marginados de Europa.