Los sectores políticos de oposición al gobierno venezolano de Hugo Chávez eligieron en comicios primarios a 22 candidatos y escogieron por consenso a otros 143 para competir en septiembre por los 165 escaños de la Asamblea Nacional, el parlamento unicameral.
Se trata del próximo desafío político que deberá encarar el presidente Chávez mientras pisa el acelerador a su propuesta de "socialismo del siglo XXI", con medidas de acotamiento de la propiedad privada, estatización de empresas, concentración de poder en la presidencia y emulación de estrategias de defensa desarrolladas en Cuba.
El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) escogerá el 2 de mayo en elecciones primarias a sus 110 aspirantes en igual número de circuitos, en tanto que los restantes 55 puestos los designará la dirección nacional de la agrupación, que preside el propio Chávez.
Formaciones menores, como los partidos Comunista y Patria Para Todos, que han seguido a Chávez, o grupos y personalidades independientes, posiblemente presenten listas propias, pero la disputa electoral central será entre la coalición opositora y el PSUV.
La oposición se retiró de la competencia parlamentaria en 2005 por desconfiar del sistema electoral, dejando así el paso libre para que los candidatos afines al gobierno ocuparan todos los escaños, que conlleva un mandato de cinco años. Posteriormente, 11 de los legisladores elegidos en esa oportunidad se declararon opositores o independientes.
Las elecciones primarias, como la del domingo de la oposición y las del oficialismo el 2 de mayo, "oxigenan con democracia el ambiente político, son estrategias acertadas dirigidas a mantener intactas las fuerzas de cada uno, pues el que se equivoque perderá terreno", dijo a IPS el analista Luis León, director de la firma encuestadora Datanálisis.
Según León, "la oposición amaneció fortalecida". "Se presenta como alianza perfecta y amplifica sus posibilidades de éxito para la nueva Asamblea, pues el opositor excéntrico que se postule al margen va a quedar fuera de juego", apuntó.
La coalición opositora, Mesa de Unidad Democrática (MUD), reúne a medio centenar de formaciones políticas, 16 de las cuales tienen alcance nacional y el resto en regiones, así como a varias organizaciones sociales y grupos de opinión.
Los principales partidos son los tradicionales, como el socialdemócrata Acción Democrática, el socialcristiano Copei y los izquierdistas Movimiento al Socialismo, Causa Radical y Bandera Roja, o reagrupamientos a partir de ellos como el socialdemócrata Un Nuevo Tiempo, el democristiano Primero Justicia y el izquierdista Podemos.
El analista Eduardo Semtei, ex directivo del Consejo Nacional Electoral, dijo a IPS que "la unidad opositora, si se sostiene y hace una buena campaña, sumada a disidencias en el oficialismo, puede ganar hasta 90 escaños en la próxima Asamblea Nacional".
En caso de concretarse tal hipótesis se abriría una crisis entre el parlamento y los otros cuatro poderes del Estado en manos de Chávez o de sus seguidores, como es el caso del Ejecutivo, el Judicial, el poder Electoral y el Moral, que integran Fiscalía, Contraloría y Defensoría del Pueblo.
Chávez ha pedido a sus partidarios trabajar para retener más de dos terceras partes de la Asamblea, para así sostener la relación de los últimos cinco años, signada por la segura y rápida aprobación de los proyectos de ley que envía el gobierno y la autorización al presidente para legislar por decreto.
"Si (los opositores) ganan la Asamblea, entonces vendrán por mí y desmontarán todas las leyes revolucionarias y los programas de salud, educación y alimentación. Ellos no van a ir al parlamento a trabajar sino a desestabilizar", ha dicho el presidente.
Los jefes opositores niegan que, en caso de ganar la mayoría en la Asamblea, vayan a provocar la salida anticipada de Chávez, pues aguardarán por las elecciones presidenciales de fines de 2012. Pero sí anticipan que impulsarán límites a su gestión, tanto a los gastos militares y ayudas al exterior, como a las maratónicas cadenas presidenciales de radio y televisión.
"El 26 de septiembre tendremos una Asamblea Nacional mayoritariamente democrática y plural para revertir el carácter autocrático que se ha impuesto en el país e iniciar una nueva etapa en nuestra historia", proclamó María Corina Machado, la más destacada candidata opositora ungida en las primarias del domingo.
Machado, descendiente de familias acaudaladas y crítica del sistema electoral venezolano, ganó como independiente una de las dos candidaturas en el circuito más codiciado por los opositores, el de municipios y parroquias de clase media y alta en el este de Caracas, cuya votación siempre ha sido abrumadoramente contraria a Chávez.
En total, para escoger a los 22 candidatos en 15 circuitos concurrieron 361.000 votantes, 9,4 por ciento del padrón electoral concernido. Venezuela, con 28,7 millones de habitantes, tiene 17,5 millones de electores, mayores de 18 años.
Otro candidato por el circuito de Machado será el ex comisario Iván Simonovis, uno de los nueve policías condenado por su implicancia en los hechos del 11 de abril de 2002, cuando un golpe de Estado cívico-militar depuso a Chávez por casi dos días.
Varios de ellos, considerados presos políticos por la MUD, fueron inscritos en posiciones con opción de victoria, pues si ganan un escaño deberán salir en libertad.
Manuel Rosales, competidor de Chávez por la presidencia en 2006 y ahora asilado en Perú, fue inscrito como aspirante al parlamento por un circuito de la occidental ciudad de Maracaibo. Este dirigente es jefe del partido Un Nuevo Tiempo, fuerte en el occidente petrolero.
La oposición obtuvo 43 por ciento de votos en las elecciones regionales de 2008, frente a 52 por ciento del PSUV. Si esos porcentajes se repitiesen en septiembre, el complicado sistema electoral y de adjudicación de escaños por circuitos nominales y listas estaduales le daría al oficialismo una cómoda mayoría, quizá dos tercios.
Pero "la aprobación popular hacia el presidente ha bajado, aunque no cae en picada, y cada vez más se le responsabiliza por los problemas del país", advirtió León, para quien, sin embargo "Chávez se debilita, pero ningún contendor se ha fortalecido".
