Con una entusiasta respuesta del público se realizó este mes en la capital argentina el Primer Festival Internacional de Cine y Mujer por la Equidad de Género, en el que se presentaron películas provenientes de casi 40 países.
Sus organizadoras se propusieron visibilizar los problemas de la mujer, sensibilizar al público respecto al debate sobre la inequidad entre los sexos y fomentar el diálogo inter-género. Y al hacer balance para IPS, consideraron que lo lograron.
"El resultado fue más que positivo", declaró la directora artística del festival, Cynthia Judkowski. "Tuvimos muchísima participación de público femenino y masculino en las salas y debates, y hubo gente que se quedó afuera", lamentó.
El festival, cuyo lema fue "Mujeres en Foco", se celebró del 5 al 10 de este mes en seis sedes de Buenos Aires que funcionaron como salas o espacios para el debate. Hubo, además, una retrospectiva y un seminario de guión, dirección y producción.
La idea fue convocar a realizadores a participar con trabajos que abordasen el tema de la mujer vinculado a la salud, las migraciones, las prácticas culturales, la violencia, la desigualdad, la participación política, la diversidad sexual y la vida familiar.
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"Se presentaron más de 200 películas y seleccionamos 68, de las cuáles cinco participaron en la competencia de largometrajes y seis en la de cortometrajes", detalló la coordinadora.
"Cholita libre", un documental de la alemana Rike Holtz sobre emigrantes bolivianas, fue el filme premiado entre los largometrajes. El jurado destacó que la cinta no sólo ahonda en temas claves para el festival, sino que lo hace con rigor y con humor, con precisión y belleza estética.
El segundo premio recayó en "Tambores de agua", de la venezolana Clarisa Duque, que refleja la forma de vida de las mujeres afrodescendientes de comunidades del centro costero de Venezuela.
Entre los cortometrajes, los destacados fueron "Ana y Mateo", de la argentina Natural Arpajou, y "Il Corpo della donna (El cuerpo de la mujer)", de los italianos Lorella Zanardo y Marco Malfi.
Durante el festival se presentaron trabajos de Alemania, Argelia, Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, Estados Unidos, Francia, Holanda, India, Italia y México, Nicaragua, Perú, Polonia, Sudáfrica, Suecia, Uruguay y Venezuela, entre otros.
Entre las películas de realizadoras, se proyectaron "Claroscuro" de la costarricense Ana Faerrón, sobre un grupo musical de mujeres, "Fin del Silencio" de la brasileña Thereza Jessouroun, acerca del aborto inseguro, y "Memoria a la deriva" de la canadiense Pauline Voisard.
También se exhibieron cintas de realizadores que abordan temas con perspectiva de género, como "Lieja 4-Ever" del sueco Lukas Moodysson, o "Antiguos sueños de mujeres kichwas" del ecuatoriano Santiago Carcelén Cornejo.
El acceso de los espectadores fue libre y gratuito y las películas seleccionadas no tuvieron que pagar cargo alguno por inscribirse en el certamen. Dos mujeres y un hombre integraron el jurado de cada sección de la competencia.
Se realizó además una retrospectiva de la cineasta española Helena Taberna, directora de "Yoyes" y de "La buena nueva", entre otros trabajos. La propia realizadora ofreció un seminario de guión, producción y dirección.
Los debates abordaron temas como el tratamiento a la mujer en los medios de comunicación y la violencia machista. Hubo también un encuentro de realizadores sensibles a impulsar la paridad de género y los derechos humanos.
"El objetivo fue generar un espacio de encuentro para discutir y promocionar productos audiovisuales realizados por directoras y directores en relación a temas de género y derechos humanos", explicó Judkowski.
En el mediano plazo, la idea es estimular la realización de cine comprometido con la perspectiva de género y de derechos humanos.
Habitualmente, los festivales que ponen el acento en la mirada de las mujeres, tienen un universo temático amplio pero exhiben películas realizadas exclusivamente por realizadoras.
El festival de Buenos Aires se organizó a la inversa: el foco temático de los filmes se circunscribió a cuestiones claves sobre la perspectiva de género, pero en trabajos realizados indistintamente por varones o por mujeres.
Las organizadoras, un grupo de realizadoras y profesionales independientes, contaron con el apoyo de diversas instituciones locales e internacionales y apuntan a repetir el festival cada año en Buenos Aires y a replicar la experiencia en otras partes del mundo.
"Estamos convencidas de que la práctica artística transforma y es revolucionaria en la medida en que modifica el espacio y el tiempo generando nuevas situaciones ( ) que desafían las relaciones sociales de dominación", afirmaron en la convocatoria.