La imparcialidad de la cadena estadounidense de noticias CNN es duramente cuestionada luego del despido de Octavia Nasr, editora en jefe para Medio Oriente, por haber expresado tristeza tras la muerte de un polémico clérigo libanés.
Estoy "triste por enterarme del fallecimiento de Sayyed Mohammed Hussein Fadlallah… Uno de los gigantes del Hezbolá que yo respetaba mucho", escribió la periodista en su muro de la red social por Internet Twitter, con más de 7.000 seguidores.
Fadlallah era una figura que inspiraba a muchos musulmanes chiitas libaneses y un temprano simpatizante del movimiento Hezbolá (Partido de Dios).
El religioso, quien inicialmente apoyaba los ataques suicidas como forma de resistencia contra la ocupación israelí de Líbano y Palestina, posteriormente fustigó al Hezbolá por sus estrechos vínculos con Irán, así como al "régimen clerical" que el ayatolá Jomeini impuso en Teherán en 1979.
Sin embargo, críticos de Fadlallah señalan que era un incondicional opositor a Washington y aseguran que estuvo vinculado a atentados que mataron a más de 260 estadounidenses.
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Otros sostienen que el apoyo que el clérigo dio a los derechos de las mujeres y su oposición a la llamada circuncisión femenina o los "asesinatos de honor" son evidencia de que mantenía una posición moderada.
Luego de que la organización judía Liga Antidifamación y varios medios y blogs de derecha comentaran con malestar las expresiones de Nasr, la periodista hizo otra publicación en Twitter el martes 6, en la que intentó aclarar su comentario y subrayó su admiración por la defensa que hacía Fadlallah de los derechos de las mujeres.
Fadlallah "diseminó numerosas fatwas apoyando operaciones terroristas y era abierto partidario del terrorismo contra objetivos israelíes", rezaba una declaración de la Liga ese mismo martes.
La "fatwa" es el pronunciamiento de un experto en ley islámica sobre una cuestión específica.
"Es claramente una incorrección para un periodista/editor de CNN expresar un punto de vista tan sesgado como hizo la señora Nasr en su Twitter", añadió la Liga.
"¿Cómo celebró la jefa editora de CNN para asuntos de Medio Oriente, Octavia Nasr, el 4 de julio (Día de la Independencia de Estados Unidos)? Lamentando la muerte de Sayyed Mohammad Hussein Fadlallah, del Hezbolá", escribió Daniel Halper en el conservador Weekly Standard.
Pero otros periodistas, académicos y activistas expresaron su preocupación por la rapidez con que CNN despidió a Nasr y por la emergencia de un doble discurso cuando se trata de informar sobre Medio Oriente.
"La cadena, que tuvo al ex funcionario de AIPC (siglas en inglés del Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos) Wolf Blitzer como su principal presentador de noticias en los últimos 15 años, justificó sus acciones diciendo que la credibilidad de Nasr se había comprometido", escribió con ironía Glenn Greenwald, de la revista Salon.
Para el periodista, Nasr fue despedida por haber ofendido a la "derecha neoconservadora" al expresar su pesar por el fallecimiento de una "figura profundamente compleja, con algunas quejas legítimas, algunos odios afianzados, ciertos puntos de vista desagradables y una sustancial capacidad para lo bueno".
Con él coincidió Peter Hart, director de activismo en la organización de vigilancia a los medios Imparcialidad y Precisión en la Cobertura (FAIR, por sus siglas en inglés).
"Si había algún indicio de que (Nasr) realizaba un periodismo cuestionable durante todos estos años, tendría que haber salido a la luz antes, pero no ocurrió. Por tanto, es una decisión desconectada de cualquier política. El problema real es que dijo algo que ofendió a personas muy poderosas, y ése fue su error", dijo a IPS.
Nasr trabajó 20 años para CNN y rara vez apareció al aire, excepto para ser consultada como analista de Medio Oriente. No tiene ningún antecedente de parcialidad pro-israelí o pro-palestina y, según Greenwald, "armonizaba a la perfección con el trabajo de los medios corporativos estadounidenses".
"Octavia Nasr fue despedida por la cosa más inteligente que haya dicho jamás", sostuvo por su parte el periodista Nir Rosen, del Centro sobre Derecho y Seguridad de la Universidad de Nueva York, en su perfil de Twitter.
"Infinidad de periodistas y políticos estadounidenses han mostrado respeto, y en algunos casos aduladora admiración, por varias figuras mundiales con manos mucho más sangrientas que las del ayatolá Fadlallah como (el líder comunista chino) Mao Zedong, (el primer ministro israelí) Ariel Sharon, el sha (emperador) de Irán o incluso (el líder norcoreano) Kim il Sung—, pero no les ha costado sus empleos", escribió Stephen Walt, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Harvard.
Muchos se preguntan por qué Nasr, ya conocida como una periodista controversial sobre asuntos de Medio Oriente, fue despedida tan rápido por un comentario hecho a la ligera en Twitter.
Según observadores, la cadena estaba siendo presionada para despedirla debido a su inclinación a cuestionar el discurso de algunos medios de prensa de derecha y grupos pro-israelíes que presentaban a Fadlallah como un terrorista.
El comentario "fue suficiente para desatar una airada indignación en varios centros de la esfera neoconservadora en blogs y en Twitter, que salieron en contra Nasr por negarse a reducir a Fadlallah a un simple terrorista anti-israelí y anti-estadounidense", escribió en su blog Matt Duss, investigador de seguridad nacional en el Centro para el Progreso Estadounidense.