AMÉRICA LATINA: Mayorías a favor del debate sobre aborto

La mayoría de encuestados en Brasil, Chile, México y Nicaragua están de acuerdo con despenalizar el aborto terapéutico, pero rechazan liberar esa práctica en todas sus formas, según una investigación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

"Hay una opinión compartida en los cuatro países respecto de que el aborto es un problema grave, de salud pública y de equidad", dijo a IPS Claudia Dides, directora del Programa de Género y Equidad de Flacso-Chile, a cargo del estudio.

La opinión mayoritaria recogida en el estudio indica que se deben revisar las restrictivas legislaciones sobre aborto, principalmente en los casos en que está en riesgo la salud de la madre, y que esos cambios deben hacerse a través de consultas populares, antes que discutirlo en los parlamentos.

No obstante, 69 por ciento de las y los brasileños consultados se manifestaron en contra de la despenalización total del aborto, al igual que 64,5 por ciento de los chilenos, 61,4 por ciento de los mexicanos y 81,4 por ciento de los nicaragüenses.

Para Dides, la brecha existente entre la percepción del aborto como un problema de salud pública y equidad y la negativa a despenalizarlo en todas sus formas "tiene que ver con una serie de variables".
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Entre ellas destacó el poco conocimiento de la población sobre este tema, la ausencia de tratamientos humanizados en centros de salud a mujeres con complicaciones derivadas de abortos inducidos y "la influencia de actores políticos, como la jerarquía de la Iglesia Católica".

Otro nudo crítico es el espacio y el tratamiento que los medios de comunicación dan a esta realidad, explicó.

Los primeros análisis descriptivos del Estudio de Opinión Pública sobre Aborto en Brasil, Chile, México y Nicaragua fueron presentados este martes en Santiago, siguiendo los lanzamientos ya realizados en la capital mexicana y Managua.

Los países elegidos por Flacso ofrecen varias particularidades. En Chile y Nicaragua, el aborto está penalizado sin excepciones desde 1989 y 2006, respectivamente, mientras que en Brasil se aceptan causales como riesgo de vida de la madre y violación.

En México se aprobó la despenalización de la interrupción de la gestación por cualquier motivo sólo en la capital, pero en la mayoría de los estados está prohibida, dijo Dides.

Algunos medios de comunicación católicos de México inclusive se refirieron al trabajo de Flacso como una encuesta "auspiciada por un instituto de investigación con tendencias pro abortistas".

El sondeo constó de más de 1.200 entrevistas cara a cara a hombres y mujeres mayores de 18 años de zonas urbanas y rurales de cada uno de los países para conocer sus "opiniones, actitudes y conocimientos" sobre el aborto.

Un significativo porcentaje de las personas consultadas coincidieron en que la interrupción voluntaria de la gestación "es una decisión de las mujeres" más que de "otros actores que siempre están opinando", subrayó Dides.

En Nicaragua, 30,3 por ciento de los encuestados señalaron que el aborto es un "derecho humano de la mujer" y 32,1 por ciento en Brasil. Este porcentaje subió a 38,7 en el caso de Chile y a 43,5 por ciento en México.

El estudio también mostró que "hay expectativas de que se cambien las legislaciones en los cuatro países. La gente no quiere que sigan como están", aseguró Dides.

En el caso de Chile, 95 por ciento de los entrevistados señalaron que se deberían revisar las leyes sobre el aborto, así como 87,8 de los brasileños, 82,8 por ciento de los mexicanos y 94,2 por ciento de los nicaragüenses.

"Como feminista, el estudio reafirma percepciones que nosotras teníamos del aborto en torno a que las razones involucradas en la interrupción terapéutica están plenamente afianzadas como posibilidad de legalización dentro de la población", dijo a IPS Gloria Maira, integrante de la Articulación Feminista de Chile.

"El estudio nos aporta mucho en términos de las estrategias que como movimiento de mujeres y feministas podemos plantearnos a futuro para lograr la despenalización del aborto en Chile. Habla de la necesidad de tener campañas sostenidas y de debate informado de la población", agregó.

A juicio de la activista, el estudio también demuestra que desde que el dictador Augusto Pinochet (1973-1990), fallecido en 2006, penalizó el aborto terapéutico vigente hasta 1989, las autoridades no han respondido a los intereses de la población.

"Siempre nos han hablado de los costos políticos de apoyar los proyectos de ley (a favor de la interrupción del embarazo) y lo que evidencia el estudio es que esa es una percepción errónea y que lo que ha primado son consideraciones de otro tipo, no las necesidades de las mujeres y las percepciones de la población", enfatizó Maira.

Por su parte, la diputada chilena María Antonieta Saa, dijo a IPS que "en todos los parlamentos latinoamericanos, especialmente en América Central, existen grupos conservadores que están organizados, que son militantes, que quieren llevar atrás todos los avances que han habido en el campo de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres".

Esta legisladora del opositor y centroizquierdista partido Por la Democracia es la presidenta del Grupo Parlamentario Interamericano sobre Población y Desarrollo.

Flacso pretende ir entregando paulatinamente los resultados de la encuesta hasta lanzar, dentro de dos meses, un libro que incluirá el estado del arte de la investigación y la producción científica en los cuatro países sobre el aborto, un análisis comparativo de la legislación, estudios de casos y un análisis de prensa en los últimos 10 años.

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