EEUU: Sociedad civil de pie ante derrame en el Golfo de México

Activistas estadounidenses realizan una serie de protestas contra la «incapacidad» del gobierno y de la transnacional British Petroleum (BP) para poner fin al derrame de combustible en el Golfo de México.

El petróleo comenzó a diseminarse el 20 de abril, cuando la plataforma "Deepwater Horizon", que BP arrendaba a la firma Transocean, con sede en Suiza, sufrió una explosión y se hundió.

En la sudoriental ciudad de Nueva Orleans se realizó una Cumbre de Emergencia del Golfo para diseñar una respuesta a la crisis. Tras esa instancia, que tuvo lugar el 19 de este mes y en la que participaron unos 100 activistas, se creó el Comité de Emergencia para Frenar la Catástrofe Petrolera del Golfo.

"Estamos organizando una amplia resistencia", dijo a IPS Larry Everest, portavoz del Comité en representación de San Francisco, en el occidental estado de California. Everest viajó a la zona del desastre.

El objetivo de la cumbre fue reconocer que la catástrofe es enorme y está fuera de control, "y que BP y el gobierno han msotrado que son incapaces y no están dispuestos a frenar el desastre ni a proteger el ambiente, o incluso a decir la verdad", señaló Everest.
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Se estima que cada día se vierte en el Golfo el equivalente a entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo. BP asegura estar recolectando entre 23.000 y 25.000 barriles.

Entre las organizaciones que participaron en la cumbre para reclamar "acciones independientes" de la sociedad civil estuvieron Survivors Village, World Can't Wait y Pax Christi.

BP y el gobierno "le dicen a la población que se está haciendo todo lo que se debe", pero "esto es una mentira", dijo Everest.

"No están informando a la gente sobre el pleno alcance de este horror", agregó.

Entre otros acontecimientos, dos días después de la cumbre, unos 25 activistas protestaron en Nueva Orleans, presentándole a un funcionario de BP una lista de reclamos. El funcionario ni siquiera se identificó ante los manifestantes, dijo Everest.

En el periodo inmediatamente posterior a la explosión, representantes de BP respondieron preguntas de la ciudadanía en sus foros, añadió.

Sin embargo, BP cambió el formato luego de ser "crucificado por miembros del público", y ahora los portavoces de la compañía brindan breves declaraciones preparadas o remiten a los ciudadanos a centros de información.

El Comité de Emergencia reclamó que BP respondiera públicamente a las preguntas y la firma accedió. Por lo menos en ese foro contestó durante unos 40 minutos, dijo Everest.

"Están intentando impedir acciones y una toma de conciencia masiva. Se trata de relaciones públicas y control de daños… Estas reuniones abiertas son sesiones de propaganda y desinformación, en cuanto a que ‘se está haciendo todo’ y ‘lo lamentamos mucho’. Son fachadas", opinó Everest.

Además, los activistas vienen realizando manifestaciones en todo Estados Unidos, incluso en ciudades no directamente afectadas por el derrame de petróleo.

Las organizaciones Codepink y Sierra Club convocaron para el 19 de este mes a un día de protestas nacionales. Lo llamaron "Crudo despertar".

En la sudoriental ciudad de Atlanta, una decena de activistas se reunieron en una estación de servicio de BP. Muchos eran jóvenes no afiliados a ninguna organización. Otros eran miembros del Partido Comunista Revolucionario.

Carol Coney, una de las organizadoras de la protesta, dijo que la catástrofe del Golfo es "terrorismo ambiental y económico".

Para el activista transgénero Oliver Howington, "BP tiene que ser señalado como el único responsable del esfuerzo de limpieza".

"Éste es un excelente ejemplo de cómo las corporaciones y el gobierno trabajan juntos para posibilitar desastres ambientales como éste", dijo.

"El gobierno les dejó tener toda esta desregulación y (no) les impondrá límites o topes", agregó.

Unos 100.000 activistas de todo el mundo realizaron el día 26 una acción titulada "Manos a Través de La Arena". En esa ocasión, se dieron la mano durante 15 minutos formando una cadena a lo largo de distintas playas, en oposición a las perforaciones petroleras en el mar.

Lo que comenzó siendo un acontecimiento local se volvió internacional, realizándose en Alemania, Australia, Bangladesh, Brasil, Belice, Canadá, Corea del Sur, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Groenlandia, Holanda, India, Irlanda, Italia, Japón, Líbano, Malasia, México, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelanda, Panamá, Perú, Polonia, Reino Unido, República Dominicana, Sudáfrica, Suecia y Tanzania, según la Surfrider Foundation.

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