DESARROLLO-KENIA: La difícil planificación familiar

Margaret Atieno, vecina de la occidental localidad keniata de Siaya, tiene 38 años y seis hijos. Quiso evitar su último embarazo, pero la habitual falta de dispositivos intrauterinos (DIU) en el centro de atención a la salud más cercano no le dejó más opción que tener otro bebé.

"Mi esposo, que es polígamo y tiene otras dos mujeres, no quiere que ninguna de (nosotras) use anticonceptivos. Así que una trabajadora comunitaria de la salud me dijo que si me colocaba el DIU mi marido nunca sospecharía nada. Pero cuando visité el centro de salud, en tres ocasiones, me dijeron que no había reservas" de ese dispositivo, dijo Atieno.

En su cuarta visita sí había DIU, pero no guantes. A consecuencia, no se lo pudieron colocar. Atieno concibió a su hijo antes de su siguiente visita al centro de salud.

Atieno dijo que no quería más hijos porque su esposo, que es zapatero, ya se esfuerza para poder mantener a los 13 que tiene con sus tres esposas.

Vive en una comunidad rural tradicional y no sabe cuánto dinero gana su marido, y aunque a duras penas se las arreglan para llegar a fin de mes, ni Atieno ni las otras esposas no tienen permitido trabajar para contribuir con los ingresos del hogar.
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"Mis dos hijos mayores, de 17 y 15 años, estarían en la escuela secundaria, pero tuvieron que desertar debido a la falta de fondos. Conseguir dinero para alimentar y vestir a mis hijos es una lucha diaria, y mucho más enviarlos a la escuela", se quejó.

Expertos en temas sociales han reconocido que la falta de planificación familiar es una de las razones clave del aumento de la pobreza que se registra en toda Kenia. Un informe de noviembre de 2009 realizado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) advierte que, de seguir este ritmo de crecimiento demográfico, Kenia no podrá impulsar el desarrollo nacional.

Si el país quiere lograr la educación primaria universal, la seguridad alimentaria, la atención básica de la salud para todos y reducir las muertes de madres y bebés, las parejas tienen que formar familias más pequeñas, observaron los investigadores de Usaid.

El gobierno también señaló el estrecho vínculo entre pobreza y crecimiento demográfico. Boniface K’Oyugi, presidente de la Agencia Coordinadora Nacional para la Población y el Desarrollo, advirtió que es necesario reducir por lo menos un tercio el rápido aumento de la población keniata, de tres por ciento anual.

"En los países industrializados, la gente tiene uno o dos hijos, pero aquí una mujer tiene cinco o más. Si queremos ser tan desarrollados como otros países, necesitamos con urgencia reducir nuestro crecimiento demográfico", dijo K’Oyugi en una reunión realizada en febrero en Nairobi.

K’Oyugi exigió una disposición más exhaustiva en materia de atención a la salud que incluya servicios de planificación familiar, para ayudar a las parejas a manejar mejor su salud reproductiva y sus embarazos.

"La decisión de la cantidad de hijos es personal. Pero que las familias sean más pequeñas redundará en beneficios en el plano individual, de hogares y nacional", explicó.

K’Oyugi cree que el gobierno keniata puede aprender de países asiáticos, como Tailandia, Malasia, Corea del Sur, Taiwán y Singapur, que se las arreglaron para fortalecer sus economías reduciendo activamente su ritmo de crecimiento demográfico.

Sin embargo, ese crecimiento es apenas uno de los numerosos factores que obstaculizan el desarrollo de Kenia. Mediante la estrategia nacional de reducción de la pobreza 2003-2007, el gobierno dejó en claro que la buena gobernanza, la educación primaria, la igualdad de género y la prevención del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida), así como un alto grado de corrupción, son otros importantes escollos para el crecimiento económico.

El tamaño de la población de un país determina cuánto presupuesto hay disponible para los servicios por persona.

Según el Buró Central de Estadísticas, en 2008 Kenia tenía 38 millones de habitantes, lo que supone un incremento de un tercio desde 1999. Las proyecciones de Usaid advierten que, si persiste este ritmo de crecimiento, la cantidad de keniatas aumentará a 82 millones en 2040.

"Más población significa más presión sobre el ambiente, dado que aumentan las demandas de alimentos, tierra, agua limpia y recursos energéticos. Con recursos reducidos, hay un peligro real de que se suscite un conflicto civil, mientras la gente se pelea por los escasos recursos", explicó K’Oyugi. Un aumento demográfico también impulsará las migraciones de las zonas rurales a las urbanas, según Usaid. Esto aumentará la presión sobre las instalaciones urbanas, creando a su vez tugurios y pobreza.

Los asentamientos informales de Kenya ya se caracterizan por el hacinamiento, lo inadecuado de las viviendas, la falta de agua potable y de saneamiento apropiado, así como inseguridad, explotación y abusos.

La Agencia Coordinadora Nacional para la Población y el Desarrollo promueve que la planificación familiar ocupe un lugar prioritario en la agenda del gobierno, para reducir la pobreza y hacer que Kenia se transforme en un país de medianos ingresos, con una calidad de vida elevada y un entorno seguro, como avizora la política Visión 2030.

"La meta es rejuvenecer la campaña de planificación familiar, llevándola al nivel en el que estaba en los años 80, cuando la fertilidad bajó de 6,7 hijos por mujer en 1989 a 5,4 en 1993 y 4,7 en 1998", dijo el encargado de medios de la Agencia, David Kinyua. Kinyua prometió que, en el próximo año financiero que se inicia en junio, se asignará un mayor presupuesto a la planificación familiar, pero no pudo explicar cuánto dinero más se gastará y dónde.

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