Mientras reitera en el seno de la Unión Europea su compromiso de controlar el tráfico de armas, el gobierno español promueve su pujante industria bélica.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, señaló que la Presidencia española de la UE en este primer semestre se enfocará en el control eficaz del comercio de armamentos e insistirá en la adopción de un Tratado Internacional sobre Comercio de Armas en 2012.
España tiene un compromiso firme con la negociación y adopción de un acuerdo internacional de este tipo, que sea legalmente vinculante y que tenga validez y adhesión universal en el marco normativo de la ONU, dijo.
La ley sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso, aprobada en España en 2007, ha significado un paso adelante, pero todavía falta cumplir algunas de sus normas, dijo a IPS Francisco Yermo, responsable de acción humanitaria de la organización no gubernamental Intermón Oxfam.
El activista destacó como positivo la vigilancia a la comercialización de armas de caza y tiro deportivo y sus municiones, la información disponible sobre autorizaciones y datos de aduanas y "el decidido compromiso del gobierno para erradicar la fabricación de bombas de racimo".
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Pero criticó que "el gobierno todavía no facilita información precisa sobre qué criterios aplica cuando decide autorizar o denegar una exportación" de armamento.
Yermo puso como ejemplo las autorizaciones de "exportaciones a países con un conflicto armado o historial preocupante en materia de derechos humanos como Colombia, Israel y Sri Lanka, entre otros".
A la luz de los hechos, el gobierno español no solamente no se propone bajar las ventas de material bélico sino que promueve su aumento.
A fines de enero, el canciller Miguel Ángel Moratinos informó que España pedirá a la Unión Europea (UE) que retire el embargo de armas a China, vigente desde hace dos décadas y adoptado como respuesta a la matanza de Tiananmen, que en 1989 aplastó una movilización democrática en ese país.
En lo inmediato, España compite con Francia para vender un buque de guerra a Rusia. El precio rondaría los 600 millones de euros (unos 815 millones de dólares).
Además, con precio aparte, está negociando incluir en el convenio la transferencia de tecnología necesaria para construir otras tres naves en astilleros rusos.
Pero los mercados a los que más atención presta España están en el Sur.
De acuerdo a las últimas cifras oficiales, en el primer semestre de 2009 el país ibérico vendió aviones militares a Brasil por unos 50 millones de dólares, a Colombia, por 42 millones de dólares, y a Portugal, por 83,7 millones de dólares.
También entregó vehículos a Marruecos, por los que recibió casi 38 millones de dólares, a Angola, por 5,4 millones de dólares y a Venezuela, por 675.000 dólares.
Todavía no hay información oficial sobre las ventas de la segunda mitad de 2009, pero sí se sabe que el gobierno autorizó vender armas a Ecuador por un valor de 40 millones de dólares, a Chile, por 75 millones de dólares, y a México, por 71 millones.
Refiriéndose a estas exportaciones, la ministra de Defensa, Carme Chacón, se mostró satisfecha porque en medio de una crisis mundial las ventas en el primer semestre de 2009 aumentaron 65 por ciento respecto de igual periodo de 2008.
Cuatro de los cinco países que controlan el negocio de las armas convencionales son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Alemania, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, según datos de 2005 citados en el informe "Armas sin fronteras – Por qué el comercio globalizado requiere controles globales", producido por la campaña no gubernamental Armas bajo Control.
El foco español parece estar en operaciones pequeñas,
El lunes la policía desarticuló a un grupo dedicado al tráfico ilegal de armas y drogas. Los traficantes recibían armamentos de bajo nivel, desahuciados por estar inutilizables, los arreglaban y los vendían a otros delincuentes.
La operación policial, iniciada seis meses antes, llevó a la incautación de un fusil de asalto, dos escopetas, dos rifles, cuatro pistolas, un revólver, dos carabinas y cuatro pistolas de aire comprimido, una escopeta antigua, un silenciador, machetes y herramientas de trabajo.
Pese a su baja escala, el hecho se ganó la primera plana en muchos medios informativos, algo que pocas veces ocurre con el tráfico de armas militares ligeras y pesadas.
