En una pequeña, lúgubre y húmeda habitación de Metiabruz, distrito musulmán pobre de esta ciudad oriental de India, unas 20 mujeres hablan entusiasmadas sobre sus aspiraciones y cuentan por qué decidieron estudiar informática.
Lograron hacer un curso intensivo pagando una cuota mínima gracias a la iniciativa de una organización no gubernamental que trabaja en su zona.
"En estos días, el conocimiento de computación es extremadamente importante", dijo Neha Parveen, de 19 años. "Además, si no sé nada sobre eso, la gente pensará que soy ignorante", añadió esta joven que también estudia inglés.
Parveen y el resto de las mujeres, de entre 16 y 28 años, participan de cursos cortos de informática en el Centro de Apoyo Comunitario, administrado por la organización india por los derechos de las mujeres Swayam.
La mayoría de las estudiantes son de clase media y baja, y solo algunas proceden de familias más acomodadas. La mayoría concluyeron su educación secundaria, pero otras, en especial las más jóvenes, aún estudian. Algunas pocas están casadas y tienen hijos.
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A las estudiantes se les cobra 50 rupias (alrededor de un dólar) para el curso básico obligatorio de un mes, y 100 rupias (unos dos dólares) para otros de diseño gráfico. Desde 2008, 121 mujeres han completado el curso básico y 16 los avanzados, explicó Asiti Kar, trabajadora social de Swayam.
Independizarse económicamente es importante, dijeron las mujeres a IPS. Sus madres, todas trabajadoras en el hogar, las estimularon a estudiar porque consideraban que era fundamental para su desarrollo, dijeron.
Ven los cursos como una oportunidad de avanzar. Farhan Khatoon, de 17 años, dijo que quería convertirse en contadora, mientras Jaheeda Khatun, de 20, está ansiosa por completar el curso para comenzar a buscar empleo.
Por ahora, se enorgullece de ser capaz de ayudar a su hermana más joven con sus tareas, gracias a sus estudios en el colegio y en el Centro.
"Algunas de estas jóvenes estaban tan preocupadas cuando vinieron por primera vez que, si apenas un cabello se les escapaba de sus pañuelos, se avergonzaban. Hoy algunas de ellas vienen al Centro sin siquiera usar burqa", dijo Sukanya Gupta, coordinadora de Swayam.
Esto refleja un creciente sentimiento de independencia entre mujeres criadas a la manera tradicional musulmana, añadió. "Es asombroso cuando hablan con tanta confianza hoy".
En 2006, Swayam realizó un estudio entre 200 personas sobre la incidencia de la violencia doméstica en Metiabruz, a pedido de una víctima que solicitó ayuda al grupo.
"En la investigación vimos le necesidad de capacitar a las mujeres aquí", dijo Kar a IPS. Muchas, no todas necesariamente víctimas de violencia, hicieron énfasis su necesidad de trabajar y de volverse económicamente independientes, añadió.
Potenciar a las mujeres a través de una amplia gama de actividades es un paso clave para afrontar la violencia de género, dijo Kar.
La propuesta de realizar los cursos vino de las propias mujeres, añadió. Con el apoyo de la Fundación Anudip para el Bienestar Social, organización no gubernamental con sede en el estado de Bengala Occidental, Swayam abrió el Centro en 2008.
El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer considera fundamental promover la educación, la capacitación y el desarrollo profesional de las jóvenes.
"Es bueno ver que el número de mujeres (inscriptas en cursos de informática) está creciendo, aunque algunas se retiraron por diferentes motivos", señaló Nishat Chaman, quien da clases en el Centro, donde también estudió.
En otras partes en India de mayoría musulmana, muchas también han mostrado interés en mejorar sus capacidades.
En el distrito de Bengala Occidental, donde las jóvenes por lo general se casan con menos de la edad legal de 18 años, Bula Khatoon, de 16 años, aceptó contraer matrimonio con el hombre elegido por sus padres con la condición de que le permitieran continuar con sus estudios.
Cuando se enteró de que su marido quería que ella se dedicara todo el tiempo a las tareas del hogar, se divorció de inmediato y regresó al colegio de su aldea para seguir con las clases. "Siempre quise estudiar y no voy a parar ahora por el matrimonio", dijo Khatoon al periódico The Telegraph, de Kolkata.
En la ciudad de Ahmedabad, en el occidental estado de Gujarat, funciona el centro de capacitación Umeed, donde también se ha constatado un significativo aumento en la inscripción de mujeres en cursos de tres meses, incluyendo de computación, por 500 rupias (unos 11 dólares) cada uno.
Las musulmanas también están ocupando nuevos lugares. En 2008, Papiya Sultana Alam, con un título en administración de empresas, fue la primera islámica en convertirse en oficial de policía en Bengala Occidental, según The Telegraph.