La noche del 26 de abril de 1998 el obispo Juan Gerardi regresaba a la casa parroquial de San Sebastián, a tres cuadras de la sede del gobierno nacional en el centro de la capital de Guatemala, sin sospechar que ese sería el último de sus días. Un hombre le golpeó la cabeza con un ladrillo hasta matarlo.
Su muerte tuvo una repercusión especial, más allá de la crueldad del crimen, porque el prelado había hecho público dos días antes el informe "Guatemala, Nunca Más", un estudio de la Iglesia Católica que documenta más de 54.000 violaciones a los derechos humanos cometidas en la guerra entre fuerzas de seguridad del Estado y la guerrilla izquierdista de 1960 a 1996.
Ese documento contiene miles de testimonios sobre secuestros, violaciones y asesinatos cometidos, principalmente, contra la población indígena, y atribuidos en su mayoría al ejército.
Ahora un largometraje realizado con el apoyo de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de la Iglesia Católica de Guatemala repasa a modo de homenaje la vida y el tenaz compromiso social de Gerardi (1922-1998).
"Mucha gente llegó a la figura de Gerardi a través de la muerte con todas las complicaciones que ha tenido la investigación sobre ese hecho tan terrible, pero era importante conocer su vida y su trayectoria histórica", dijo a IPS, Santiago Otero, el sacerdote de origen español autor de la biografía del obispo y guionista de la película.
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El filme "Gerardi", estrenado el 26 de marzo, narra en sus 90 minutos de duración la vida del prelado al frente de la arquidiócesis del noroccidental departamento de Quiché, uno de los más afectados por la guerra, su exilio en Costa Rica, así como el proceso de elaboración del documento "Guatemala, Nunca Más".
Destaca su lucha por el acceso a la verdad y a la justicia para las víctimas de la guerra. "Su mensaje era que Guatemala puede emprender caminos de cambio, de reconciliación y perdón para que se pueda consolidar con una reconstrucción del tejido social destruido por la guerra civil", explicó.
En el enfrentamiento armado interno al menos 45.000 personas fueron desaparecidas y otras 150.000 asesinadas, según la independiente Comisión para el Esclarecimiento Histórico. También señala que 93 por ciento de los crímenes documentados fueron cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado y paramilitares de ultraderecha.
Según Otero, "la muerte de Gerardi fue un golpe muy duro particularmente para la Iglesia y echó un manto que reforzaba el temor y el terror dentro de sectores que pensaban que con la firma de la paz (en 1996) se podía trabajar de una manera más abierta y productiva a favor de Guatemala".
Por el crimen del obispo, la justicia condenó en 2001 al sacerdote Mario Orantes, imputado de cómplice, y como autores al coronel retirado Byron Lima Estrada, a su hijo, el capitán retirado Byron Lima Oliva, y al ex sargento Obdulio Villanueva, este último asesinado en prisión. No obstante, aún se desconocen los autores intelectuales.
El director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, Nery Rodenas, dijo a IPS que la película no aborda en profundidad las causas del asesinato del obispo ni del proceso judicial, puesto que para ese propósito habría que hacer otra cinta dada la complejidad del caso y sus matices.
"Hay cosas muy positivas desde el punto de vista religioso, su vocación social, la conflictividad de la gente que fue afectada por la guerra, la existencia de posicionamientos políticos e históricos y la construcción de la memoria histórica en Guatemala", que se resaltan en la película, explicó.
Rodenas dijo que el proyecto cinematográfico será llevado a 50 comunidades del interior del país para que la población que no tiene acceso al cine pueda conocer la vida del obispo a través de proyecciones gratuitas, así como a nivel internacional.
"Hay muchos liderazgos en nuestro país, pero no todos positivos ni que puedan transmitir valores por su experiencia de vida y por la coyuntura que les tocó vivir", precisó.
"Gerardi, en cambio, transmite valores positivos como la lucha por la paz, y el conocimiento de la verdad del conflicto armado interno y de sus consecuencias", añadió.
El proyecto cinematográfico guatemalteco "Gerardi", que comenzó en 2008 y se acabó de filmar en 2009, contó con la participación de 500 personas en la producción y su costo ascendió a 137.000 dólares.
"Estamos apelando al dolor de una madre, al dolor de un amigo y al dolor de un pastor. Confiamos en que la gente que vea la película salga sensibilizada y que vean las historias de violencia desde otra perspectiva", dijo Samuel Morales, actor que protagoniza al prelado en la cinta.
Esta no es la primera vez que el crimen de Gerardi ha motivado la publicación de una obra.
El francés Bertrand de la Grange y la española Maite Rico, ambos periodistas, escribieron en 2005 el libro "¿Quién mató al obispo?", mientras que el guatemalteco-estadounidense Francisco Goldman publicó en 2007 "El arte del asesinato político", los cuales, a diferencia de la película, abordan el crimen de Gerardi.
