El enojo popular contra un videoclip del cantante de rap y hip-hop Akon, en el que aparecen mujeres bailando en bikini cerca de una estatua de Buda, puede haber sido apenas un pretexto para atacar a dos medios de comunicación privados en Sri Lanka.
Unas 200 personas atacaron el 22 de este mes con piedras la sede de MTV y Sirasa, de las populares redes de radio y televisión del país.
Los incidentes tuvieron lugar a raíz de la difusión del vídeo de Akon, un senegalés radicado en Estados Unidos. Ahora se canceló su emisión. MTV era uno de los promotores del recital del cantante en Sri Lanka, previsto para abril.
Aunque los atacantes pueden haber señalado que su indignación fue causada por el vídeo musical, activistas dijeron que simplemente fue un eslabón más en una larga cadena de hechos de intimidación y acoso que enfrentan los periodistas en esta nación insular de Asia meridional.
Un afiche que dejó atrás la multitud aportó una pista sobre el motivo del atentado. Escrito en cingalés, el mensaje rezaba: "No traigan a Akon a Sri Lanka".
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El enojo por la llegada del cantante a este país asiático aumentó la semana pasada a raíz del vídeo promocional de la canción "Sexy Bitch" ("Perra sexy"), donde aparecen dos mujeres en bikini bailando frente a una estatua blanca de Buda.
Alrededor de 60 por ciento de los 20 millones de habitantes de Sri Lanka son budistas, y se indignan ante lo que consideran sacrílego.
El Movimiento de Medios Libres, principal organización de defensa de la libertad de expresión en el país, cree que el ataque "no puede considerarse un acto aislado", dijo en una entrevista su portavoz, Sunil Jayasekera.
Otros dicen que la disputa en torno al recital de Akon brindó un velo efectivo para cualquiera que quisiera atacar la sede de Sirasa, conocida por informar de modo independiente durante la guerra entre el gobierno y los rebeldes Tigres tamiles.
Estos lucharon durante 26 años por la autonomía del norte y este de Sri Lanka, pero el 17 de mayo de 2009 se declararon derrotados por las fuerzas regulares del gobierno.
El conflicto comenzó tras una serie de ataques de la comunidad cingalesa, mayoritaria en este país, contra la tamil, predominante en esa zona.
Este concierto "fue apenas una excusa para este ataque", dijo Susil Kidelepitiya, ex director de noticias en Sirasa y candidato del opositor Partido Unido Nacional a las elecciones generales de abril.
Jayasekera, por su parte, recordó que los estudios de MTV y Sirasa "fueron incendiados en enero de 2009" y que "nadie sabe quién hizo eso".
El gobierno tiene que actuar para asegurar a quienes trabajan en los medios que pueden realizar su trabajo de modo seguro, agregó.
Tras el atentado de 2009, Reporteros Sin Fronteras señaló que "el ataque parece ser porque su cobertura no fue suficientemente patriótica. La red es una de las pocas, y muy populares, fuentes informativas independientes".
También destacó que MTV y Sirasa han sido criticados "por no dar suficiente tiempo de transmisión a las recientes victorias del gobierno sobre los rebeldes".
Funcionarios de la Asociación de Periodistas coincidieron en que las autoridades no han mostrado demasiado interés en investigar los ataques.
"Si hay una sensación de que estas clases de actos se toleran, esto no es un buen augurio para el futuro", dijo a IPS el secretario de la Asociación, Lasantha Ruhunge.
En el ataque de esta semana, la multitud apareció frente a las oficinas de Capital Maharaja, el grupo empresarial dueño de MTV y Sirasa, ubicadas en Colombo.
Llegaron en dos autobuses contratados y comenzaron a lanzar piedras y otros elementos contra el edificio.
Luego comenzaron a vengarse quienes estaban adentro. Algunos devolvieron las piedras y otros utilizaron una manguera anti-incendios contra la multitud. Poco después llegó la policía.
Los atacantes se dispersaron y 16 quedaron en custodia policial, para ser liberados bajo fianza al día siguiente.
"Echar abajo a un artista (Akon) que no tiene respeto por el budismo no puede perdonarse, pero este acto tampoco. Ir a apedrear la oficina no es la respuesta", dijo a IPS el monje budista Hegodda Vippassi Thero.
En vista del controvertido vídeo, el religioso había urgido a los organizadores a reconsiderar la realización del recital.
El gobierno de Sri Lanka dijo que no le extenderá una visa a Akon porque "difamó al budismo".
En un comunicado, el cantante replicó: "Nunca quise ofender o profanar la religión de nadie".