Once semanas después del sismo que mató a más de dos por ciento de su población y destruyó su capital, Haití afronta un largo y complicado proceso de reconstrucción.
Este miércoles 31, 59 estados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), instituciones financieras multilaterales y organizaciones no gubernamentales prometieron poner sobre la mesa más de 5.000 millones de dólares en los próximos 18 meses, para la reconstrucción urgente, y casi 10.000 millones en total para cubrir los costos de la próxima década.
"Los amigos de Haití han actuado mucho más allá de las expectativas. Podemos dar muy buenas noticias", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Con los fondos se establecerá una comisión interina que asistirá al país a transitar de la actual emergencia humanitaria a un estadio de desarrollo de largo plazo.
El 12 de enero Haití sufrió un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter que mató a más de 200.000 personas.
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Si bien varios oradores se refirieron a la actual crisis, entre ellos la secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton, la mayor parte de la conferencia se concentró en los próximos 18 meses y en el siguiente decenio.
"He aquí una oportunidad para que emerja un futuro mejor del actual sufrimiento haitiano", dijo Clinton en la inauguración del encuentro, después de mencionar que más de un millón de personas siguen sin hogar.
La conferencia fue presidida por Canadá, Brasil, España, Estados Unidos, Francia y la Unión Europea.
"Se necesitará el compromiso de todos para apoyar mejor y de forma más inteligente" a la nación caribeña, añadió. Para Clinton y los demás participantes, eso significa grandes inversiones para fortalecer las débiles instituciones gubernamentales haitianas y "poner al pueblo de Haití en el asiento del conductor".
"La ayuda importa, pero por sí sola nunca ha salvado a un país", afirmó Clinton al cerrar el encuentro. "Nuestra meta debe ser la potenciación del pueblo".
Con ese fin, Estados Unidos prometió 1.150 millones de dólares para "apoyar el plan del gobierno destinado a mejorar la agricultura, la energía, la salud, la seguridad y la gobernanza".
Otros donantes importantes son el gobierno de Venezuela y el Banco Interamericano de Desarrollo. Cada uno de ellos prometió entregar unos 2.000 millones de dólares en los siguientes 10 años.
El primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, expuso los planes de reconstrucción en un discurso. El gobierno diseñó su propio marco para el desarrollo luego de elaborar una evaluación de las necesidades tras el terremoto.
Según Bellerive, el plan prevé grandes inversiones en infraestructura básica junto con la reconstitución urgente del gobierno haitiano, que perdió casi todos los edificios ministeriales y un cuarto del personal del servicio público con el terremoto que afectó sobre todo a la capital, Puerto Príncipe.
El gobernante también sostuvo que la escasa planificación y el subdesarrollo regional condujeron a la superpoblación de Puerto Príncipe, un fenómeno económico y social que jugó un papel crucial en las dimensiones desastrosas que tuvo el sismo.
"Debemos redistribuir la población en el territorio. Necesitamos regiones más fuertes, con infraestructura capaz de generar desarrollo económico, mediante un proceso de planificación", sostuvo el primer ministro.
El ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton (1993-2001), que ejerce la presidencia compartida del comité interino de desarrollo junto con Bellerive, expuso con franqueza las debilidades de anteriores intentos internacionales de contribuir con Haití, el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo.
También hizo autocrítica sobre el papel que él mismo jugó como enviado especial de la ONU, un cargo que ejerce desde mayo de 2009.
"Me pidieron que acosara a todos los donantes para que honraran sus compromisos. Y fracasé", dijo Clinton. Sólo 30 por ciento de los fondos requeridos para el desarrollo haitiano se desembolsaron antes del terremoto, agregó.
La reconstrucción todavía es una enorme incertidumbre, en gran medida por el riesgo de que la comunidad internacional no aporte el dinero que ofreció.
Hay que agotar el proceso de reconstrucción para decir si la conferencia fue un éxito o no, dijo a IPS el profesor Marc Levin, que enseña desarrollo sustentable en el Instituto de la Tierra de la estadounidense Universidad de Columbia.
"Buena parte de la historia dependerá de que la comunidad internacional esté realmente comprometida con el pueblo y el gobierno haitianos como para poner el dinero", dijo Levin, que visitó ese país poco después del sismo.
"La conferencia de donantes no aporta pistas reales. Estos son los primeros pasos de un proceso que podría conducir a una gran recuperación", añadió.
Levin citó el Plan Marshall que el gobierno de Estados Unidos puso en marcha para reconstruir las economías y los gobiernos de Europa después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) como modelo del desarrollo amplio y de largo alcance que necesita Haití.
El especialista se preguntó si los donantes de hoy están asumiendo ese desafío. "Los países donantes tienen una historia de rápido olvido" de los objetivos de desarrollo de Haití. "Las promesas no son vinculantes".
En un comunicado de prensa divulgado por el portavoz de la organización humanitaria Oxfam, Philippe Mathieu, se expresaron similares dudas.
"La última vez que la región (del Caribe y América Central) fue golpeada por un desastre natural de esta escala, el huracán Mitch en 1998, sólo se materializó un tercio de la prometida ayuda de 9.000 millones de dólares", sostuvo Mathieu.
"No se puede permitir que eso vuelva a ocurrir", agregó.
Pero si bien el futuro de la reconstrucción sigue turbio, la conferencia ofreció más motivos para el optimismo.
La legisladora de Massachusetts, Marie St. Fleur, la primera haitiana-estadounidense que se convierte en legisladora estadual en Estados Unidos, fue largamente ovacionada cuando explicó cómo el proceso de reconstrucción podría dar a los haitianos la posibilidad de tomar en sus manos el futuro de su país.
"De nosotros depende ayudar a que sea real la libertad tan duramente ganada por los padres de la Revolución Haitiana", dijo St. Fleur, del gobernante Partido Demócrata.
Se refería al levantamiento de esclavos negros que en 1804 hicieron de Haití el segundo país de América en declararse independiente del poder colonial europeo.