ONU: Secretismo del Consejo de Seguridad bajo fuego

Arrogante, opaco, antidemocrático y al borde de volverse irrelevante e ilegítimo. Todos esos epítetos se han proferido en el último mes contra el Consejo de Seguridad, el órgano político más poderoso de la ONU.

Las críticas que durante mucho tiempo se centraron en la desequilibrada composición del Consejo, se acentuaron con acusaciones de falta de transparencia en el organismo que, paradójicamente, predica la apertura en el mundo, pero no la practica en casa.

Las normas provisorias de funcionamiento del Consejo de Seguridad establecen que las reuniones se celebren en forma pública, recordó el embajador Vanu Gopala Menon, representante permanente de Singapur ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

"Pero esa premisa de transparencia ha sido eludida durante años en nombre de la presunta efectividad", agregó.

"Se supone que es más fácil sellar acuerdos para salvar al mundo en reuniones de trastienda que en el foro", dijo Menon ante los representantes de los 15 Estados miembros del Consejo en una sesión abierta celebrada este mes para revisar los "métodos de trabajo" del cuerpo.
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Pese a 16 años de intentos de reformar el Consejo, los cinco miembros con poder de veto – China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia—se siguen negando a ceder cualquiera de los privilegios que se abrogaron y que incluyen celebrar en secreto reuniones sobre temas delicados dentro y fuera del ámbito de las Naciones Unidas.

El representante permanente de Nueva Zelanda, embajador Jim McLay, rechazó "de plano" la idea de que es asunto del Consejo decidir sobre sus métodos de trabajo.

"Es tan ilegítimo como argumentar que los ciudadanos no tienen interés válido en los procedimientos de sus tribunales, o en las normas de las legislaturas que eligen", dijo McLay.

Además de los cinco miembros con poder de veto, los actuales integrantes no permanentes del Consejo, elegidos por dos años y por regiones geográficas, son Austria, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Gabón, Japón, Líbano, México, Nigeria, Turquía y Uganda.

El poder del Consejo yace en el hecho de que es el único órgano de la ONU con mandato para declarar la guerra y la paz.

Pero los cinco miembros permanentes están allí por acuerdo de la comunidad internacional, como establece la Carta de la ONU, dijo McLay, y los otros 10 son elegidos "para servir a los 187 Estados que no gozan del privilegio de sentarse de modo permanente en esta sala, a menudo de puertas cerradas".

Tarde o temprano, señaló, un opaco a insular Consejo de Seguridad perderá credibilidad y no gozará del apoyo de la mayoría, por lo que su papel para sostener la paz internacional podría agostarse a incluso perderse por completo.

Semejante Consejo corre peligro de ser visto como "irrelevante, e incluso peor, ilegítimo".

La propuesta de ampliar la cantidad de miembros permanentes y no permanentes sigue sin resolverse debido a los desacuerdos que subsisten entre los 192 países de la ONU.

Alemania, Brasil, India y Japón llevan más de una década golpeando sin suerte las puertas del Consejo por escaños permanentes pero sin poder de veto.

Una iniciativa de abolir el veto nunca llegó a considerarse seriamente.

El representante de India en la ONU, embajador Hardeep Singh Puri, cree que "los avances reales" son mínimos.

"Algunos miembros permanentes siguen argumentando que la reforma de los métodos de trabajo no puede ser debatida por los que no son miembros", indicó. Esto muestra que las muchas fallas del Consejo "son sólo síntomas de una enfermedad más profunda en sus estructuras y composición".

En nombre de los 118 integrantes del Movimiento de Países No Alineados, el embajador de Egipto, Maged Abdelaziz, acusó al Consejo de arrogarse poderes que yacen en la Asamblea General de la ONU.

El cuerpo "debería dejar de usurpar funciones y facultades de la Asamblea General y del Consejo Económico y Social cuando se ocupa de problemas que fueron tradicionalmente competencia de esos órganos", dijo.

El embajador Menon dijo a IPS que llevan años las presiones sobre el Consejo y en especial sobre sus cinco integrantes permanentes para modificar formas de funcionamiento para asegurar más transparencia, rendición de cuentas y eficacia.

"Esto puede ser el menos polémico de los asuntos vinculados a la reforma, porque a todos les interesa que el Consejo sea más accesible, responsable y eficaz", dijo.

Pero es evidente que la frustración prevalece por el lento ritmo de las reformas.

Los cinco miembros permanentes "creen que la eficacia no debe sacrificarse en el altar de la transparencia, y que sólo ellos pueden ser los maestros de las formas de trabajo", dijo Menon.

En verdad, algunos pequeños avances se han registrado, sobre todo por los "esfuerzos de miembros no permanentes en cuestiones como las ruedas de prensa y las discusiones con otros países, sobre todo aquellos que contribuyen con tropas" a las fuerzas de paz de la ONU, dijo Menon.

El profesor de política y estudios internacionales Stephen Zunes, de la Universidad de San Francisco, dijo a IPS que "en una era de notable difusión del poder en la comunidad internacional, resulta una ironía que la discusión de algunos de los asuntos más importantes de la ONU siga en manos de sólo cinco estados".

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