AMÉRICA: Viejas demandas, escasas soluciones

La 40 Asamblea General de la OEA, que dejó sin resolver la reincorporación de Honduras, se convirtió en su tramo final en un foro para Argentina, que obtuvo un pleno respaldo a su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, y para Bolivia en su pugna por acceder al océano Pacífico.

Sesión de clausura de reunión de la OEA Crédito: Gentileza cancillería de Perú
Sesión de clausura de reunión de la OEA Crédito: Gentileza cancillería de Perú
El canciller argentino Jorge Taiana cuestionó la persistente negativa del gobierno de Gran Bretaña a debatir sobre la disputa por el archipiélago austral en el océano Atlántico, que hace 28 años los enfrentó durante dos meses y medio en una guerra desigual.

La instalación de plataformas petrolíferas británicas en la zona en disputa es una evidente demostración de desafío a la posición dialogante de Argentina, indicó.

Taiana demandó y logró un pronunciamiento conjunto de la OEA (Organización de los Estados Americanos) para borrar del hemisferio la "anacrónica situación colonial", que se expresa en el dominio de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas desde que las tropas argentinas se rindieron el 14 de junio de 1982, luego de un frustrado intento de recuperar el territorio por las armas.

También destacó "el tono belicista que puede percibirse desde el gobierno británico", lo cual "representa una amenaza para la región".
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Tras esa exposición, el secretario general de la cancillería de Brasil, Antonio de Aguiar Patriota, elevó un proyecto de declaración, que expresa la imperiosa necesidad de resolver el diferendo.

El documento señala que la OEA "reafirma la necesidad de que los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte reanuden cuanto antes las negociaciones sobre la disputa de soberanía, con el objeto de encontrar una solución pacífica a esta prolongada controversia".

Luego de la intervención de apoyo de los delegados de Bolivia, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, entre otros, le tocó el turno al canciller de Uruguay, Luis Almagro, quien, tras denunciar que las Islas Malvinas eran un "enclave colonial" en América, planteó aprobar por aclamación la iniciativa de Brasil.

Así, la declaración recibió el respaldo por aclamación de las 33 delegaciones presentes.

La sesión final de la 40 Asamblea General de la OEA, desarrollada el lunes y este martes en Lima y conducida por el canciller anfitrión, José García Belaúnde, también fue el ámbito elegido por el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, para insistir en el reclamo de una salida soberana al mar para su país.

Planteó a Santiago una "solución pronta y definitiva al enclaustramiento boliviano y resolver una injusticia histórica", aludiendo a la exigencia de recuperar el acceso que perdió a manos de Chile en la Guerra del Pacífico (1879-1883), que involucró a estos dos países y a Perú.

"Bolivia demanda fraternalmente una solución concreta por medio del diálogo y la negociación", dijo Choquehuanca.

Añadió que la exigencia se inscribe en el contexto del afianzamiento de la integración en la región, en el que no encaja "el encierro forzado" que sufre el país altiplánico al que se le despojó de 158.000 kilómetros cuadrados de territorio.

Choquehuanca, además, reclamó a la OEA una "hoja de ruta" con la finalidad de concretar el sueño boliviano de restablecer el acceso al Pacífico.

Casi inmediatamente, el canciller de Chile, Alfredo Moreno, contestó que su país está abierto a conversar con La Paz con el propósito de contribuir a su desarrollo, facilitando sus exportaciones. Sin embargo, se cuidó de hablar de una salida soberana al Pacífico, como planteó su homólogo boliviano.

A su turno, el vicecanciller de Perú, Néstor Popolizio, señaló que su país no entorpecerá los esfuerzos de Bolivia y Chile destinados a resolver esta añeja controversia.

HONDURAS Y ARMAS

Respecto del pedio de retorno de Honduras al foro continental, los delegados reunidos en Lima decidieron conformar una Comisión de Alto Nivel que se trasladará a ese país centromamericano para estudiar la situación y emitir un informe antes del 30 de julio al secretario general, el chileno Miguel Insulza.

De la evaluación de la comisión dependerá el retorno o no de Honduras a la OEA, suspendida de su calidad de miembro pleno tras el golpe de Estados cívico militar que derrocó el 28 de junio de 2009 el presidente constitucional Manuel Zelaya, quien fue sacado de su domicilio en ropas de dormir a punta de metralletas y en enviado a Costa Rica.

La resolución de pocas líneas se planteó como una fórmula para conciliar las posiciones divergentes de los países de la región al respecto.

La casi totalidad de países sudamericanos y varios de otras regiones rechazan la reincorporación de Honduras por entender que el gobierno actual de Porfirio Lobo fue elegido en comicios organizados por la dictadura sin garantías, mientras que otro grupo alienta su retorno a la OEA.

Entre estos últimos se encuentra Panamá, cuyo canciller, Juan Carlos Varela, anunció la restitución plena de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

La Asamblea General de la OEA concluyó con la aprobación por aclamación de un documento en le cual se insta a los 33 países miembros a reducir eficazmente la compra de armamento y a destinar más recursos al desarrollo de sus pueblos.

Se reitera el llamamiento para enfatizar la solución pacífica de los conflictos, que incluye el control de equipos bélicos y la no proliferación de armas de destrucción masiva.

La llamada Declaración de Lima recomienda también a adherirse a la Convención Interamericana contra la Fabricación y Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados, así con la Convención Interamericana sobre Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales.

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