La salud pública de Sudáfrica sufre una escasez de más de 80 medicamentos diferentes, incluyendo vacunas contra la fiebre y fármacos contra la tuberculosis y la hipertensión.
La gravedad de la escasez varía de provincia en provincia y de hospital en hospital, dependiendo de la capacidad de los respectivos administradores.
Expertos atribuyen la situación a diversos factores, como la falta de farmacéuticos competentes, un ineficaz proceso de licitación y la inhabilidad de algunas compañías para distribuir las drogas.
"La distribución y el consumo de medicinas forma una cadena con muchos eslabones. Cada uno debe funcionar en forma óptima para que un paciente finalmente tenga su medicamento", explicó Elma de Vries, ex presidenta de la Asociación de Médicos Rurales de África Austral. "Lamentablemente, algunos eslabones faltan o están rotos", añadió.
Sudáfrica tiene unos 9.000 farmacéuticos con trabajo, aunque hay 10.824 registrados, según Andy Gray, conferencista sobre terapias y administración de medicamentos en la Universidad de KwaZulu Natal. Sólo 1.746 trabajan en el sector público. La mayoría aspiran al sector privado o a empleos en el exterior mejor remunerados.
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En algunos hospitales es el personal de enfermería el que administra las drogas, muchas veces sin la debida capacitación para esa tarea. Además, "algunos hospitales y clínicas públicas carecen de sistemas computarizados, lo que significa que no pueden recibir demandas o dar órdenes lo suficientemente rápido", explicó Gray.
"Cuando no hay farmacéuticos, depende del personal de enfermería entregar las órdenes. Y si la supervisión es inadecuada, las medicinas se pierden", indicó.
La escasez de medicamentos almacenados es otro eslabón débil en la cadena de suministro.
"Los hospitales obtienen sus reservas de los depósitos provinciales, pero existe un gran número de problemas en algunos de estos, donde la falta de capacitación hace que la administración sea mala", dijo De Vries.
Aun si todos los sistemas en los depósitos funcionaran en forma óptima, el gobierno limita la cantidad de reservas que los hospitales pueden obtener, y estos entonces pasan a depender de las compañías farmacéuticas beneficiadas por licitaciones estatales, explicó.
Pero Gray señaló varios inconvenientes en esas empresas. "Hay falta de personal capacitado y de otros recursos, lo que hace difícil para los fabricantes entregar las grandes cantidades de medicamentos demandados".
"Los fabricantes afrontan un proceso errático de órdenes. Algunas provincias piden un millón de unidades de una medicina específica, pero finalmente terminan comprando tres millones, o pueden hacer una orden grande un mes y no solicitar nada los próximos tres meses", indicó Gray.
Sudáfrica ahora carece de la vacuna Trivalente, contra la influenza H1N1 (gripe porcina).
El Instituto Nacional para Enfermedades Contagiosas confirmó que la escasez se produjo porque el Departamento Nacional de Salud destinó 1,3 millones de dosis para vacunar a portadores de VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida) menores de 15 años, a trabajadores de la salud y a empleados de aeropuertos, centrales marítimas y otro tipo de terminales.
Esta campaña sanitaria es parte de los preparativos para la Copa Mundial de la FIFA de Fútbol, que comenzará en junio, y atraerá a turistas de todo el planeta.
Esto llevó a que farmacias tanto del sector público como del privado se quedaran sin vacunas. Según el Instituto, otra razón son "los problemas de producción, ya que una de las cepas en la vacuna no creció bien".
"Los fabricantes no están dispuestos a producir medicinas que no generen grandes ingresos. Si hay una caída en el precio de determinado medicamento, reducirán la producción. No quieren tener dinero en el estante en la forma de mercancías devaluadas", dijo Gray.
En abril escaseó el antirretroviral Tenofovir en el hospital de Thafalofefe, en la Provincia Oriental del Cabo. Sin embargo, el problema fue rápidamente sorteado gracias a la intervención de activistas.
Vuyiseka Dubula, portavoz de la Campaña de Acción por Tratamientos, que defiende los derechos de los portadores de VIH, dijo a IPS que la organización estaba "preocupada por la falta de medicamentos contra la tuberculosis y de antibióticos".
Mientras, Marije Versteeg, del Proyecto en Defensa de la Salud Rural, informó que hay carencias de medicinas contra la tuberculosis en áreas de la nororiental provincia de Mpumalanga.
"Es de gran preocupación porque la gente necesita seguir tomando sus medicinas. Si se detienen, eso puedo causar una resistencia a la droga, lo que dificulta el tratamiento de la enfermedad", explicó.
El problema puede resolverse, sostuvo por su parte Gray, capacitando a más farmacéuticos, logrando una mejor administración en todos los niveles y revisando el proceso de licitación.