Al contrario de lo que sostiene la prensa, el científico iraní Shahram Amiri dijo a la estadounidense CIA que Teherán no reanudó un programa para fabricar armas nucleares, afirma un ex jerarca de la Agencia Central de Inteligencia.
El físico nuclear Amiri sostenía contactos con la CIA desde antes de ser trasladado a Estados Unidos en 2009, al principio por comunicación satelital, dijo a IPS el ex funcionario en antiterrorismo Philip Giraldi, quien asegura basarse en fuentes con total conocimiento de la operación.
Pero, añaden esas fuentes, Amiri era sólo un especialista en seguridad radiactiva "totalmente periférico" respecto del programa nuclear iraní.
Amiri, un aparente desertor del régimen iraní, no aportó "casi ninguna información" sobre ese programa, dijo Giraldi, pero tenía "chismes y rumores" de otros científicos nucleares acerca de que Teherán no tenía en marcha un plan de armas atómicas.
Tras haber desaparecido de Arabia Saudita durante un peregrinaje en junio de 2009, Amiri reapareció el mes pasado con dos vídeos aparentemente contradictorios que se difundieron con una diferencia de horas.
[related_articles]
En el primero denunciaba que Estados Unidos lo había secuestrado y llevado a su territorio contra su voluntad. Y en el segundo dijo que vivía en Estados Unidos libremente para continuar su educación.
El misterio continuaba sin resolverse cuando Amiri se presentó, el lunes 12 de julio por la noche, en la embajada de Pakistán, diciendo que quería regresar a Irán.
Según Giraldi, la información suministrada por Amiri fue un aporte menor a la Estimación Nacional de Inteligencia (NIE, por sus siglas en inglés) de 2007, cuya conclusión indicaba que Teherán no había retomado sus planes nucleares congelados en 2003.
La confirmación de Amiri es citada en una o más notas al pie de la nueva evaluación sobre el tema, titulada "Memorandum to Holders" (Memorando a los poseedores), según Giraldi, pero ahora está siendo revisada a la luz de la nueva deserción del iraní.
Una fuente de inteligencia que leyó el borrador del Memorando confirmó a IPS que no presenta cambios cruciales respecto del de 2007 sobre las armas. Los acontecimientos del programa nuclear iraní desde ese año son descritos como "sutiles y complejos", dijo.
La CIA está haciendo lo que puede para "quemar" a Amiri, describiéndolo como una valiosa fuente de inteligencia, según Giraldi, en parte para generar en los iraníes toda la desconfianza posible sobre él.
Pero se trata de un "mecanismo de defensa" para reducir las críticas hacia la agencia por su manejo del caso, agregó.
El hecho es que Amiri fue una "incorporación" sobre la cual no se sabía casi nada, excepto su trabajo, dijo.
Si bien la CIA está investigando internamente los procedimientos que se aplicaron en este caso, para Giraldi, los más antiguos contactos de Amiri en la agencia todavía no creen que sea un doble agente.
Lo que convenció a los agentes de la CIA sobre la sinceridad de Amiri fue que admitiera que no tenía conocimiento directo del programa nuclear.
Normalmente, un doble espía está preparado para suministrar algo de información de inteligencia que sepa valiosa, en este caso, para Estados Unidos.
La relación tan marginal de Amiri con la cuestión nuclear fue reconocida el viernes 16 por una fuente anónima del gobierno estadounidense que dijo al diario The New York Times y a la agencia Associated Press que se trata de un "científico de bajo nivel" al que la CIA intentó utilizar para llegar a funcionarios iraníes en posiciones más elevadas.
Las revelaciones de Giraldi desmienten la aseveración general de los medios, según la cual Amiri suministró pruebas cruciales para revertir la conclusión que en 2007 hizo la NIE, acerca de que Teherán no había retomado sus planes armamentistas.
El 25 de abril, el diario The Washington Post sostuvo que la tan esperada nueva evaluación, el Memorando, se había pospuesto para agregarle un "nuevo caudal de datos" de "informantes, entre ellos científicos con acceso a los programas militares iraníes".
El artículo citaba al director nacional de Inteligencia, Dennis C. Blair, quien explicaba la demora "por la información que está llegando y el ritmo de los acontecimientos".
Según esa crónica, Amiri había "entregado a las agencias de espionaje detalles sobre planes sensibles, inclusive de una planta de enriquecimiento de uranio cercana a la ciudad de Qom, oculta por mucho tiempo". Las fuentes del artículo eran "funcionarios y ex funcionarios de Estados Unidos y Europa".
Pero no había fuentes de la CIA. En cambio, se citaba al opositor Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI) afirmando que Amiri "ha estado vinculado a programas nucleares delicados al menos por una década".
El CNRI —una coalición de grupos exiliados y opositores al régimen de la república islámica— es el brazo político de los Muyahidines del Pueblo de Irán, organización considerada terrorista por Estados Unidos y que ha sirve de conducto al espionaje israelí sobre los planes nucleares de Teherán.
El 8 de junio, el New York Times citó a "diplomáticos extranjeros y funcionarios estadounidenses" como fuentes de una noticia sobre la "tácita admisión de Estados Unidos de que se está apartando" de sus conclusiones de 2007.
"Nueva evidencia" ha llevado a los analistas a "revisar y en algunos casos revertir" la opinión de que Teherán no ha retomado un plan de armamento nuclear.
La nota citaba a "funcionarios occidentales" confirmando que Amiri había suministrado parte de los nuevos datos. Tres días más tarde, el Washington Post publicó un artículo similar. Del mismo modo lo hizo la cadena de noticias ABC News y otros medios de comunicación.
En la construcción de este discurso, los periodistas parecen guiados por sus propias convicciones, coincidentes con las de ciertos funcionarios estadounidenses, europeos e israelíes que presionan al gobierno de Barack Obama para que eche por tierra la NIE.
Para los israelíes, y para algunos funcionarios estadounidenses, desechar la conclusión de que Teherán no está procurando obtener armas estratégicas y de destrucción masiva es una precondición para justificar una maniobra política que coloque a Estados Unidos en una confrontación militar con Irán.
* El autor es historiador y periodista de investigación especializado en la política de seguridad nacional de Estados Unidos. Su último libro, "Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam" (Peligros del dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam), se editó en 2006.