Equívoco ecuatoriano en la OEA

La renuncia del embajador de Ecuador ante la OEA, Francisco Proaño, provocada por el dilema entre las instrucciones de su canciller y sus deberes como presidente del consejo de la organización hemisférica, reveló la complejidad de las relaciones entre este país y sus vecinos, Colombia y Venezuela.

La renuncia, según Proaño, se debió a que el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, le dio instrucciones de no convocar la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA (Organización de los Estados Americanos), solicitada por Colombia para denunciar la presencia de guerrilleros colombianos en Venezuela.

La sesión se celebró de todas maneras este jueves en Washington y, de inmediato, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció en Caracas la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, sellando así un desencuentro que lleva tres años.

"Ecuador quedó muy mal parado", dijo a IPS el analista de asuntos internacionales Benjamín Rosales.

Mientras se desarrollaba este incidente, visitaba Quito este jueves el vicepresidente electo de Colombia, Angelino Garzón, quien se entrevistó con el vicepresidente de Ecuador, Lenín Moreno, y almorzó con el mandatario Rafael Correa.
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El lunes ya había hecho presencia en la capital ecuatoriana la canciller designada de Colombia, María Ángela Holguín, quien habló con Patiño y entregó a Correa una nota del presidente electo Juan Manuel Santos, invitándolo a su investidura el 7 de agosto.

Ecuador y Colombia aún no restablecen plenamente sus relaciones diplomáticas, rotas durante 20 meses tras el bombardeo colombiano al sitio ecuatoriano de Angostura, donde se había ubicado temporalmente un campamento guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en marzo de 2008.

Esto revela la complejidad de las relaciones entre los tres países andinos, Colombia, Ecuador y Venezuela.

La guerra interna colombiana, que continúa desde 1964 entre guerrillas izquierdistas contra la fuerza pública —apoyada desde los años 80 por grupos ultraderechistas paramilitares—, suele desbordar las fronteras, afectando a sus vecinos Venezuela y Ecuador.

Los actores armados colombianos llevan décadas cruzando las fronteras. También desborda los límites nacionales el drama de quienes huyen del conflicto. Ecuador soporta la peor parte de este problema, por ser el país que acoge mayor cantidad de refugiados colombianos.

En Ecuador viven hoy unos 300.000 colombianos y colombianas, 58.000 de ellos con estatus de refugiados reconocidos por el Estado. Pero la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) considera que otros 130.000 merecen ser admitidos como tales.

"Según el artículo 37 del reglamento de la OEA, ni el presidente del Consejo Permanente ni país alguno puede impedir que se lleve a cabo la sesión solicitada por un miembro", recordó a IPS el jurista y diplomático Miguel Vasco, quien fue por seis años embajador de Ecuador ante ese organismo.

"Ante la disyuntiva de contradecir dichas instrucciones y su voluntad de no incumplir ni violentar los reglamentos de la organización regional, que constituyen normas internacionales aceptadas por todos los países miembros, el embajador Proaño decidió presentar su renuncia", reza un comunicado distribuido por el renunciante.

La cancillería negó, en otro comunicado, que se hubiera pretendido cancelar la reunión. "En ningún momento se le ha instruido de manera expresa y categórica, por vía verbal y por nota, que no dé paso a la mencionada solicitud como lo expresa él en su nota de renuncia".

El ministro Patiño, sigue el texto, "a nombre del Gobierno ecuatoriano, solicitó oficialmente al embajador Francisco Proaño que se reconsidere la convocatoria y se la posponga, con el fin de realizar consultas con los demás países miembros de la Organización para analizar el actual momento político que podría afectar el nivel de relación entre países miembros".

La actuación de la Cancillería ecuatoriana fue "inoportuna, al contradecir en los hechos la voluntad declarada de mejorar las relaciones con Colombia" e ineficaz, porque no obtuvo lo que quería, dijo a IPS Rosales.

Fuentes de la OEA en Washington, citadas por Vasco, aseveran que incluso el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, llamó por teléfono a las autoridades ecuatorianas para explicarles que Proaño no podía rechazar la solicitud de Colombia.

"Dos cosas estaban en juego: el derecho de Colombia de plantear su caso frente al Consejo de la OEA y el deber del presidente del Consejo de convocarlo. Proaño no tenía alternativa", reiteró Vasco.

Ante la renuncia de Proaño, el vicepresidente del Consejo Permanente, el salvadoreño Joaquín Maza, presidió la reunión de este jueves.

Respecto de la ruptura de relaciones de Venezuela con Colombia, Vasco estimó que Chávez "está jugando muy caprichosamente con las relaciones internacionales al decidir romper hoy relaciones para reabrirlas cuando tome el poder el presidente electo, Juan Manuel Santos".

Pero esto "no tendría que afectar nuestras relaciones con Colombia. Este es un juego entre Uribe y Chávez en el que no debemos caer", puntualizó.

Rosales Y Vasco coincidieron en que hay signos positivos para rescatar la buena relación histórica entre Colombia, Venezuela y Ecuador.

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