MALAWI: Ahorro del gobierno perjudica a comerciantes

La decisión del gobierno malauí de prohibir la realización de conferencias, seminarios y talleres con financiamiento público en las costas del lago Malawi afecta a pequeños comerciantes que trabajan en la zona.

Vendedores de verduras en una carretera que lleva a Mangochi. Crédito: Claire Ngozo/IPS
Vendedores de verduras en una carretera que lleva a Mangochi. Crédito: Claire Ngozo/IPS
Desde hace varios años, la mayoría de las reuniones oficiales más importantes, e incluso encuentros de donantes y de organizaciones de la sociedad civil, han sido realizadas en hoteles sobre las playas del lago, que baña a las tres grandes regiones (norte, centro y sur) en los que está dividido este pequeño país de África austral.

A su vez, las regiones se dividen en un total de 27 distritos.

En marzo, la Oficina de la Presidencia y del Gabinete (OFG) instruyó a todos los ministerios y departamentos oficiales que suspendieran sus actividades en la zona. La decisión habría sido tomada con el fin de reducir gastos.

El gobierno quiere que a partir de ahora las conferencias se realicen en la capital, Lilongwe, donde tienen sus oficinas todos los departamentos del Estado, o en instalaciones públicas en las diferentes localidades y distritos.
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Para las conferencias en el lago se gastan grandes cantidades de dinero en alojamiento, alimentación y transporte, explicó el secretario principal de la OFG, Charles Msosa.

Pero Hilda Mapira, comerciante de verduras en una carretera que lleva al lago, en el meridional distrito de Mangochi, está preocupada por el futuro de su negocio. Vende tomates, zanahorias, coles, ajos, calabazas y cebollas, dependiendo lo que produce en cada temporada.

Mapira dijo a IPS haber notado una caída en las ventas diarias desde la decisión del gobierno.

"Solía ganar al menos 50 dólares por día, pero ahora me considero muy afortunada si tengo 20 dólares", señaló.

Mapira aseguró que, hasta hoy, nunca había tenido dificultades para mantener en la escuela a sus cuatro hijos, de entre siete y 16 años.

"Mi esposo murió hace seis años y he podido alimentar y enviar a la escuela a mis hijos sin mayores problemas. El dinero que ganaba en mi negocio era suficiente hasta ahora", señaló.

La mayoría de sus clientes, algunos de los cuales conoce por nombre, eran funcionarios de gobierno que participaban de las conferencias cerca del lago.

"La mayoría de las personas que frecuentan mi puesto de verduras son empleados del gobierno. Estoy segura de eso porque los vehículos llevan la matrícula oficial MG (siglas de Gobierno de Malawi, en inglés)", dijo a IPS.

Mapira señaló que no se le ocurría otra forma de ganarse la vida.

Hasta 65 por ciento de los 13,1 millones de malauíes viven con menos de un dólar al día.

Mapira no es la única persona preocupada por su futuro.

El pescador Yusuf Mmadi, del central distrito de Salima, dijo a IPS que ya no vendía tanto como en los últimos 17 años.

"Ahora hay muy pocos seminarios del gobierno aquí, y no tenemos tanta gente que nos compre pescado como antes", afirmó.

No sólo comerciantes individuales lamentan la decisión del gobierno. La Asociación del Turismo de Malawi, que reúne a aerolíneas, hoteles, empresas de alquiler de autos y agentes de viaje, también criticó la medida.

La Asociación afirma representar los intereses del sector privado y ofrecerle al gobierno "insumos realistas y profesionales" para el desarrollo de políticas, incluyendo las regulaciones que afectan el turismo.

"La decisión de detener las reuniones sobre el lago tendrá consecuencias negativas en la industria turística. El gobierno ha sido un importante proveedor para el turismo a través de las conferencias", señaló el director ejecutivo de la Asociación, Sam Botomani.

"Hay muchos malauíes trabajando en hoteles y centros vacacionales alrededor del lago. Estas personas podrían perder sus empleos", alertó.

Además de las ventas de pescado y verduras, las carreteras que llevan a las playas del lago Malawi siempre están llenas de actividad comercial: se venden obras de arte, curiosidades, tapetes, cestas y muebles de mimbre.

"Tenemos que encontrar otra forma de ganarnos la vida. Simplemente no sabemos cómo", dijo Mnadi.

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