En su discurso ante el parlamento por el aniversario de la independencia de Perú, el presidente Alan García admitió este miércoles que la corrupción melló su gestión, aunque endilgó al Poder Judicial la responsabilidad de tardar demasiado en sancionar a los responsables.
El presidente, al iniciar su quinto y último año de mandato, se refirió al tráfico de influencias a favor de empresarios extranjeros, que se descubrió mediante la difusión de escuchas clandestinas, y a la adjudicación ilegal de tierras en beneficio de miembros del gobernante Partido Aprista Peruano (PAP).
El primer caso comprometió al primer ministro Jorge del Castillo, quien a su vez era el secretario general del PAP, y el segundo produjo la salida del secretario general alterno de ese partido, Omar Quesada, a cargo del Cofopri, un organismo estatal que concede títulos de propiedad de tierras.
Debido a estos hechos, Del Castillo y Quesada fueron apartados de la conducción del PAP.
Como ha ocurrido en todo su mandato, García, si bien reconoce que la corrupción es el principal problema que preocupa a los peruanos, exaltó su decisión de erradicar esas prácticas en el aparato gubernamental. Pero no anunció medidas concretas.
"Puede haber 1.000 empleados honestos y capaces, pero, si cinco o 10 de ellos se corrompen, el lodo de la sospecha mancha todo el sistema", se quejó.
Y culpó a otros de que no se haya castigado a los culpables. "Pido al Poder Judicial más velocidad en la valoración de las pruebas, resoluciones, más velocidad en las sentencias, pues Perú no puede esperar tanto la sanción, porque eso daña la democracia", expresó García.
"Esperábamos medidas concretas contra la corrupción para el último año de gobierno que le queda, acciones frontales contra una plaga que ha sacudido al régimen e incluso ocasionó el derrumbe de todo un gabinete. En cambio, ofreció un decepcionante discurso político", comentó a IPS el legislador opositor Renzo Reggiardo, presidente de la Comisión de Fiscalización.
En el 2007, Reggiardo descubrió que funcionarios gubernamentales negociaron con la ayuda humanitaria para los damnificados del terremoto que devastó la localidad de Pisco, el 15 de agosto de ese año.
"Culpar al Poder Judicial por la lentitud para castigar a los responsables es un discurso para las tribunas. Lo cierto es que García ha defraudado la expectativas", sentenció.
El propio García fue criticado cuando el 11 de diciembre del 2009 indultó por supuestas razones humanitarias al empresario de televisión José Enrique Crousillat, condenado por delitos de corrupción.
Crousillat fue filmado en 1999 cuando el entonces asesor presidencial en inteligencia Vladimiro Montesinos le entregaba a él y a su hijo, José Francisco Crousillat, parte de un soborno de 25 millones de dólares para que apoyaran la reelección a la presidencia de Alberto Fujimori (1990-2000).
Al quedar en evidencia de se había favorecido con el indulto a una notoria figura de la corrupción, García revocó el indulto. Ahora Crousillat sigue prófugo de la justicia.
La alianza entre la representación del partido de gobierno y la agrupación parlamentaria del fujimorismo también ha servido para oponerse al pedido de la Corte Suprema de Justicia de levantar el fuero parlamentario a los legisladores de ese sector, Cecilia Chacón y Carlos Raffo, quienes afrontan acusaciones de corrupción.
"Más allá del diagnóstico que cualquier ciudadano podría haber hecho, el presidente García evadió presentar una propuesta de acciones concretas y claras para enfrentar la corrupción en el último año de su gobierno", señaló Inés Arias, coordinadora del no gubernamental Grupo de Trabajo Contra la Corrupción.
"García no mencionó la necesidad de aprobar los proyectos existentes en el Congreso legislativo para combatir la corrupción, como el referido a la imprescriptibilidad de ese tipo de delitos", dijo Arias.
"Por el contrario, en un afán de reducir su responsabilidad por la incapacidad de su gestión frente a este problema, habló sobre la corrupción como un mal existente durante los últimos seis años gobiernos, tratando de limpiar su imagen y responsabilidad como mandatario frente a casos concretos en los que están involucrados personajes muy cercanos a él", detalló.
El martes, por quinta vez consecutiva, la alianza entre oficialistas y fujimoristas tomó el control de la Junta Directiva del Congreso, lo cual implica que Chacón y Raffo continuarán sin enfrentar a la justicia al menos un año más.
"Espero que el Poder Judicial actúe ya y con su máxima severidad. Nuestra democracia debe sancionarlos con severidad, sin compadrerías", expresó García ante el aplauso unánime de la representación gobiernista.
García no ha descartado postularse a un tercer mandato. Si lo hiciera y ganara las elecciones su mandato concluiría el 28 de julio de 2021, año del bicentenario de la independencia.
En su discurso de este miércoles, el presidente peruano también habló de enfrentar con dureza al narcotráfico y a los lavadores de dinero. Pero no mencionó una medida concreta al respecto.
Según el jefe de política antidrogas, Rómulo Pizarro, en Perú se lava al año un promedio de 3.250 millones de dólares.
Sin embargo, este mes el partido de gobierno inscribió como candidata a consejera del Gobierno Regional de Ucayali, en la Amazonia, a Mirna Soria, esposa de Luis Valdez, ex alcalde de la centroriental ciudad de Pucallpad, enjuiciado como presunto autor intelectual del asesinato del periodista Alberto Rivera.
Valdez también es acusado de lavado de fondos originados en el narcotráfico, al igual Soria. Cuando la prensa divulgó el caso, el PAP la retiró de su lista de candidatos.
"Durante el gobierno de García, a pesar de su discurso de enfrentamiento al lavado de activos originados del narcotráfico, no ha sido detenido ningún jefe importante del tráfico ilícito de drogas", aseguró a IPS Jaime Antezana, experto en temas de narcotráfico.
"De hecho, no hay un plan gubernamental contra el lavado de dinero y los hechos lo dicen todo, pues hasta el momento sólo han sido detenidos los testaferros y los burriers (mulas del narcotráfico), pero no así los capos", puntualizó.
